Breve Tratado de flatología o fenomenología de los pedos en la vida cotidiana
La materia gaseosa, entre otras razones, es producto de las bacterias del intestino y de acuerdo al tipo de dieta que consumas, estas bacterias que constituyen la flora intestinal realizarán funciones bioquímicas que, si son de fermentación, formarán una cierta cantidad de gas.
Con Rafael Huacuja
Gastroenterólogo y endoscopista
Los datos:
– Una persona promedio al dia se tira unos 14 pedos
– Toda entidad viva se tira pedos. Algunas personas se pedorrean aún varias horas después de muertas.
– Las mujeres se pedorrean tanto como los hombres. La diferencia es que los hombres se enorgullecen de ello.
– Peer es un verbo en desuso en el habla del mexicano.
– Proviene de la palabra en latín pedere, que significa arrojar o expeler la ventosidad del vientre por el ano.
– Un verbo cuya conjugación es idéntica a la de leer: yo peo, tú pees, el (y ella) pee, nosotros peemos, vosotros peéis, ellos peen.
– Es decir, aunque no todos leemos, todos peemos, porque se puede vivir sin leer y hasta llegar a los más altos puestos de la política, pero nadie puede vivir sin peer.
La materia gaseosa de que están formados los pedos tiene tres fuentes principales:
1. El gas producto del aire que deglutimos. Cada que tragamos (o deglutimos, como dicen los elegantes), ya sea líquido o sólido, al beber o comer, junto con el líquido o sólido en cuestión entra una pequeña -o en ocasiones no tanto-, cantidad de aire.
– El destino de ese aire puede ser acumularse en la parte alta del estómago (a la que le llamamos fondo porque está más alejada de la salida, o sea del intestino) y en la primera oportunidad salir hacia el esófago en forma de un eructo (sí, se dice eructo, no erupto) que no es como dice el versito “según el doctor Angulo, un pedo que cansado no pudo llegar al culo”.
– Otra posibilidad, es decir, otra cantidad de ese aire que se deglute se sigue para hacer todo el recorrido a lo largo del tubo digestivo y contribuir de esa manera al gas intestinal que finalmente se integrará a un pedo.
2. El gas que difunde desde el plasma de nuestra sangre hacia la cavidad intestinal.
– La sangre está constituida básicamente por células, glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas nadando en líquido, ese líquido llamado plasma tiene disueltas diversas sustancias como sales minerales y proteínas
– Pero también tiene gases como el oxígeno y el bióxido de carbono, esos gases pueden difundir hacia la cavidad del intestino e integrarse ulteriormente al aire que se expulsa por el ano en el placentero acto de tirarse un pedo.
3. El gas que producen las bacterias del intestino. La llamada flora intestinal está constituida por una población heterogénea de bacterias que habitan en nuestro intestino y que, a diferencia de los humanos, normalmente conviven en santa paz sin molestar a sus congéneres y en la mayoría de los casos aportan servicios a su entorno.
– De acuerdo al tipo de dieta que consuma el dueño del intestino en cuestión, estas bacterias que constituyen la flora intestinal realizarán funciones bioquímicas que, si son de fermentación, formarán una cierta cantidad de gas.
– Todo aquel mortal que haya sido testigo de la misteriosa transformación de la piña en tepache sabrá que el tepache es una bebida gasificada, pues el gas del tepache es producto de la fermentación, lo mismo ocurre con la cerveza y con otras bebidas fermentadas.
– El gas producido por las reacciones bacterianas también es susceptible de integrarse al volumen que a la larga constituirá parte esencial de los pedos.
¿De qué están hechos los pedos?
– Las sustancias químicas que componen a un pedo (esto es una licencia poética, porque en general más bien huelen a descomposición) varían tanto como el temperamento, el carácter, la vocación, el color de ojos, la dieta, la cultura y otras variables propias de la persona.
– El aire que respiramos, lo mismo que el que deglutimos, es una mezcla de gases de la que aprovechamos principalmente el oxígeno, mismo que se absorbe a los tejidos cuando en cada deglución se acumula cierta cantidad de aire en el estómago.
– Conforme el aire avanza a lo largo del tubo digestivo, al final, en el intestino grueso o colon lo que predomina es el nitrógeno, que es el gas más abundante en el aire ambiental.
– Como producto de las reacciones químicas del proceso digestivo y de la actividad de las bacterias que conforman la flora intestinal, se producen principalmente bióxido de carbono y un gas inflamable que se llama metano.
