Test
1. ¿Tienes un amigo o pariente que siempre se queja de algo o de alguien contigo?
2. ¿Siempre le pasa algo malo y resulta que te elige a tí para que lo escuches y poder así descargar toda esa mugre que va llevando dentro?
3. ¿Tu lo escuchas al principio con interés, pero luego ya te sientes agobiado y cansado de escuchar siempre lo mismo?
4. ¿Les das consejos que nunca sigue, pero cae en conductas repetitivas?
5. ¿Cuando tú tienes un problema te oye, pero no te escucha, o no está disponible para tí como tú para él?
Si respondiste que sí a la mayoría de estas preguntas, entonces eres bienvenido al mundo de los “Amigos alcantarilla”.
¿Por qué descarga un “amigo” su mugre en ti?
Es básicamente un mecanismo de proyección desarrollado en la infancia.
– Cuando un infante tiene experiencias displacenteras, no puede procesarlas o comprenderlas, por lo que necesita proyectarlas en sus cuidadores, generalmente en forma de llanto.
– Normalmente los adultos al responder al infante no sólo satisfacen su necesidad, sino que le enseñan qué es lo que significa su disconfort.
– Lo cambian, lo alimentan, lo confortan y así identifica…
– Pero cuando los padres no han sido capaces de proveer de manera consistente de satisfactores y tranquilidad al infante
– Este no aprende nunca cómo tolerar y entender su propia experiencia y entonces la siguen proyectando por el resto de su vida.
Son personas que no han encontrado otro medio de evacuar su dolor e infelicidad internas más que descargándola en otros.
¿Pero si están sufriendo, por qué me lo cuentan a mí?
– Básicamente por su necesidad.
– Básicamente porque tú escuchas sin chistar.
– Generalmente si no lo haces te sientes mala persona.
¿Cómo no escucharlo si se siente aliviado y lo estoy ayudando?
– No lo creas; a lo sumo estás fomentando un proceso que ofrece un alivio temporal pero nunca conduce a un crecimiento personal.
– Además ¿al final en verdad te hace caso y resuelve sus problemas de manera duradera y satisfactoria?
¿Cuáles son las consecuencias de seguir siendo un “amigo alcantarilla”?
– Su amistad acabará por ser agobiante, desgastante e insatisfactoria para tí. También dolorosa y frustrante al verle sufriendo infinitamente
– Se involucra en el mismo tipo de relaciones.
– Comete los mismos errores.
¿Por qué lo hago entonces?
– Quizá de niño aprendiste a ser un buen “escuchador”
– Hijos que sirven de confidentes a sus madres.
– Crees que ser un buen amigo implica soportarlo todo.
– Eres de los que se sienten obligados a dar un consejo cuando alguien les cuenta un problema (y hasta cuando no) para hacerse útiles y necesarios. (Generalmente por baja autoestima).
¿Qué puedo hacer para ya no ser el amigo alcantarilla?
– ¿De verdad alguien que se comunica generalmente de esta manera contigo es alguien que quieres como amigo?
– Si respondes que sí, ¿cuál es entonces tu necesidad de rescatar almas en desgracia?
– Reconoce que la verdadera amistad involucra reciprocidad.
– Reconoce que, por más que quieras ayudar, tú no eres un psicoterapeuta.
– Hay una gran diferencia entre hablar con un amigo en un cafecito y sólo descargar tus frustraciones, a un especialista que sabe como ayudarte a entender y procesar lo que estás sintiendo.
Son personas que están atrapadas en mecanismos de comunicación muy primitivos, de evacuación emocional, y no saben hacer otra cosa distinta.
– En vez de ser una alcantarilla por donde se descarga todo, vuélvete una “caja de resonancia”.
– Devuélvele un poco de su propio dolor para que pueda verlo.
– Empieza a mostrarle a este “amigo” sus patrones disfuncionales o cuestiona sus decisiones.
– ¿De verdad llegaste a pensar que alguna vez quiso realmente un consejo de tu sabio expertise en la vida?
– Este proceder no está exento de consecuencias:
– Tal vez te juzgue como muy crítico, duro o agresivo
– Quizá se moleste contigo y hasta se aleje de ti.
– La verdadera amistad involucra decir tu opinión, por difícil y dura que pueda parecer, cuando es el momento preciso.