Pues bien, el 2014 llegó y muchos estamos todavía en la cruda emocional de empezar un año más; otros se sienten llenos de energía y proyectos por empezar o concretar, ¡los odio, eh!
Cada que se acercan cambios de año es inevitable pensar en propósitos. Seguramente muchos de ustedes ya empezaron con su lista de 2014; a otros como a mí nos llegan las 12 campanadas y no hubo manera de escribirlos.
“Losers make excuses, winners make a way” es una de mis frases favoritas y que repito de manera constante a toda la gente con la que trabajo y me cruzo por la vida.
Hemos escuchado mil veces que las segundas partes nunca fueron buenas. Películas, programas de televisión, libros y otros ejemplos más confirman la teoría. Hoy me siento más que feliz de que éste no sea el caso, les cuento.
“Todos vivimos experiencias en nuestra infancia que nos dejaron formas de mirarnos y de responder ante la vida, fomentadas por la manera en que crecimos y reforzadas a través de nuestra existencia”
Cuando quieras recibir y tener más, debes soltar. Es una verdad universal y comprobada.
En estas fechas, los papás con críos en edad escolar seguro tienen la cabeza puesta en las vacaciones pues, estarán de acuerdo conmigo, cualquier pretexto es válido cuando de conseguir un poco de paz y distracción se trata.
“Lo importante no es lo que te pasa en la vida, sino lo que haces con aquello que te pasa”
Tener un hijo es un reto enorme y eso no es sorpresa para nadie. Lo que sí puede ser sorprendente es la velocidad con la que ocurren las cosas y las exigencias que nos llegan con el paso de los años.
Todos hemos escuchado que abril es el mes del niño. Las tiendas se llenan de juguetes y los medios de mensajes “amorosos” que nos invitan a festejarlos. Para mí, no existe mejor manera de celebrar que echándonos un clavado a la conciencia.