– Así que el gas presente en el ambiente del colon es predominantemente una mezcla que contiene nitrógeno, bióxido de carbono y algo de metano, aunque puede haber otros componentes químicos presentes, como grupos azufrados que aportan un olor fétido muy característico.
Cuál es la mezcla de gases que hace que un pedo sea más apestoso que otro, o por qué hay personas cuyos pedos son inaguantables, capaces de subir un perro a una azotea y otros que pasan prácticamente inadvertidos:
1. El tipo de alimentación de la persona:
– Leguminosas: haba, frijol (en todas sus variedades, incluida soya), chícharo, garbanzo, lenteja, alubia.
– Frutas y verduras. Los vegetales que contienen almidón como la papa y el maíz pueden causar también la formación de una mayor cantidad de gas.
– Fibra vegetal
2. El tipo de flora bacteriana que habita en el intestino.
3. El tiempo que pase el pedo en espera antes de salir.
– Cuanto más tiempo pase el pedo en espera de ser liberado, saldrá más pestilente; esto es cuestión de la proporción relativa de la mezcla de gases.
¿Qué dice la ciencia?
La característica inflamable del gas intestinal ha dado lugar a una condición denominada “síndrome del Hindenburg”.
Robert Boyle, científico irlandés: postuló que si la presión de un gas aumenta, el volumen disminuye y que si la presión del gas disminuye, el volumen aumenta; si el gas se comprime por disminución del volumen del recipiente, la distancia entre las moléculas del gas es menor y chocan más entre sí, por eso aumenta la presión.
– Como el intestino tiene una capacidad limitada de contener gas, el aumento de volumen de gas obliga a disminuir una presión muy aumentada expulsándolo a través del ano, con lo cual disminuye tanto la presión como el volumen contenido en el intestino con el consecuente alivio del individuo que pee satisfactoriamente
High Altitude Flatus Explosion, que en una traducción libérrima puede expresarse como Pedorrera Explosiva de Gran Altitud (PEGA) y que fue descrita por los doctores Auerbach y Miller:
– En 1981 en individuos que se someten a ambientes de alta presión, ya sea por incursionar en altitudes mayores de 11,000 pies, o bien por someterse a aumentos considerables de presión externa como los buzos.
– Cuando a estos pobres sujetos les falla la explosividad de la salida de los pedos (por la ley de Boyle ya explicada) ocurre una condición llamada disbarismo, los pedos quedan atrapados y además de sentirse sumamente molestos, los pacientes pueden requerir del uso de una cámara hiperbárica para aliviar su condición.
The Royal Order of the Blue Flame o la aristocracia de los pedos:
– Tiene sede en Seattle, Washington y que para pertenecer a dicha agrupación es necesario demostrar ser un productor de metano, es decir, flamear en azul un pedo.
– En el intento por lograr la demostración que otorgue el acceso a la Orden hay varios culos quemados.
Olores y sonido:
– El consumo de productos cárnicos produce hasta 15 veces más contenido de sulfuro que el consumo de una dieta vegetariana, en otros términos, los carnívoros se pedorrean con mayor pestilencia.
– Consumir carne aporta hasta 4 veces más metionina (aminoácido con azufre) que consumir frijoles, lo mismo que el consumo de huevo aporta 4 veces más metionina que el maíz; el pollo aporta 7 veces más que el arroz y el atún 12 veces más que las papas.
– Los diferentes tipos de células olfatorias se reparten el trabajo de procesar los olores de acuerdo a su naturaleza molecular y así, fisiológicamente, se detectan siete tipos básicos de olor: alcanforado, almizclado, floral, mentolado, etéreo, picante y pútrido.
– A esta última categoría corresponde la mayoría de los pedos
– La fuerza de contracción del esfínter anal determinará que el pedo salga o no, si sale a través de un esfínter apretado sonará como cuando se juega con un globo inflado y se estrecha la salida del aire.
– Es decir, el sonido será un agudo como de violín; mientras que si el esfínter está aguado, sea esto por descuido o indolencia del sujeto, o bien porque la musculatura en cuestión ya está floja (“ya dio de sí”, como se dice coloquialmente), entonces el sonido será de tonalidad baja, irá hacia los graves como el de una tuba.
