Tu salud sexual
Descubre todo lo que puedes hacer por tu sexualidad
Cuidar nuestra salud es una prioridad de todos los días. Desde tomar ácido fólico, hasta usar mascarillas exfoliantes, siempre buscamos nuevas formas para mantenernos sanas. Atendemos nuestro cuerpo en muchos ámbitos, pero a veces uno de ellos se da por hecho: el sexual. Se cree que con sólo ir al ginecólogo basta. Sin embargo, la salud sexual es mucho más.
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Intimidad saludable
Cuando se habla de salud sexual no sólo se hace referencia a la ausencia de enfermedades. Se trata de un término más complejo que engloba aspectos físicos, emocionales, mentales y sociales. Todos ellos influyen en la sexualidad y el bienestar de cada persona.
Higiene, seguridad, intimidad… son muchos los elementos que se deben considerar para alcanzar la salud sexual. Como mujeres enfrentamos retos particulares que van de la mano de nuestra anatomía. Conócete y procura lo mejor para tu sexualidad.
1. Dieta y actividad física
Los dos básicos de la salud, incluso de la sexual, son la buena alimentación y el ejercicio constante. Mantener tu peso ideal y comer equilibradamente con fibra abundante te ayudará a conservar una buena digestión para prevenir el estreñimiento y evitar molestias.
Por otra parte, actividades como correr ayudan a fortalecer el piso pélvico (músculos que sostienen al útero, la vejiga y el intestino grueso). Además de tu rutina física diaria, incluye los ejercicios de Kegel que son más efectivos y adecuados para mejorar el tono muscular vaginal, combatir la incontinencia urinaria e incrementar la sensibilidad sexual.
Estos ejercicios consisten en contraer durante unos segundos y relajar los músculos pélvicos, como si quisieras contener o cortar un flujo de orina. Se aconseja realizarlos todos los días por sólo unos minutos. Inténtalos y en unos meses sentirás los resultados.
2. Higiene adecuada
La limpieza siempre será la mejor aliada de tu salud. Para tu higiene íntima, recuerda que son necesarios cuidados correctos y especiales que no pongan en riesgo tu sexualidad.
La zona íntima es muy delicada y el aseo debe ser adecuado a sus características fisiológicas. De forma natural los genitales femeninos generan una mucosidad que los lubrica y limpia por dentro. Mientras este flujo sea de color claro y no tenga un olor desagradable, puedes estar tranquila.
Sin embargo, los genitales externos sí requieren más cuidados, pues es necesario mantener el balance del pH vaginal y evitar la generación de organismos dañinos e infecciones.
Para tu aseo debes buscar sustancias que no alteren el pH vaginal. Existen productos especializados y dermatológicamente probados que te ayudarán a cuidarte mejor. Incorpóralos a tus hábitos diarios de limpieza y úsalos durante tu baño diario.
Evita jabones comunes y perfumados, procura usar ropa interior de fibras naturales y no vistas pantalones muy ajustados . Recuerda que tu higiene puede ser la diferencia en tu bienestar.
3. Atención médica especializada
La supervisión médica es indispensable para tu salud. Visita regularmente a tu ginecólogo para que programe los exámenes que ayuden a prevenir y detectar a tiempo problemas y enfermedades.
Durante tus revisiones regulares asegúrate de que tu médico realice:
Examen pélvico: Palpa que los órganos femeninos sean normales.
Papanicolaou: Toma una muestra de las células del cuello del útero (cérvix) para detectar indicios de cáncer cervical.
Examen clínico de mamas: Determina si hay abultamientos extraños en tus senos.