Seguramente, en sus maratones nocturnos de streaming, ya se toparon con el fenómeno que está arrasando en las listas: la nueva serie de Netflix, «Monster», pero ¿quién fue Ed Gein? Les contamos el chisme completo.
Y es que la figura de Ed Gein, un granjero de Wisconsin, es más que un simple caso de terror; es un escalofriante recordatorio de cómo la represión extrema y el aislamiento pueden fracturar una mente hasta convertirla en el arquetipo del mal.
No estamos hablando de ficción pura, mis cuentahabientes, sino de la historia que sentó las bases de todo el cine de terror psicológico moderno. ¿Quieren saber quién fue el hombre que no solo inspiró a los productores de Hollywood, sino que también nos hizo cuestionarnos los límites de la psique humana? Abróchense el cinturón, porque la historia de Ed Gein es, por mucho, uno de los capítulos más oscuros y necesarios de entender en la historia del true crime.
¿Quién fue Ed Gein? El verdadero «Monstruo» que inspiró a Psycho y la serie de Netflix
El caso de Ed Gein, que tuvo lugar entre 1947 y 1957, es uno de los más recordados y perturbadores. Y no solo por la brutalidad de sus actos, sino porque Gein se convirtió en la fuente de inspiración para personajes icónicos que amamos (y tememos) en la cultura popular. Piénsenlo: cada vez que sienten ese escalofrío al ver una película clásica de terror, probablemente están viendo un pedazo del alma retorcida de Ed Gein:
- Norman Bates en Psycho (1960): Inspirado en su dependencia enfermiza de la figura materna.
- Leatherface en The Texas Chain Saw Massacre (1974): Creado a partir de su tendencia a usar piel humana para confeccionar máscaras.
- Buffalo Bill en The Silence of the Lambs (1991): Tomó la idea de que su objetivo era construir “un traje” con piel para parecerse a la imagen femenina que idealizaba.
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El fenómeno Netflix y la obsesión por el “Monstruo”
La nueva producción de Ryan Murphy, el mismo creador de la serie de Jeffrey Dahmer, se estrenó el 3 de octubre de 2025 y ha sido un éxito inmediato. En su primera semana, logró 12.2 millones de vistas, subiendo al puesto número uno global en su segunda semana, con 20.7 millones de vistas.
Pero esta serie no busca solo el morbo, cuentahabientes. Lo interesante es que explora no solo los crímenes, sino también el ambiente opresivo y religioso que marcó su infancia, así como las fallas institucionales que permitieron que sus actos pasaran desapercibidos por una década. Esto nos obliga a mirar más allá del “monstruo” y adentrarnos en la psique de un hombre roto.
La semilla de la Psicosis: Augusta, el control y la culpa
Para entender a Ed Gein, tenemos que empezar con su madre: Augusta Wilhelmine Lehrke. Una mujer de origen alemán profundamente religiosa, con una moral estricta y una visión apocalíptica del pecado. Ella se casó con George Philip Gein, un hombre inestable y alcohólico, pero el ambiente familiar estuvo marcado por las constantes discusiones y su desaprobación total al estilo de vida de su esposo.
En 1914, Augusta convenció a su esposo de mudarse a una granja aislada de 63 hectáreas a las afueras de Plainfield, con el único objetivo de aislar a sus hijos (Henry, el mayor, y Edward Theodore, Ed) de lo que ella llamaba “la corrupción del mundo”.
- Aislamiento y Represión: Los sermones y las lecturas bíblicas diarias eran la rutina. Augusta enseñó a sus hijos que todas las mujeres, excepto ella, eran instrumentos del diablo.
- El Niño Retraído: Ed creció como un niño tímido, enfermizo y socialmente inepto, con una madre sobreprotectora que le prohibía el contacto con otros niños.
