La mesa de Día de Gracias de Martha Debayle es una lección magistral de decoración y un recordatorio poderoso de lo que realmente importa: la gratitud.
Vamos a desmenuzar este montaje espectacular para que ustedes puedan replicar ese glamour y esa calidez en su propio altar a la gratitud.
Thanksgiving is here!!! Así se ve la mesa de Martha Debayle
Para Martha, el Día de Gracias (o San Givinito como le dice ella) es más que una cena; es una de sus épocas favoritas porque es el día que elegimos conscientemente hacer una pausa y darnos cuenta de que, a pesar de todo, estamos profundamente bendecidas.
Esta mesa es una oda a la gratitud. Un recordatorio constante de que lo verdaderamente valioso está en lo que podemos compartir y en el amor de quienes tenemos cerca. Aquí les mostramos las claves para recrear esta ambientación de ensueño que destila lujo, calidez y un estilo de vida impecable.

La paleta de colores: dorado, terracota y profundidad
El primer impacto es la calidez. La mesa está vestida con un mantel en color terracota o naranja quemado, un tono que evoca la tierra y el otoño. La riqueza de la paleta se logra al mezclar tonos joya:
- Toques metálicos: El dorado es el protagonista absoluto. Se usa en la cubertería, en el borde de los platos y en calabazas decorativas, aportando ese toque de glamour que amamos.
- Contraste dramático: La profundidad la dan piezas en cristal y cerámica oscura, casi negra o café profundo (como las calabazas de vidrio y las bases de los candelabros), que le dan un toque sofisticado y elegante.

La escenografía: naturaleza con un toque glam
El centro de mesa es una verdadera masterpiece que va más allá del clásico pavo. Martha utiliza figuras de faisanes que literalmente se trajo de su viaje a Brasil, en tonos plateados o dorados metálicos, que le dan una altura y una presencia escultural a la mesa.
- Calabazas statement: Las calabazas no son las típicas naranjas de plástico. Hay modelos en vidrio oscuro, algunas pintadas en oro pulido y otras en cobre, creando un juego de texturas que es lujoso y acogedor.
- Textiles y patrones: El toque final de estilo lo da el tartan (estampado de cuadros escoceses). Las cintas y servilletas envueltas con lazos tartan en tonos verde, naranja y café aportan una sensación de tradición, familia y acogimiento.

La iluminación: el secreto de la intimidad
La clave para que la mesa se vea mágica es la iluminación tenue y cálida.
- Velas altas: Varios candelabros con velas delgadas en tonos oro o champagne crean puntos de luz vertical. La luz de las velas es, por naturaleza, la más halagadora y crea una atmósfera de intimidad y reflexión.
- Acentos luminosos: Una lámpara de mesa con pantalla de rattan o mimbre en el centro de la mesa es un elemento inesperado y chic que difunde la luz de forma suave, anclando la decoración.

El setting perfecto: lujo en cada detalle
El montaje individual de cada lugar es una obra de arte y una lección de layering (capas):
- Bases: Utiliza bases de plato grandes en tonos dorados o taupe.
- Vajilla espectacular: Platos con cenefas de filigrana en tonos oro y off-white, creando un look de vajilla clásica y atemporal.
- Cristalería: Las copas de agua y vino son de cristal labrado en un tono ámbar o dorado sutil, elevando inmediatamente la sensación de lujo en la mesa.
- Servilletas: Servilletas de tela en verde olivo que contrastan y resaltan, dobladas elegantemente junto a los cubiertos dorados .
El deseo de Martha Debayle para todas ustedes es que sus mesas estén llenas de paz y sus copas de agradecimiento. Es la oportunidad perfecta para pausar y darle valor a la presencia de quienes aman.
