Mario Guerra
psicoterapeuta
Consulta a nuestro especialista
• Nunca confían en lo que hacen, piensan que es por “chiripa”
• Vienen de una represión constante desde niños
Es cuando tu autoestima depende más de factores externos que internos.
• Si, pues somos seres sociales y todos tenemos necesidades de afiliación, afecto y estima.
• Pero el good guy cree que si no agrada a las personas estás no lo querrán o lo excluirán por ser “malo” o “egoista”. Si esto sucede el good guy se sentirá profundamente triste y rechazado. Si siente que el otro ha roto su parte del contrato, en vez de liberarse de su obligación de cumplirlo se empeña más en servir al otro pensando que así le dará el reconocimiento y amor que necesita.
• El good guy antepone las necesidades de otros a la suya por agradar.
• El good guy no es capaz de decir que no, aún cuando no esté de acuerdo.
• El good guy es incapaz de ser asertivo
Las personas más cercanas a nosotros, como son los padres nos etiquetan, de dos formas:
• Afecto positivo condicional: otorgar amor, alabanzas y aceptación sólo si el individuo se comporta como los padres establecen que es adecuado hacerlo.
Se critica y rechaza a la persona por la conducta indebida
• Afecto positivo incondicional: se proporciona aceptación y aprecio independientemente de las conductas ejecutadas.
Se acepta a la persona, aunque la conducta pueda ser criticada
se le orienta para adecuar sus conductas a lo conveniente.
En el primer caso se desarrolla una auto imagen negativa y se condiciona a la persona a comportarse como otros necesitan para ser aceptado y amado. No basta ser él, debe complacer a los demás.
• No soportas decepcionar a otros al grado de sentirte ruin si lo haces.
• Muestras gran ansiedad si sientes que no puedes complacer a los demás.
• Aceptas lo que sea con tal de evitar un conflicto siquiera moderado.
• Te sientes muy incómodo contradiciendo a otros.
• Sueles cambiar frecuentemente de modo de pensar, aún hacia lo opuesto, si otra persona opina algo distinto y te pide tu postura u opinión.
• Lo que haces está motivado por cómo te verán los demás y lo que pensarán de ti.
• Se deteriora la autoestima.
• Amor insatisfactorio: las relaciones son asimétricas, la persona siempre se siente en desventaja y obligada con los otros. Se sabe amado sólo porque hace lo que sea.
• Hace de lado sus necesidades por satisfacer a los demás.
• Caes en manos de manipuladores que detectan esta conducta y te humillan o devalúan al tiempo que te mantienen cerca. Te sientes atado porque te convences que no vales nada, pero a la vez es el único lugar en donde, “a pesar de eso”, te aceptan.
• Dejas de sufrir cuando no le agradas a algunas personas. No puedes controlar cómo todos te miran o lo que piensan de ti, a unos les vas a caer bien, a otros no. Te libera de la necesidad de influír en otros para caerles bien y también todo eokil tiempo y energía que te ahorras cuando ya no tienes que hacer esto.
• Tomas mejores decisiones. Eres más libre, ya no hay tanto miedo de fallar ni tanta necesidad de agradar.
• Tienes amistades más simétricas y genuinas: basadas en intereses mutuos, respeto y empatía mutua.
• Evitas acumular resentimiento. No puedes enojarte con los que rompen su parte del good guy contract y te tragas toda la frustración al no hallar reciprocidad.
• Ya no te sientes abrumado por tantas responsabilidades.
Cuando has sido un good guy por mucho tiempo y empiezas a cambiar, muchas personas te pueden empezar a etiquetar de rudo, poco cooperador o egoísta. Esto es normal en lo que se habitúan a tu asertividad. Eso sí, los manipuladores tenderán a alejarse definitivamente. Pero los verdaderos amigos acabarán por alegrarse con tu evolución.
Recuerda que no le vas a caer bien a todo el mundo y cuando no, muchas veces no es por algo que tu hagas, sino por las proyecciones o emociones de los demás.
• Siempre habrá personas que esperen otra cosa de ti; esa es su necesidad… Así sea la de que tu seas infalible para salvar al mundo.
• Abandona la idea de ser Mrs. Right o Mr. Perfect.
• Cuando te piden algo, sí tienes “de otra”: cuando puedes decir sí, sabe que lo haces porque lo decides, pues siempre se puede decir otra cosa, como por ejemplo:
• No
• “me gustaría poder ayudarte, pero me resulta imposible”.
• “no soy la persona más apropiada para esto”.
• “si te digo que sí te voy a quedar mal”
• Dame un momento para pensarlo, no se si tenga el tiempo…
• Evalúa en este momento que tan estresante o demandante es la petición, el tiempo que invertirás, lo que tendrás que dejar de hacer y tus ganas.
• Si la persona te presiona para responder entonces responde con un: no
• Establece límites
• Número de veces o tiempo que invertirás en esa petición.
• Ok, te acompaño, pero a las 10 debo estar en mi casa
• Expresa tus horarios y disponibilidad
• Cuidado con los manipualdores
• Tienden a adularte: ya me dijeron que eres muy bueno en esto de las computadoras, fíjate que mi lap ya anda muy lenta y…
• Tienden a meterte culpas: andale, acuérdate que yo ya te he ayudado con lo de tu hermana y además ya van dos veces que me dices que no puedes prestarme tu coche, o mejor dime que no te importa si me quedo tirado en el periférico con mi carcacha…
• No te justifiques demasiado y no te disculpes por todo.
• Un “no puedo, lo siento”, debería ser suficiente. Un “ya tengo otro compromiso/no tengo mucho tiempo” debería ser suficiente para la mayoría.
• Se empático y asertivo:
• Asertividad no significa rudeza. Puedes escuchar al otro, decirle que lo entiendes o al menos validar su emoción y finalmente expresar un sincero “qué barbaridad, y qué has pensado hacer”.
• Puedes “cerrar puerta y abrir ventana”
• No puedo llevarte porque ya mi hija me está esperando, pero si quieres usa mi celular…
• Empieza poco a poco y ten paciencia
• Para que empieces a sentirte cómodo con tu nueva conducta.
• Recuerda que la transformación toma tiempo
• No olvides que vas a tener recaídas; es normal.