Cada vez más hay más pruebas de que las emociones tienen un impacto directo en nuestro actuar, estar y ser. Cada una de ellas tiene su objetivo, temperatura y reacción fisiológica al momento de experimentarlas sin embargo, cuando ya viven en nosotras, empiezan a hacer estragos en la coloración de nuestra cara ¡y pueden convertirse en manchas!
La famosa consultora facial Lillian Bridges las clasifica por color y ubicación y están asociadas al esquema facial chino que vincula órganos con facciones y a su vez facciones con emociones. Los colores que pueden existir son: