Nuestro querido Pablo León, les dejó un test espectacular en donde les explica qué tan mentirosos son.
Si se cachan siendo mentirosos, vayan viendo qué pueden hacer para que esto cambie y se vayan por el camino de la verdad.
Test: ¿qué tan mentiroso eres?
- ¿Puedes mirar a los ojos a alguien mientras dices algo que no es cierto?(Sí = 1 punto)
- ¿Sueles exagerar tus logros en redes sociales o en el trabajo? (Sí = 1 punto)
- ¿Recuerdas haber contado tanto una mentira que terminó pareciendo verdad para ti? (Sí = 1 punto)
- ¿Te resulta fácil cambiar de versión según quién te escucha? (Sí = 1 punto)
- ¿Racionalizas tus mentiras pensando que lo haces “por el bien de los demás”? (Sí = 1 punto)
- ¿Puedes inventar detalles al momento para cubrir una historia falsa? (Sí = 1 punto)
- ¿A veces olvidas si algo realmente pasó… o lo inventaste? (Sí = 1 punto)
- ¿Te cuesta trabajo sentir culpa cuando mientes bien? (Sí = 1 punto)
- ¿Sientes que mentir (bien) te ha dado alguna ventaja importante? (Sí = 1 punto)
RESULTADOS:
0–2 puntos: Tu cerebro prefiere la verdad… aunque duela. Posiblemente tienes una alta activación del córtex prefrontal dorsolateral, lo que implica mayor autocontrol y ética rígida.
3–5 puntos: Eres humano. Mientes lo justo para sobrevivir. Tu cerebro sabe cuándo mentir activa áreas como la ínsula (culpa) y cuándo activar la corteza orbitofrontal (engaño social estratégico).
6–8 puntos: Tienes habilidades de manipulación que no todo mundo posee. Probablemente manejas la presión con frialdad. Ojo: los buenos mentirosos tienden a tener bajo nivel de activación en la amígdala (menos miedo a ser descubiertos).
9–10 puntos: Tu cerebro está cableado para el engaño. Alta flexibilidad cognitiva, bajo remordimiento, y posiblemente rasgos de personalidad que rozan la psicopatía leve. Ideal para espías, políticos… o estafadores.
¿Cómo detectar a un mentiroso y qué hacer si el mentiroso eres tú?
El cerebro confía más en la coherencia del discurso que en su veracidad.
- No te obsesiones con microexpresiones o lenguaje corporal. Lo verdaderamente revelador no está en el sudor, sino en las palabras.
- Busca incongruencias en la narrativa. Una historia mal armada puede sostenerse una vez, pero no muchas. Haz preguntas que requieran detalles. Los mentirosos suelen caer en contradicciones al repetir su historia.
- Observa cambios en versiones, omisiones sutiles o respuestas evasivas. No busques errores, busca incoherencias.
¿Y si tú eres quien no puede dejar de mentir?
Si sientes que mientes más de lo que deberías —por hábito, impulso o miedo al rechazo—, no estás solo. Mentir puede ser una forma de defensa emocional o una estrategia aprendida, pero a largo plazo erosiona tu autoestima, tus relaciones y tu sentido de identidad.
- Paso 1: Reconócelo sin juicio. No se trata de culparte, sino de hacerte consciente.
- Paso 2: Detecta patrones. ¿Cuándo mientes más? ¿A quién? ¿Por qué? Identificar los detonantes es clave.
- Paso 3: Trabaja el miedo detrás de la mentira. Muchas veces mentimos porque creemos que la verdad no será aceptada. Esto se trabaja con terapia, escritura reflexiva o conversacioneshonestas.
- Paso 4: Sustituye la mentira por una versión auténtica, pero cuidadosa. Puedes ser honesto sin ser hiriente. Decir la verdad con empatía también se entrena.
Mentir es humano. Pero elegir cuándo, cómo y por qué decir la verdad también lo es. El objetivo no es ser brutalmente sincero ni convertirnos en detectores infalibles, sino entender lo que hay detrás de cada mentira —propia o ajena— y elegir conscientemente si seguir usándola… o no.