Lucy Romero
Terapeuta familiar y de parejas
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Según el Consejo Nacional de Población, entre 2000 y 2005, los hogares sin hijos se incrementaron de 7.7 a 8.6%. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, en el período 1990- 2009 la proporción de niños, disminuyó de 39 a 28.7 %.
Según el Departamento de Agricultura en E.U. el costo por un hijo al año, desde que nace hasta los 18 años, va entre 160-190 mil pesos hasta los 2 millones de pesos, dependiendo los ingresos: entre servicios de salud, asuntos escolares, vestimenta, comida, etc. El costo anual promedio de la universidad en Estados Unidos es de 70 mil dólares (916 mil pesos). En México el promedio del semestre en una universidad privada es de 63 mil pesos.
Se ha comprobado que los padres y madres presentan niveles significativamente más bajos de felicidad que los adultos sin hijos. El tener descendencia tiene un coste para la dicha de los padres, para su tranquilidad marital y para su satisfacción personal.
Diversos especialistas han encontrado evidencias de que los padres son menos felices en comparación con los No padres, ya que tienen:
Hay evidencias de que las tensiones asociadas con la paternidad no sólo aparecen en el periodo de la crianza.
La creencia de que los hijos nos harán felices sería una verdadera ilusión: Imaginar cómo sería ser padre o madre suele consistir en concentrarse sólo en las cosas buenas, y dejar de lado las malas. Se cree que experiencias como la primera sonrisa de un hijo o que éste se case nos colmarán de dicha. Y, así es, pero esta felicidad sólo dura un rato. Cuando se quiere tener un bebé, nadie piensa que el día a día estará lleno de otro tipo de experiencias, como tener que resolver problemas, cocinar, lavar la ropa, etc. Son todas estas duras situaciones cotidianas las que impactan en los niveles de felicidad y en la satisfacción vital de los padres.
DINKS:
¿EN QUÉ INVIERTEN LOS DINKS?
1. Libros, sobre todo especializados.
2. Asesoría personalizada respecto a imagen. Estas parejas gustan de la atención individualizada, especialmente si se trata de recomendaciones respecto a su estilo de arreglo.
3.Productos para la salud: vitaminas, proteínas, dietas, complementos, talleres y cursos que les permitan mejorar su calidad de vida.
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