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¿Ser egoísta también es un acto de amor propio?

¿Ser egoísta es malo? Siempre hay un tiempo y lugar para todo, y el egoísmo no es una excepción, todos necesitamos ser un poco egoístas.

julio 14, 2025

¿Ser egoísta también es un acto de amor propio? Ariel Grundwald les va a contar todo sobre el egoísmo saludable y por qué deben practicarlo

El egoísmo puede sonar como algo negativo, después de todo nos han enseñado que pensar en uno mismo es egoísta y que primero debemos complacer a los demás. Sin embargo, un sano “egoísmo” es en realidad amor propio en acción. Aquí les explicamos cómo y por qué realmente es algo que puede ser de gran ayuda para ustedes.

Razones para ser un egoísta

Ya dijimos que no siempre es malo ser egoísta, pero debemos hablar sobre las razones de por que es en realidad bueno serlo.

Nadie puede dar lo que no tiene

Cuando una persona se desgasta en complacer a todos, descuida sus necesidades emocionales, físicas y espirituales. Esto termina pasándo factura en forma de agotamiento, ansiedad, estrés o incluso resentimiento.

La generosidad auténtica nace de un corazón lleno. Si dan desde la escasez, su ayuda termina siendo una carga, y no un regalo. Por ejemplo: Una madre que nunca descansa porque siente culpa por dedicar tiempo a sí misma puede volverse irritable y distante. Tomarse una hora para caminar sola, meditar o leer no la hace menos madre: la hace más equilibrada y disponible emocionalmente para sus hijos. 

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Ser egoísta ayuda a poner límites sanos

El amor propio se expresa en los límites. Decir “no” no es crueldad, es autocuidado. Sin límites, se convierten en un terreno de abuso, manipulación o sobrecarga emocional. Los límites claros no solo protegen el bienestar, sino que enseñan a los demás a cómo tratarnos.

Por ejemplo: Un trabajador al que siempre le piden horas extras empieza a resentir a su jefe y a su trabajo. Decir “lo siento, hoy no puedo quedarme” es tan legítimo como necesario. El respeto se gana cuando demuestras respeto hacia ti mismo.

El egoísmo saludable evita relaciones tóxicas

Muchas relaciones tóxicas se alimentan de personas que se sacrifican constantemente. Cuando no una persona no se valora, atrae a quienes se aprovechan de su entrega ilimitada. Poner sus necesidades sobre la mesa ayuda a filtrar a personas interesadas solo en recibir, sin dar nada a cambio.

Por ejemplo: en una relación romántica, si siempre eres quien paga, quien cede y quien calla para evitar discusiones, llega un punto en el que te sientes usado y emocionalmente drenado. Aprender a decir “esto no está bien para mí” es salvarse de quedarse en vínculos destructivos.

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Ser egoísta es escucharse a si mismo

Vivimos siguiendo lo que los demás esperan: la familia, la sociedad, la pareja. Pero uno de los mayores actos de amor propio es preguntarte genuinamente: ¿Qué quiero yo? Muchos no se han detenido a pensar qué desean realmente, porque siempre han vivido para cumplir expectativas externas. El egoísmo sano es hacer pausas y escucharse.

Por ejemplo: alguien que detesta las reuniones sociales grandes, pero siempre dice sí para “quedar bien”. Después termina agotado y malhumorado. Decidir quedarse en casa, disfrutar música o su serie favorita, es escuchar sus verdaderas necesidades. 

El egoísmo consciente impacta positivamente en los demás

Cuando nos amamos a nosotros mismos, todos a nuestro alrededor se benefician. Estar bien con uno permite dar lo mejor: paciencia, atención, ternura y comprensión. La energía cambia y eso se refleja en sus relaciones.

Por ejemplo: Una pareja en la que cada uno tiene espacio para sí mismo —tiempo para hobbies, amigos o descanso— suele discutir menos, porque nadie se siente asfixiado. Esa independencia crea seguridad y confianza mutua.

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¿Cómo practicar este egoísmo saludable?

Ahora debemos ver la forma más saludable de ponerlo en practica y no parecer el «egoísta malo»

  • Dedicar tiempo a actividades que nutran.
  • Decir “no” cuando algo no se sienta bien.
  • Reflexionar cada día sobre lo que necesitan o desean.
  • No temer priorizar su descanso.
  • Aceptar que no pueden complacer a todos.

Ser un poco egoísta es el arte de cuidarnos para poder cuidar, de darnos para poder dar, y de amarnos para poder amar. Ser egoísta no siempre es malo, depende del momento. 

Especialista: Ariel Grunwald. Mentor espiritual y coach de desarrollo personal con más de 25 años de experiencia. Especialista en Kabbalah y principios universales para el autodescubrimiento y la transformación personal.

IG: @ariel.grunwald // WEB: www.ariel-grunwald.com

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julio 14, 2025