Puntos de quiebre: El padre muere de un ataque cardíaco en 1940. Su hermano Henry, quien intentaba distanciarse del fanatismo de Augusta, murió en 1944 en un incendio de pastizales. Aunque el reporte oficial fue “asfixia accidental”, había hematomas en la cabeza y no se le hizo autopsia, lo que generó sospechas.
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El duelo patológico: el origen de la obsesión
El verdadero punto de no retorno fue el 29 de diciembre de 1945, cuando Augusta Gein murió a los 67 años. Para Ed, la pérdida de su madre, que era la figura moral dominante y el centro de su mundo, lo dejó solo en la granja.¿Qué hizo Ed? Selló todas las habitaciones que ella había usado, dejándolas intactas. A partir de ahí, su mente no soportó la ruptura, lo que para cualquiera sería un proceso de duelo, para él se convirtió en una reconstrucción delirante.
- Profanaciones: Entre 1947 y 1952, Ed confesó haber profanado unas 40 tumbas en busca de cuerpos de mujeres que le recordaran a su madre. Su objetivo era “revivirla” creando objetos con piel humana.
- Aislamiento y Lectura: Vivía solo sin electricidad ni agua corriente y leía revistas sobre crímenes sexuales, nazis, canibalismo y fetichismo.
El hallazgo del horror
La locura de Gein culminó con el asesinato confirmado de al menos dos mujeres: Mary Hogan (dueña de una taberna, desaparecida en 1954) y Bernice Worden (dueña de una ferretería, desaparecida en 1957). La pista de Worden fue que Gein había sido su último cliente. La policía arrestó a Ed Gein en la madrugada del 17 de noviembre de 1957. Al entrar en la granja, el horror se hizo realidad:
- Encontraron el cuerpo decapitado de Bernice Worden, colgado boca abajo en el cobertizo.
- Dentro de la casa, hallaron el catálogo del terror: máscaras hechas con piel humana, lámparas y sillas tapizadas con la misma materia, un cinturón confeccionado con pezones, tazones de cráneo y un corsé hecho con un torso. Incluso encontraron el cráneo y la cara de Mary Hogan.
El diagnóstico psicológico: Duelo patológico y esquizofrenia
Dos días después de su arresto, Ed Gein confesó haber matado a Worden y Hogan y haber profanado tumbas, negando la necrofilia o el canibalismo. Dijo que su propósito era “recrear a su madre” con los restos de mujeres que se le parecían. Los especialistas en salud mental que lo evaluaron coincidieron en que el núcleo de su psicosis giraba en torno a la figura materna. Su dependencia emocional generó un cuadro de duelo patológico y un complejo de Edipo no resuelto, acentuado por el aislamiento extremo.
- Negación y Ritual: Gein no mataba, según su lógica delirante, por placer sexual, sino por un deseo enfermizo de reconstruir la presencia materna. Fabricar esos objetos con piel era su forma psicótica de mantenerla cerca.
- Diagnóstico Clínico: Fue diagnosticado con Reacción esquizofrénica crónica indiferenciada, lo que legalmente lo hizo inimputable por demencia. Su mente había creado una realidad donde su madre aún estaba presente, negándose a aceptar la pérdida. Gein fue encerrado de por vida en hospitales psiquiátricos.
Al final, cuentahabientes, la historia de Ed Gein nos recuerda la vulnerabilidad de la mente humana ante la represión y el dolor no procesado. Detrás del mito del “monstruo” hay un hombre que nunca pudo hacer el duelo de la única figura que conocía, quedando atrapado en un acto de devoción retorcida. Ed Gein murió el 26 de julio de 1984, a los 77 años, de insuficiencia respiratoria. Su tumba está junto a la de Augusta en Plainfield.
Especialista: Manuel Espino. Experto en comportamiento humano y true crime. IG: @manuespino94 // @malviaja2_channel // Host del podcast: Pertuba2, uno de los podcast más escuchados de América Latina que pueden escuchar en Spotify y YouTube