¿Qué pasó con el robo millonario al Louvre? ¿Qué se llevaron? y ¿Qué pasará si no encuentran las joyas? Les contamos todo aquí.
El domingo 19 de octubre, cuatro ladrones hicieron un robo millonario al Louvre en el Salón Apolo, a las 9:30 am horas durante el horario de apertura del museo y con las salas llenas de visitantes. Entre estas: diademas, collares, aretes y broches.
Los ladrones entraron al museo usando una grúa que pusieron del lado del río Sena. Subieron hasta un balcón que da acceso a la galería de Apolo, en el primer piso.
Usaron una motosierra para romper las vitrinas donde se exhibían las joyas que pertenecieron a la esposa de Napoleón, la emperatriz María Luisa; a su cuñada, la reina Hortensia de Holanda; a la reina María Amelia, esposa del último rey de Francia, Luis Felipe, que reinó entre 1830 y 1848; y a la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III, que reinó entre 1852 y 1870.
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Robo millonario al Louvre: ¿qué se llevaron?
El robo duró solo siete minutos y escaparon en moto. No hubo heridos. Las joyas robadas pertenecieron a la monarquía francesa del siglo XIX, y están incrustadas con miles de diamantes y otras piedras preciosas.
Los cuatro ladrones siguen sin ser encontrados y las joyas robadas aún no han aparecido (a excepción de la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo). De acuerdo con los expertos, las joyas son de un «VALOR INCALCULABLE». ¿QUÉ SE ROBARON?
Diadema de la Emperatriz Eugenia
Está hecha con siete tallos, cada uno con tres grandes perlas, una encima de la otra. Entre estos tallos, hay ocho adornos con forma de piel (una forma decorativa), que están decorados con hojas hechas de diamantes con forma de pera (como gotas invertidas).
Cada una de esas decoraciones tiene tres perlas y más hojas de diamantes, todo rodeado por una hilera de perlas. Todo el conjunto tiene una base hecha de perlas redondas y hojas de diamantes.
En total, la pieza tiene:
- 212 perlas (incluidas 17 con forma de pera).
- 1,998 diamantes.
- 992 rosas.
Tiara del conjunto de la reina María Amélie y la reina Hortensia. Todas estas joyas están decoradas con zafiros de Ceilán en su estado natural, es decir, sin haber sido tratados con calor para cambiar su color, como se hace hoy en día en joyería.
Este conjunto, que fue modificado con el tiempo, fue usado por varias mujeres importantes: la reina Hortensia, la reina María Amelia e Isabel de Orleans. Aunque existen retratos de ellas luciendo estas joyas, su origen sigue siendo un misterio.
No se sabe quién las mandó hacer ni quién las fabricó, pero el conjunto es un valioso ejemplo de la joyería parisina de la época.
Collar de esmeraldas del conjunto de Marie-Louise.
El conjunto completo, ofrecido por Napoleón a María Luisa por su matrimonio, fue entregado a finales de marzo de 1810 incluyendo una tiara, un collar, un par de pendientes y una peineta.
El collar tiene 32 esmeraldas (10 de ellas en forma de pera), 1138 diamantes, 874 brillantes y 264 rosas. La esmeralda central (de 13,75 quilates), de forma ovalada, está tallada con ocho lados.
Broche conocido como broche relicario
En total, 94 diamantes. Se piensa que la joya, que se puede quitar fácilmente, fue hecha para poder poner después una pieza en medio que probablemente guardaba una reliquia.
Gran lazo del corpiño de la Emperatriz Eugenia
Era el centro de un cinturón hecho con más de 4.000 Diamantes de la Corona. Este cinturón se mostró en la Exposición Universal de 1855 y lo usó la Emperatriz Eugenia. La corona de la Emperatriz Eugenia de Montijo (que ya recuperaron).
Lo único que se ha podido recuperar. Los ladrones la perdieron mientras escapaban, y ahora están revisando qué daños sufrió. La forma de esta joya es típica de las representaciones de las coronas imperiales, basada en un diseño que ya se usaba en los escudos del Primer Imperio.
Los ocho arcos tienen forma de águila y están hechos de oro moldeado, mientras que las demás partes tienen decoraciones con diamantes en forma de hojas, incluyendo una grande en el centro. Cada hoja tiene dos esmeraldas a los lados. En total, la corona tiene 1354 diamantes, 1136 rosas (tipo de diamante) y 56 esmeraldas.
¿Qué pasa si no los encuentran?
Las joyas robadas son del siglo XIX y están hechas con miles de diamantes y zafiros, usando técnicas muy detalladas y difíciles, que muestran el gran talento de los artesanos de esa época.
Venderlas en el mercado negro es muy complicado, porque están registradas y se pueden reconocer fácilmente. Por eso, la única forma de sacarles dinero sería desarmarlas: separar los diamantes o perlas para venderlos por separado.
Si hacen eso, ya no se sabría de dónde vienen, y perderían todo su valor histórico y cultural. Por eso, ya ha empezado una carrera contra el tiempo para encontrarlas antes de que las destruyan. Sin embargo, los expertos dicen que desmontar las joyas no es nada fácil. Puede tardar meses y necesitar la ayuda de personas con gran experiencia en la materia.
