Responde estas preguntas
1. Cuando tienes que hacer algo, ¿piensas en todas las cosas que podrían salir mal o complicarse?
2. ¿Imaginas cómo van a reaccionar op que van a decir las personas que son importantes en tu vida si fallas o no cumples?
3. ¿Crees que es mejor no intentar algo para así no fallar o equivocarte?
4. ¿Te sientes abrumada ante la posibilidad de que si terminas lo pendiente tengas que hacer más y más cosas cada vez?
5. ¿Te identificas con esta idea?: “Si hago algo bien, entonces los demás van a esperar más y más de mí”
6. ¿Sientes que si tienes éxito en lo que te propones hará que los otros descubran al “verdadero tú”?
7. ¿Crees que si vas a hacer algo, deberías tratar de hacerlo perfecto?
8. ¿Te cuesta trabajo seguir adelante cuando sientes que las cosas no van como deberían de ir?
9. ¿Preferirías no hacer algo antes que hacerlo de manera imperfecta?
Resultados
El cómo hayas respondido podría decirte mucho acerca de por qué pospones.
Un sí en una o algunas de las preguntas 1 a la 3 puede significar que el miedo al fracaso está detrás de tu hábito de posponer cosas. La gente que tiene miedo al fracaso evita hacer cosas en las que no hay garantía de éxito. El pensamiento de que te esfuerzas, pero aún así puedes fallar te hace sentir ansios@, así que en ese caso prefieres posponer antes que intentarlo con tal de no fallar. De esta manera cuando algo falla puedes racionalizar que no era tu culpa, sino que no te dio tiempo suficiente, así sientes que no alcanzaste tus verdadero potencial porque en el fondo temes que no sea suficiente.
Por ejemplo, alguien retrasa el momento de ponerse a estudiar para poder justificarse diciendo que si lo ”hubieran intentado” lo habrían conseguido: ¿cómo espero pasar el examen si no tuve tiempo para estudiar?.
Un sí en las preguntas 4 a 6 puede significar que tienes miedo al éxito, no al fracaso. El posponer evita que se tengan en ti expectativas más altas y mayores responsabilidades asociadas al logro de tus metas. Evitas conocer tu máximo potencial evitando desafíos o posponiendo cosas.
Si te identificas más con las preguntas 7 a 9, el perfeccionismo puede estar detrás de tu hábito de posponer las cosas. Como crees que las cosas deben ser y hacerse perfectas, el resultado es que no acabas haciendo las cosas. Cuando te enfrentas a una tarea o proyecto te sientes abrumado, frustrado y paralizado por tener estándares imposibles de cumplir.
Hay una idea irracional de ”yo tendría que ser capaz de hacer todo esto y hacerlo bien” nos lleva a otros pensamientos irracionales
Cuando no se puedes alcanzar esos irreales niveles de rendimiento, te rebelas contra ti mismo tal como lo harías contra una ley que consideres injusta. Al no poder cumplir sus exigencias exageradas te enojas contigo mismo por no haberlas cumplido. Te quedas atrapado en un círculo de demandas: enfado-rebelión que te hace ser ineficaz.