– Entre ambas posibilidades hay una extensa gama de tonos vibrátiles, desde los casi imperceptibles hasta los muy sonoros tipo motocicleta de la marca Harley Davidson.
– Todo es cuestión de la contracción más o menos firme de la musculatura del esfínter anal.
– Lo cual a su vez está determinado por la amplitud o cantidad de energía que contiene la señal sonora del pedo y que es diferente del volumen o potencia acústica
Curiosidades:
– A fines del siglo XIX y principios del XX, existió un sujeto llamado Joseph Pujol, apodado Le Pétomane (algo así como el pedómano) que llevó el acto de peer a los escenarios en aquel París de la Belle Époque y nada menos que en el famosísimo Moulin Rouge.
– Tenía la extraña habilidad de relajar el esfínter anal y disminuir la presión abdominal, de tal manera que permitía la entrada de aire a través del ano (una especie de pedo retrógrado)
– Lo acumulaba en el ámpula rectal y luego lo soltaba a voluntad pujando y relajando el esfínter anal.
– Con lo que lograba dar diferentes tonos al sonido que hacía el pedo que expulsaba y además era ca paz de apagar una vela para darle más lucimiento a su número. El público lo aplaudía de pie.
El sujeto que pee de manera manifiesta puede adoptar diferentes actitudes:
1. El chistosito. Son esos que se escudan en que les gana la risa y dicen frases como “es para romper el hielo” o su variedad “…para romper el turrón”, tienen salidas como “chin, se rasgó el mantel” o “¿Qué, ustedes no se pedorrean?”.
2. El acústico. Estos son sujetos que deciden peer en plena reunión pero están convencidos de que un ruido tapa otro ruido, ya el olor será otra cosa y a ver qué hacemos, pero lo que les preocupa es el ruido y por si acaso, deciden fingir un estornudo o toser con gran escándalo como si así se pudiera ocultar el ruido de su pedo.
– Lo que estos no saben es que la tos es explosiva y el pedo puede ser prolongado, si no lo hace bien, por lo general, llama la atención con su tos fingida y luego se oye su pedo que persiste después de la tos fingida que no siempre tiene el buen tino de repetir.
– Suelen ser indiferentes ante los pedos de la gente, excepto si el ruido es intenso, ante lo cual reaccionan con una extraña emoción, movimientos nerviosos, sonrisas algo fingidas y rubicundez facial (o sea, se ponen rojos).
3. El negador. Este tipo de sujeto es de los que confían en los pedos, por eso son comúnmente víctimas fáciles de las estafas más tontas; peen con la total confianza de que ni sonará ni olerá pero frecuentemente se llevan la desagradable sorpresa de que el sonido los delata, en ocasiones el olor al que aplican el mismo tratamiento de simular que no existe.
– Se rigen por la consigna de “aquí no ha pasado nada”.
– Si es el sonido el que los pone en evidencia, no tienen reparo en silbar y mirar para cualquier otro lado, o de plano ni se inmutan, no todos lo saben pero podrían llegar a ser buenos jugadores de póker debido a que se les da naturalmente la cara de “aquí tengo una tercia de ases”.
– Mantienen una frialdad de temperamento que resiste desde miradas de suspicacia hasta miradas de franca desaprobación y esperan a que surja algún hecho que distraiga la atención para pasar a otro tema, o bien, para volver a peer con la misma sangre fría.
– Ante los pedos de los demás asumen una actitud igualmente negadora, neutra y sin mayores problemas.
4. El vergonzante. Este es el típico individuo que se delata porque su lenguaje corporal no deja dudas posibles.
– Generalmente pee a escondidas, si lo tiene que hacer en público lo hace in extremis, la posibilidad de que se oiga su pedo lo angustia, lo que más lo agobia es que el olor lo delate o que alguien sospeche de él.
– Suelen ser personas que cargan con culpas de cualquier cosa por lo que no es raro que asuman pedos que no son suyos en una actitud falsamente solidaria que no les rinde ningún beneficio.
– Ante el intercambio de miradas desconcertadas y movimientos como de abanico que hacen los demás ante cualquier pedo, a este sujeto se le suben los colores, carraspea con nerviosismo y se pone inquieto en la silla o tamborilea con los dedos, con lo cual se pone aun más en evidencia si él peyó o si no, se vuelve el principal sospechoso por su actitud.
5. El ecológico. Se trata de personas que han hecho de lo natural una bandera y como peer es natural, tratan de hacerlo así, de lo más natural.
