Por Mariana Fonteboa
Tw. @barbie_runner
Era la década de los 60. Un momento en el que el mundo experimentaba cambios en la música, la ciencia, la vida común. Fue la época de explosión de música nueva con grandes grupos musicales como The Beatles y The Rolling Stones; de movimientos estudiantiles quienes reclamaban libertad de expresión; pero también fue una década en la que las mujeres ya iban a la universidad; en la que las leyes en torno al matrimonio empezaron a darles un trato de igualdad y en la que la libertad era la ley más importante.
Pero uno de los cambios mas perdurables de la época, fue: ¡la minifalda!
Una minifalda es una falda corta que termina por encima de la rodilla, generalmente 20 cm o más sobre la rodilla.
Aunque se le atribuye a la diseñadora británica Mary Quant su invención, André Courrèges, John Bates y Jean Varon dicen que se les ocurrió primero. Lo cierto es que fue Quant quien la popularizó al presentarla en su boutique Bazaar.
«La minifalda fue un fenómeno extraordinario y tuvo un gran impacto ya que era parte de la cultura juvenil emergente de la década de 1960», le dice a la BBC Valerie Steele, directora y curadora en jefe del museo del Fashion Institute of Technology de Nueva York. «Fue en gran medida una expresión de esa cultura de los jóvenes y del inicio del movimiento de liberación sexual que trajo la invención de la píldora anticonceptiva. Fue un momento histórico», agrega.
De acuerdo con la diseñadora, la musa que la llevó a inventar la prenda revolucionaria fue una bailarina de zapateo a la cual espiaba en el estudio de danza donde tomaba clases de ballet. “Tenía puesta una falda corta plisada de unos 25 cms. de largo, con un ajustado suéter negro, medias negras y un corte de pelo bob. Lo que me sorprendió fue cómo toda su apariencia se enfocaba en lo que tenía en sus pies: un par de calcetines blancos y un par de zapatos de zapateo con correas en los tobillos… Desde ese día quedé fascinada con esa hermosa imagen de las piernas y los tobillos».
Y aunque el nombre pareciera lógico dado el tamaño de la prenda, en realidad se llama minifalda en honor al coche predilecto de Quant: el Mini Cooper «el miniauto combinaba perfecto con la minifalda; hacía todo lo que uno quería, se veía genial, era optimista, exuberante, joven, coqueto… todo en su justa medida», dijo Quant en el documental «Mary Quant, Mini Cooper, Minifalda».
Pero lo mejor de la historia es que causó tanto revuelo que «los hombres de negocios golpeaban la vitrina y gritaban: ‘Es obsceno, es desagradable”. Entre sus detractores se contaba nada menos que Coco Chanel, quien tildó a la minifalda de «sencillamente horrenda».
Con la locura mundial de Los Beatles y Los Rolling Stones, la demanda de las faldas cortas despegó rápidamente (afianzando la tendencia, Jackie Kennedy eligió un vestido blanco y corto de Valentino para su matrimonio con Aristóteles Onassis en 1968).
Si bien la popularidad de la minifalda se vio opacada por la nueva silueta hippie de los pantalones acampanados y las faldas sueltas, la prenda se ha convertido en un clásico, que resurgió durante la década de 1980, con las faldas «rah-rah» y los trajes con faldas cortas.