Estas son las 8 reglas de oro para terminar una relación con dignidad, con respeto y, sobre todo, sin perder la paz mental.
Vamos a hablar de algo que todos hemos vivido: terminar una relación. Porque sí, terminar bien es un arte. Y no, no se trata de ghostear, ni de mandar un mensaje de dos líneas, se trata de agradecer y ser amables con nosotros.
¿Cómo estamos en relaciones en México?
Terminar una relación nunca es fácil. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México casi el 50% de los matrimonios terminan en divorcio y, en promedio, la duración de los matrimonios que se rompen es de 17 años.
Pero no solo hablamos de matrimonios: en la vida cotidiana, miles de parejas novias, novios, concubinos o simples compañeros deciden separarse.
Lo importante aquí es cómo lo hacemos. Porque no es lo mismo cerrar un ciclo con claridad y respeto, que dejar a alguien con heridas abiertas, dudas o traiciones. Y aunque no hay leyes que regulen cómo terminar con alguien, sí existen reglas morales que nos ayudan a hacerlo con humanidad, coherencia y dignidad.
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8 reglas espirituales para terminar una relación
Vamos a hablar de las ocho reglas para terminar una relación: desde no robar más tiempo cuando ya sabes que se acabó, hasta aprender a desaparecer con respeto. Reglas simples, pero que hacen la diferencia entre dejar cicatrices y dejar aprendizajes.
No robes más de su tiempo
Cuando ya sabes que la relación terminó, posponer la ruptura es prolongar el sufrimiento. Mucha gente espera a “que pasen las fiestas” o “a que se venza el contrato de renta”, pero eso sólo añade meses de incertidumbre. Ellos merecen tener un futuro claro, no tu confusión.
Ejemplo: Si descubres en octubre que ya no amas a tu pareja, no esperes a terminar el año “para no arruinarle la Navidad”. Terminar en ese momento duele, sí, pero les da la oportunidad de iniciar el siguiente año con claridad.
Ama profundamente o no ames en absoluto
Estar con alguien “a medias” no es un regalo, es una carga. Si no sientes orgullo de presentarlo(a) como tu pareja o fantaseas con estar con otra persona, lo más honesto es dejar ir. Déjalos estar con alguien que sí se enorgullezca de estar con ellos. Si crees que mereces algo mejor, ve y encuéntralo, pero deja que esa persona lo encuentre también.
Ejemplo: Si te cachas pensando constantemente “seguro habrá alguien mejor” o evitando incluir a tu pareja en planes importantes, es una señal clara de que no estás entregada. Mejor corta en vez de dar migajas emocionales.
No los traiciones
Es normal que de vez en cuando aparezcan pensamientos de atracción hacia alguien más, pero actuar en ellos destruye la confianza y multiplica el dolor. Si ya no puedes ser leal, termina primero. Esa persona no merece que al dolor de la ruptura le añadas el de la traición.
Ejemplo: Antes de bajarte una app de ligue “solo para ver qué hay”, pregúntate si eso no es señal de que ya saliste emocionalmente de la relación. Mejor sé clara y termina con respeto.
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No los obligues a irse porque tú no puedes
Muchas personas, por miedo a hablar, a que los odien o a quedar como el malo, se van enfriando y distanciando poco a poco para que la pareja sea la que se harte y termine con la relación. Eso es cruel: dejas la carga emocional y la culpa en la otra persona porque tú no puedes hacerlo. Sé valiente, díselos tu mismo y no dejes que carguen solos con la culpa de la ruptura.
Ejemplo: En lugar de desaparecer emocionalmente, responder con monosílabos o inventar excusas para no verlos, enfrenta la conversación y di: *“Ya no quiero seguir, pero no porque tú seas insuficiente, sino porque yo ya no estoy aquí emocionalmente”*.
Ofrece una razón clara
Los finales sin explicación son los más dolorosos. La persona se queda analizando cada palabra, cada cita, cada discusión, buscando entender qué pasó. Dar una razón honesta les ayuda a cerrar. Si te quieres ir, vete, pero dales el regalo de ser coherente.
Ejemplo: En vez de decir “no eres tú, soy yo” y desaparecer, di: “Me he dado cuenta de que no compartimos la misma visión de futuro, y eso para mí es fundamental”. No es necesario dar un discurso, pero sí darle sentido.
Deja que te desprecien
Cuando cortas, no puedes pretender que la otra persona te siga viendo como “la buena onda, la linda, un ser de luz”. ¡Deja que te odien! Permíteles enojarse, el enojo es una forma de defenderse a sí mismos y poder sanar. ¡You don’t get to leave and keep your halo!
Ejemplo: Si después de la ruptura tu ex te dice “me siento traicionado”, “eres egoísta” o “no te quiero volver a ver”...no intentes limpiar tu imagen. Entiende que es su manera de poner distancia y protegerse.
Desaparece con dignidad
En este momento, NO te necesitan como un amigo. Necesitan espacio y tu silencio. Seguir mandando mensajes “para ver cómo están” solo confunde. Lo más compasivo que puedes hacer al inicio es alejarte.
Ejemplo: Evita mandar un “feliz cumpleaños, espero que estés bien” al mes de haber terminado. Eso abre heridas. La verdadera amabilidad es darles el espacio de sanar sin tu presencia.
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SÍ existen reglas (morales, no legales)
Terminar con respeto no es opcional: es una forma de recordarnos que todos merecemos ser tratados con cuidado, incluso en los finales. Si un día los roles se invierten, agradecerás que la otra persona siga estas mismas reglas.
Ejemplo: Piensa en cómo te gustaría que te terminaran: sin engaños, con claridad, sin desaparecer de un día para otro. Esa es la guía para hacerlo tú también.
Un resumen par terminar una relación de forma amable y consciente
La forma en que cierras una relación dice mucho de quién eres. Porque no solo se trata de terminar, sino de terminar bien. Y hacerlo con respeto, al final, también es cuidarte a ti misma. Por eso ten en cuenta lo siguiente:
- Terminar una relación es un acto difícil, pero también puede ser un acto de amor y de humanidad:
- No prolongar lo inevitable.
- No amar a medias.
- No traicionar.
- No obligar al otro a cargar con la culpa.
- Ofrecer razones claras.
- Permitir que sientan enojo.
- Dar espacio para sanar.
Y recuerda que, aunque no sean leyes, sí existen reglas morales que nos hacen mejores personas incluso en los finales, que muchas veces son inevitable.
Especialista: Ariel Grunwald. Mentor espiritual y coach de desarrollo personal con más de 25 años de experiencia. Especialista en Kabbalah y principios universales para el autodescubrimiento y la transformación personal.
IG: @ariel.grunwald / WEB: ariel-grunwald.com