Obesidad y Síndrome de Down
María Fernanda Bazán
Lidia del Carmen Gómez
Especialistas de la Clínica de Síndrome de Down de la Fundación John Langdon Down.
fjldown.org.mx
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Para más información, consulta Síndrome de Down y la lactancia y Síndrome de Down y la obesidad El Síndrome de Down y su relación con la obesidad
– El Síndrome de Down (SD) es una condición provocada por la presencia de un cromosoma extra en el par 21.
– Ocurre aproximadamente en 1 de cada 700 nacimientos y es la causa más común de discapacidad intelectual en el mundo.
– Cerca del 30% de los niños y hasta el 60% de los adultos con SD tiene problemas de sobrepeso u obesidad.
– En un reciente estudio hecho por la Clínica de Síndrome de Down de la Fundación John Langdon Down, se encontró que este padecimiento se debe a malos hábitos de alimentación y al estilo de vida que se adquiere desde chicos.
Los 4 factores que incrementan el riesgo de padecer obesidad:
1. Metabolismo basal disminuido en un 10 a 15%: Es decir que al estar en reposo, gastan menos energía o calorías que las que aportan los alimentos.
2. Alteraciones de la leptina: Hormona que participa en la regulación del apetito y la saciedad.
3. Estatura baja: En promedio miden 1.50 m, por lo que su aporte calórico se debe ajustar a la talla y metabolismo basa.
4. Malos hábitos de alimentación y estilo de vida: Su hipotonía (baja coordinación de los músculos) y en ocasiones algunas alteraciones ortopédicas pueden limitar el apego a un plan de ejercicio
El pediatra y nutriólogo deben trabajar en conjunto para identificar las áreas de oportunidad y revisar si hay alteraciones médicas asociadas que puedan predisponer el aumento de peso como son:
– Hipotiroidismo
– Cardiopatías
– Trastornos Gastrointestinales, entre otras.
En casos especiales como enfermedad celiaca, estreñimiento o reflujo, se modifica la dieta o se recomienda algún suplemento nutricional.
Tips para una mejor alimentación:
– Involucra a la familia, recuerda que lo más importante es educar con el ejemplo.
– Dale por lo menos de 8 a 10 vasos de agua al día.
– No permitas que pase más de cinco horas sin comer.
– Cocina a la plancha y evita los alimentos fritos, empanizados y capeados.
– Aleja los aderezos cremosos.
– Opta por los cereales integrales en lugar de los refinados.
– Incluye frutas y verduras en cada menú.
– Inclínate por darle la fruta completa y no sólo el jugo.
– Las porciones deben estar calculadas con base en su edad, peso y talla. Además se ajustan al aporte global tomando en cuenta el metabolismo basal.
– Básate en del Plato del Buen Comer.