Lucy Romero
Terapeuta clínica
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Hay que aprender a escuchar a los mayores. Da lo mismo que la historia la hayan contado anteriormente; la felicidad que para ellos supone, en la mayor parte de los casos, tener un público entregado merece la pena.
1. Hay que saludar cuando nos visitan o visitamos a otras personas. No se puede pasar sin hacer un saludo como si no existieran. Lo mismo a la hora de despedirse.
2. Hay que estar siempre dispuestos y atentos.
Ignorar. Ni cuándo van de visita ni cuando vienen los abuelos u otras personas se puede consentir que los pequeños de la casa estén con la televisión o radio encendida, jugando videojuegos o simplemente “desapareciendo” en cuanto hay la más mínima oportunidad.
Es de mala educación “ignorar” a los invitados o “huir” de ellos.