Si buscas financiar un negocio exitoso tienes que estar al tanto de tu flujo de dinero, siguiendo de dónde vienen tus ingresos y cómo serán invertidos. Si no tienes claro un plan de acción económico pronto te verás presionado por deudas y compromisos que no te dejarán crecer.
¿Serás único propietario, tendrás socios o una sociedad? Analiza los pros y contras de cada una de estas opciones para ver cuál se adapta a tu modelo de negocio y ayudará a lograr tus objetivos.
Los números no son para todos, pero tener una idea clara de cada aspecto de tu nuevo negocio es vital. Consigue personas de confianza que te ayuden a manejar los números e invierte en herramientas que te faciliten los diferentes procesos.
Sí, es tu idea y tu negocio, pero ahora eres quien debe responder ante las personas involucradas en él. No se trata de pensar en singular, sino en hacer una diferencia en la vida de los que están a tu cargo.
Licencias, permisos, seguros… ¡dan ganas de bostezar! Pero no te desanimes, tener tus papeles en orden te ahorrará problemas en el futuro y facilitará las cosas con tus clientes, empleados y socios.
Contar con un plan de negocios claro es tan importante como el conocer tu producto o servicio. Aprende a vender tus ideas, ofrece soluciones y siempre escucha lo que dicen tus clientes.
Que tú estés enamorado de tu idea, no significa que el mercado también lo esté. Encuentra maneras de adaptarte y construir sobre las necesidades reales de tus consumidores.
Nadie quiere escuchar eso, pero las cosas no siempre saldrán como esperabas. Lo que destaca a un buen emprendedor es su habilidad para tomar los obstáculos como oportunidades de crecimiento.
No te encasilles, toma pequeños riesgos cada cierto tiempo. Invierte, investiga, aprende y llévalo a cabo. Estos aparentes “gastos” son los que te diferenciarán de tu competencia.
Sí, emprender es difícil y nunca es un camino recto, sin embargo no habrá un día en que no te despiertes emocionado por haber seguido el camino de tu pasión.
¿Estás listo para dar el siguiente paso?