En un mundo lleno de información a veces lo que realmente necesitan un golpe de realidad. Y si hay alguien que sabe de eso, es Martha Debayle, así que tomen nota en los consejos que les da a los emprendedores.
Su camino en los negocios no ha sido un cuento de hadas, sino una lección de disciplina, visión y una buena dosis de audacia. Si te se han preguntado qué hace a alguien un verdadero crack en los negocios, la respuesta no está en fórmulas mágicas, sino en principios que parecen simples, pero que requieren una ejecución impecable.
Aquí, desmenuzamos las lecciones más valiosas de Martha Debayle, que son, en realidad, los cimientos para construir una empresa digna de respeto.
El miedo no es una opción, la disciplina sí lo es
Si hay algo que Martha Debayle ha demostrado a lo largo de su carrera es que el miedo es un lujo que no se pueden permitir. Su frase «con miedo, pero hazlo», es la que ha marcado su carrera profesional y es que tienen que entender que el riesgo es parte del juego. No se trata de ser imprudente, sino de tener la capacidad de tomar decisiones difíciles y mantenerse firmes en ellas, incluso cuando la incertidumbre les dé escalofríos.
La disciplina es el antídoto al miedo. Es lo que los hace levantarse cada mañana, cumplir con su palabra y hacer el trabajo que otros no están dispuestos a hacer. Un verdadero líder no necesita que lo motiven, tiene una disciplina intrínseca que lo empuja a seguir adelante, sin importar las circunstancias.
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La claridad en tu visión es el faro
¿Qué quieren? ¿Hacia dónde van? Si no pueden responder a estas preguntas de forma concisa, están perdidos. Los negocios exitosos no nacen de la casualidad, sino de una visión clara y definida y esto lo sabe Martha. Desde que inició con bbmundo sabía perfecto lo que quería comunicar e informar.
Los negocios no solo son sueños, son un plan de acción con metas específicas, medibles y alcanzables. Su visión debe ser tu faro, la guía que te ayuda a decir “no” a lo que no suma y “sí” a lo que te acerca a tu objetivo.
Martha lo dice sin rodeos: tienen que saber a dónde van, tener el objetivo de lo que quieren lograr con su negocio. Si su visión está borrosa, sus acciones también lo estarán.
El trabajo duro es un pre-requisito, no un extra
Ya dejen de pensar en las historias de éxito instantáneo. El trabajo duro no es una opción; es la base sobre la que se construye todo. Los cracks en los negocios no trabajan solo cuando les apetece; trabajan de forma constante, estratégica e inteligente.
Esto no significa pasar 24/7 en la oficina. Significa ser productivo, no solo estar ocupado. Se trata de entender que cada paso, cada llamada, cada email, debe tener un propósito. El esfuerzo y la perseverancia son el precio de la excelencia. Y ya saben lo que dice Martha Debayle «si quieres lo que pocos tienen, debes de estar dispuesto a hacer lo que todos hacen».
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La excelencia no es negociable
¿Cuál es la diferencia entre un negocio bueno y uno extraordinario? La atención al detalle. Un emprendedor entiende que cada interacción con el cliente, cada producto que se vende y cada servicio que se ofrece, es una oportunidad para demostrar su compromiso con la excelencia.
La calidad no es solo un objetivo; es un estándar. Se refleja en todo lo que hacen. Es lo que los distingue de la competencia. Si quieren ser un líder en su industria, no pueden conformarse con lo “suficiente”. Deben aspirar a lo extraordinario en cada aspecto de su negocio.
Su equipo es su activo más valioso
Nadie llega a la cima solo. Un buen líder sabe que su mayor fortaleza reside en las personas con las que trabaja. Ya lo decía Martha a Oso Trava, tienen que rodearse de un equipo de personas talentosas, apasionadas y que compartan su visión. Pero no solo se trata de contratarlos; se trata de invertir en ellos, de escucharlos y de empoderarlos.
Su trabajo como líder es crear un ambiente donde la gente se sienta valorada y motivada a dar lo mejor de sí. Un equipo alineado y comprometido puede llevar a su negocio a niveles que jamás imaginaron.
Cuiden su reputación como un tesoro
En el mundo de los negocios, la reputación lo es todo. Su palabra es su contrato, y su ética es su carta de presentación. Un buen emprendedor entiende que un negocio no se construye solo con ganancias, sino con confianza y credibilidad.
Esto significa ser honesto, transparente y asumir la responsabilidad por sus errores. Los clientes y colaboradores confían en ustedes cuando saben que son una persona de palabra. Ya lo dice Martha una reputación sólida es un activo que tarda años en construirse y segundos en destruirse. Cuídenla como su mayor tesoro.
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Estén siempre relevantes y adaptables
El mundo de los negocios cambia a una velocidad vertiginosa. Lo que funcionó ayer, puede no funcionar mañana. Por eso, un verdadero crack nunca deja de aprender y evolucionar. La adaptabilidad no es solo una cualidad; es una necesidad.
Deben estar siempre al tanto de las nuevas tendencias, tecnologías y necesidades del mercado. No se aferren a modelos obsoletos. Sean curiosos, experimenten y no tengan miedo de reinventarse. En el mundo de los negocios, los que se estancan, se quedan atrás.
Ser un crack no es un título que se te da; es un estilo de vida. Es la suma de la disciplina, la visión, la ética de trabajo, el compromiso con la excelencia y la capacidad de rodearse de los mejores. Es el camino que los invita a darlo todo, porque al final, lo extraordinario siempre supera a lo ordinario.