En exclusiva Kelly Casperson, Experta en menopausia y Podcaster, nos viene a explicar todo sobre los estrógenos en la menopausia y a contarnos qué sí hay que creer y qué no.
Durante décadas se pensó que los estrógenos solo servían para el ciclo menstrual y la fertilidad. ¡Error! Hoy la ciencia ha confirmado que son verdaderas hormonas multitarea que tienen un impacto en casi todos los sistemas de nuestro cuerpo, y es crucial que lo sepamos.
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Las funciones ocultas de las hormonas multitarea
Los estrógenos son un grupo de hormonas femeninas que, si bien son fundamentales para el desarrollo y el funcionamiento del sistema reproductivo (regulan nuestro ciclo, preparan al útero para un posible embarazo y mantienen la salud de los tejidos vaginales y mamarios), su influencia es gigante y va más allá:
- En el cerebro: Actúan como neurohormonas, regulando la memoria, la concentración y el estado de ánimo. Por eso, no es casualidad que el descenso en la menopausia nos provoque olvidos, la famosa «niebla mental» o irritabilidad.
- En los huesos: Son esenciales para mantener la densidad mineral ósea. Su caída acelera la pérdida de calcio y aumenta el riesgo de osteoporosis.
- En el metabolismo: Ayudan a regular la energía, el sueño y la composición corporal, favoreciendo una mejor distribución de la grasa y la masa muscular.
- En la piel: Estimulan la producción de colágeno, la elasticidad y la luminosidad que tanto amamos.
Cuando los niveles de estrógenos bajan, los efectos van mucho más allá de los sofocos o la sequedad vaginal: hay cambios cognitivos leves, pérdida de músculo, alteraciones emocionales y envejecimiento visible de la piel. En otras palabras, la menopausia no es «solo una etapa hormonal», sino una transición fisiológica total que influye en cómo pensamos, dormimos y envejecemos.
Terapia hormonal: desmintiendo mitos y tabúes
La terapia hormonal (TH), que incluye los estrógenos, aún está rodeada de miedos, pero es momento de separar la evidencia de la desinformación. Lo primero que tienen que saber es que no es una sola cosa; existen diferentes formas, dosis y vías de administración que deben ser individualizadas. Y, contrariamente a lo que se cree, no todas las terapias implican los mismos riesgos.
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Dos vías de acción, cero pánico
Estrógeno Vaginal de Baja Dosis:
- ¿Cómo se aplica? Directamente en la zona genital (en crema, óvulos o anillos).
- ¿Para qué sirve? Está indicado para tratar sequedad, ardor, dolor o atrofia vaginal, síntomas muy comunes que pueden persistir años después de la menopausia.
- La clave: Su absorción en la sangre es mínima, lo que significa que no aumenta el riesgo de cáncer de mama ni de trombosis. Puede y debe usarse de por vida, con total seguridad y enormes beneficios para la salud sexual y la calidad de vida, si los síntomas persisten.
Estrógeno Sistémico (parches, geles, píldoras o anillos):
- ¿Para qué sirve? Busca restablecer los niveles de estrógenos en todo el cuerpo para aliviar síntomas más generales como sofocos, insomnio, pérdida ósea o cambios cognitivos.
- La mejor opción: Los parches o geles transdérmicos son excelentes, ya que imitan mejor los ritmos naturales y evitan el paso por el hígado (a diferencia de las píldoras), lo que reduce los riesgos cardiovasculares.
- El plus: La terapia sistémica no solo mejora el bienestar diario, sino que puede tener efectos preventivos a largo plazo en nuestros huesos, cerebro y corazón cuando se inicia a tiempo.
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El caso Women’s Health Initiative y el mito del cáncer
Muchas de las alarmas sobre los riesgos de los estrógenos provienen del estudio WHI (Women’s Health Initiative) de 2002. Pero ¡ojo! Ese estudio usó un tipo específico de estrógeno y progestina artificial y se administró a mujeres mayores de 60 años (muchas con décadas sin menstruar).
La evidencia actual es clara: empezar la terapia hormonal a tiempo (entre los 45 y 60 años, en la transición menopáusica) es seguro y beneficioso para la salud general. El momento importa muchísimo.
Respecto al cáncer de mama, es un miedo que hay que dimensionar. La evidencia actual nos dice que el riesgo absoluto que se le atribuye a los estrógenos es bajo y es comparable a otros factores cotidianos como tomar una copa de vino al día o tener sobrepeso. Para la mayoría de ustedes, los beneficios de la terapia bien indicada superan ampliamente los riesgos, siempre bajo una estricta supervisión profesional.
Estrógenos, cerebro y deseo sexual
No podemos hablar de sexualidad sin hablar de nuestro cerebro. Es el órgano sexual más importante, y los estrógenos tienen un papel clave:
- Influyen en la dopamina, el neurotransmisor central del placer y la recompensa.
- Aumentan la conectividad límbica, la región del cerebro que regula las emociones, la motivación y, por supuesto, el deseo sexual.
Esto significa que el reemplazo hormonal no solo mejora lo físico (como la lubricación y la elasticidad vaginal), sino que también:
- Mejora la libido, aumentando el interés y la excitación.
- Favorece el humor, ayudando a reducir la irritabilidad, la ansiedad o la tristeza.
- Potencia la claridad mental, combatiendo esa «niebla mental» que nos hace sentir que perdemos partes de nuestra vida.
La salud sexual en la menopausia es una integración de mente y cuerpo, y la terapia hormonal bien indicada nos puede ayudar a recuperar esas dimensiones que muchas sienten que «pierden». ¡No están rotas! Solo necesitan entender y cuidar su biología.
Especialista: Dra. Kelly Casperson. Uróloga certificada especialista en urología pélvica femenina y en salud sexual de las mujeres. Es miembro activo de la American Urological Association y la International Society for the Study of Women’s Sexual Health. Es host del podcast, You Are Not Broken. Autora del best seller You Are Not Broken: Stop «Should-ing» All Over Your Sex Life y del nuevo libro The Menopause Moment: Mindset, Hormones and Science for Optimal Longevity. IG y YT: @kellycaspersonmd // FB: @youarentbroken // Threads: @kellycaspersonmd // WEB: kellycaspersonmd.com // Podcast: You Are Not Broken en Apple Podcast.