– Muchos consideran que peer es una forma de entrar en armonía con el Cosmos, de regresarle a la naturaleza un poco de lo mucho que nos da, una especie de homenaje al equilibrio ecológico.
– Niegan que los pedos estén contribuyendo al calentamiento global y, por ende, al cambio climático y a las catástrofes naturales. Herederos de aquellos hippies sesenteros, llevan el flower power y el buen rollito a extremos digestivos
– Como habitualmente son vegetarianos pueden presumir de que sus pedos no son tan apestosos, pero tampoco es que sean Heno de Pravia.
– La dieta vegetariana ayuda a disminuir lo azufrado de los pedos pero muchas veces aumenta el volumen de gas intestinal.
– Una proporción significativa de los ecológicos ha renunciado al uso del desodorante, suelen lucir un tono verdoso en la dentadura y ser militantes de Greenpeace u otras organizaciones no gubernamentales (ONG) de tendencia ambientalista.
– Habitualmente incentivan a sus congéneres para que pean sin avergonzarse y se integren de esa manera a la naturaleza.
6. El cínico. Este tipo de personas pee sin que nada parezca importarles, como si el mundo estuviera en espera de sus pedos.
– Les importa muy poco el decoro y son capaces de peer en el silencio de una sala de conciertos, en un velorio, en un elevador, en una conferencia, es decir, en cualquier lugar público o privado.
– Eso sí, casi siempre tienen una mala actitud hacia los pedos de los demás, se burlan o amplifican el hecho comentando a los que no se habían enterado (o dado por enterados) de que fulano soltó un pedo de tales o cuales características.
7. El equilibrado. Por desgracia, este es el tipo menos frecuente. Se trata de personas que abordan el asunto del peer como un acto fisiológico más pero que pertenece al ámbito personalísimo de cada uno de los seres humanos.
– En general observan un grato decoro en todas sus funciones corporales y procuran limitarse a expeler sus pedos en la intimidad del cuarto de baño o en lugares bien ventilados, si lo hacen en sitios públicos se alejan prudentemente sin ser notados y tienen el buen gusto de buscar el aislamiento por si acaso el sonido los traiciona.
– Suelen tener un buen dominio de sus esfínteres por lo que pueden aguantar y esperar a estar en un sitio adecuado y entonces peen sin hacer alardes, ni chistes, sin avergonzarse ni hacer aspavientos de algún tipo.
– Vale decir que tienen hacia los pedos de los demás una actitud natural, no los juzgan ni los festejan, son discretos en sus reacciones, si la pestilencia es mortífera se alejan discretamente.
– Si el ruido del pedo hace temblar la cristalería miran con tranquilidad hacia otro sitio y cambian el tema de conversación para pasar a cuestiones menos irrelevantes y siguen con su vida sin meterse en la de los demás.
Glosario mínimo del pedo en el habla coloquial de México
1. ¿Qué pedo?
2. No hay pedo.
3. Ya ni pedo.
4. Es tu pedo
5. ¿Y por qué tanto pedo?. derivan las siguientes variantes:
– “El pedo está así…” (El problema es el siguiente…)
– “Ahora sí estás metido en un pedote…” (Te encuentras en problemas mayores)
– “Te voy a explicar cómo está el pedo…” (A continuación te explico cómo está el problema)
– “Hay un pedo de tráfico que no te imaginas” (El tránsito está insoportable)
– “Ora sí se complicó el pedo” (El problema está aun más difícil de lo que creía)
– “Puros pedos” (Solo hay problemas)
– “Traigo un pedo atorado” (Tengo un problema cuya solución no es fácil y ni siquiera vislumbro)
– “Cada quien su pedo” (Que cada uno asuma las consecuencias derivadas de un problema)
– “No le has entendido al pedo” (No has comprendido el problema)
– “No la hagas de pedo” (No pongas tantos problemas)
– “No seas pedero (a)” (No hagas tanto problema, no exageres)
6. Salió como pedo.
7. Subió como pedo de buzo
8. “Tanto pedo para cagar aguado”.
9. Los hijos son como los pedos, solo se aguantan los propios.
10. El pedo que te sacaron.
11. El pedote que te pusiste
12. Trabajamos al pedo
13. Ni en pedo.
14. Está muy pedorro*.
15. El típico huelepedos
16. ¡Otro pedo!
17. A otro pedo.