Con José Eduardo Serratos
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En una encuesta realizada entre 10 mil mujeres por el sitio thebump.com:
– 56% de las madres primerizas informaron que habían tenido dificultades al amamantar
– 40% de las madres con más de un hijo comentaron haber tenido problemas
– 91% de las nuevas mamás que tuvieron problemas para amamantar buscaron ayuda de una consultora de lactancia
– 64% de las madres se sienten apenadas por amamantar en público, sin embargo sólo el 23% se rehúsa a amamantar en público bajo ninguna circunstancia
– 57% de las mujeres sin hijos reportan que se sienten incómodas al ver a una mamá amamantar en público
Problemas frecuentes en la lactancia
Ductos obstruidos
– Si ves un punto blanco o sientes bultos pequeños y duros alrededor del pecho, puede tratarse de una obstrucción en los conductos lactíferos.
– Para controlar el malestar, vigila que tu hijo succione de forma correcta y mientras esté mamando, date un masaje suave en el área adolorida.
– Si continúas incómoda después de vaciarlos, puede tratarse de una infección o mastitis.
Infección de glándula mamaria (mastitis): Generalmente surge como consecuencia de la congestión de uno o ambos pechos, lo cual puede causar obstrucción de conductos lácteos y que, con el calor corporal, se vuelva un medio de cultivo para el desarrollo de bacterias propias de la piel. Algunos síntomas son:
– Dolor
– Fiebre
– Debilidad
– Zonas sensibles, calientes y enrojecidas
– Náuseas y vómitos
Se debe continuar lactando a menos que se presente dolor persistente. Hay que reposar en cama, ingerir muchos líquidos, utilizar ropa holgada y de acuerdo a la gravedad del cuadro, recibir antibióticos y analgésicos.
Pezones invertidos, planos o grandes: Las alteraciones en la forma pueden interferir con la alimentación, las más comunes son: invertidos, es decir, que apuntan hacia adentro del cuerpo en lugar de hacerlo hacia afuera, aplanados (no sobresalen) o grandes. También es probable que se aplanen temporalmente debido a la hinchazón o la congestión. Ninguna de estas variaciones representa un impedimento para amamantar, es posible prevenirlas con educación prenatal, y después del parto, con la ayuda del bebé al succionar.
Ejercicios que puedes hacer durante el embarazo para la formación del pezón:
1. Después de cumplir 36 semanas de gestación, sujeta la base del pezón entre tus dedos y gíralo suavemente hacia fuera. Muévelo de derecha a izquierda (como si estuvieras dando cuerda a un reloj)
2. Toma el pezón con los dedos índice y pulgar, después comienza a estirar la piel de la areola hacia los extremos en sentido horizontal y vertical
3. Recorta la punta de tu brassiere o bien, usa conchas formadoras que se colocan en el interior de esta prenda con el mismo objetivo; sólo sigue las instrucción del empaque
4. Utiliza una jeringa desechable de 10 o 20 ml (la que mejor se adapte al tamaño). Extrae el émbolo y corta la boquilla, insértalo de nuevo en el lado opuesto y colócala sobre tu pezón, saca el émbolo poco a poco, para no lastimar la piel, hasta que sobresalga
Antes de poner en práctica cualquier técnica, deberás ser supervisada por tu médico para determinar cuál es la mejor según tu caso y no empeorar la situación.
Pechos adoloridos
– Sucede comúnmente al inicio de la lactancia, mientras la mamá y el hijo prueban varias posiciones y se adaptan a ellas.
– En ocasiones se debe a que el bebé succiona muy fuerte, no se prende bien, está comenzando la dentición, o por una posición inapropiada; esto fomenta el desgaste de la piel del pezón y puede producir grietas, sangrado y dolor.
Para prevenirlo, se pueden utilizar técnicas:
– De formación de pezón
– Una colocación adecuada al alimentarlo
– Cambiarlo de posición con frecuencia y separarlo correctamente. Para ayudarlo a soltarse, introduce suavemente tu meñique por la comisura de la boca para interrumpir la succión.La piel demasiado seca o húmeda también puede causar malestar, evita utilizar ropa ajustada o de material sintético. Para aliviar la molestia, después de la tetada puedes enjuagar tus pechos con agua limpia y exponerlos al aire durante algunos minutos; no utilices jabón, cremas u otros ungüentos ya que pueden resecarte más.
Para evitar la congestión mamaria: Suele ocurrir durante los últimos días del embarazo o los inmediatos al nacimiento. Se debe tanto a la producción de leche como al incremento del flujo sanguíneo hacia los pechos, que se llenan rápidamente hasta el punto de endurecerse y provocar dolor.
Otras causas son:
– Limitar los tiempos de amamantar o hacerlo con poca frecuencia
– Dar biberones complementarios (con agua, fórmula, jugo, etc.)
– Succión débil
– Cansancio o estrés
El tratamiento consiste en alimentar al bebé con frecuencia, pues al vaciarse los senos, se alivia el dolor; también se puede hacer de forma manual o con un tiraleche.
Además, puede resultar útil:
– Relajarse
– Aplicar compresas calientes justo antes de amamantar
– Tomar un baño y dejar que el agua caiga sobre el pecho
– Usar compresas frías tras la tetada