leyendas-legendarias-de-la-cdmx

10 leyendas legendarias de la ciudad de México

Rodrigo de Historias Chidas, nos va a contar 10 leyendas legendarias de la ciudad de México. Compartan con quien ame estos relatos.

octubre 9, 2025

Prepárense para conocer el lado más misterioso de la Ciudad de México, nuestro querido Rodrigo Historias Chidas, nos trae 10 leyendas legendarias que seguro no conocían.

Aquí van a encontrar leyendas, fantasmas, apariciones y embrujos que han dejado huella en nuestra historia y a la ciudad de México. Historias que hielan la sangre… pero que no podemos dejar de contar.

10 leyendas legendarias de la ciudad de México

La leyenda de la “Casa Negra”

La “Casa Negra” de Álvaro Obregón, en la esquina de Insurgentes y Álvaro Obregón 212, debe su leyenda a los años treinta: hacia 1934-1940 habría funcionado como hospital improvisado durante un brote de tifoidea (con pico en 1935), hasta que vecinos atemorizados por la “enfermedad-demonio” le prendieron fuego con enfermos y médicos dentro; murieron varios y desde entonces el caserón quedó marcado por hollín, ruina y relatos de voces y pasos nocturnos.

Poco después, según se cuenta, la compró la familia Mondragón y a un mes de mudarse aparecieron muertos en circunstancias nunca aclaradas, lo que selló su fama de casa maldita; hoy el inmueble permanece vacío y en manos del gobierno, convertido en hito de la fantasmagoría urbana de la Roma.

No dejen de leer: Leyendas de la Ciudad de México, so scary!

Los fantasmas del Cine Ópera

El Cine Ópera de la San Rafael (Serapio Rendón 9, San Rafael) estilo art decó de Félix T. Nuncio (arquitecto mexicano) con interiores de Manuel Fontanals (escenógrafo y decorador español), abrió el 11 de marzo de 1949 y deslumbró con sus mascarones de comedia y tragedia en Serapio Rendón; los sismos del 85 lo hirieron y en los 90 pasó de sala a recinto de conciertos hasta que, tras el caótico show de Bauhaus del 12 de octubre de 1998 (hubo un disturbio masivo durante un concierto de Bauhaus por el sobrecupo que causó el colapso parcial del techo y daños severos en el histórico edificio), fue clausurado por daños estructurales y quedó a la deriva; desde entonces, vecinos juran oír candiles que tintinean sin viento, butacas que se pliegan solas y una voz que ensaya desde el escenario vacío: “el fantasma de la ópera”.

La leyenda de la «Casa de la Ogresa»

La “Casa de la Ogresa” se refiere al departamento en Zacatecas 3, Colonia Roma, donde la partera y enfermera Felícitas Sánchez Aguillón operó en la Roma en los años 30: era un consultorio clandestino que, según los vecinos, exhalaba humo fétido y tapaba cañerías hasta que la policía la aprehendió el 11 de abril de 1941; semanas después ella se suicidó en prisión (16 de junio de 1941).

Desde entonces, el lugar, citado en crónicas con dirección en calle Salamanca y también como “Zacatecas 3”, quedó marcado por relatos de llantos de bebé en la madrugada y pasos detrás de puertas cerradas: no sólo es un caso criminal, sino una herida fantasmagórica en la memoria de la colonia.

No dejen de leer: Libros de terror Latinoamericanos que no te puedes perder

Los embrujos de la Casa Moira

La Casa Moira, en José Vasconcelos 125 (San Miguel Chapultepec), es el caserón pintado de negro que muchos consideran la más embrujada de CDMX. La leyenda arranca en los años setenta, cuando un niño llamado Marco entró por curiosidad y halló a un joven colgado; con el tiempo, dicen, repitió el mismo destino, sellando el mito de voces, pasos y puertas que se abren solas. El sitio llegó a operar como galería/foro y hoy se identifica públicamente como “Casa La Moira”; aunque es propiedad privada, su fama persiste y suele aparecer en recorridos de terror.

 La famosa leyenda de la casa de Don Juan Manuel

En República de Uruguay 90, Centro Histórico, se cuenta que, en el siglo XVII, vivía un hombre adinerado de nombre Don Juan Manuel Solórzano, quien a pesar de su riqueza y posición, no era feliz. Vivía obsesionado por los celos, pues estaba convencido de que su bellísima esposa le era infiel.

Cegado por rumores de infidelidad, pactó con el demonio para encontrar al supuesto amante: cada noche, exactamente a las once, debía salir de su casona y preguntar al primer hombre que viera: “¿Qué horas son?”; al oír “las once”, lo apuñalaba y pronunciaba una frase escalofriante: «Dichoso usted que sabe la hora de su muerte». Este ritual se repitió por más de una veintena de noches. El demonio le prometió que, al final, el cadáver del verdadero amante aparecería junto a uno de sus crímenes.

Tras varias muertes, la culpa lo llevó a confesarse; el confesor, horrorizado, le impuso una penitencia extrema: rezar el rosario tres noches seguidas al pie de la horca de la Plaza Mayor (hoy Zócalo). Al tercer día, el pueblo encontró el cuerpo de Don Juan Manuel Solórzano colgado de la horca. Nadie supo si fue un suicidio por remordimiento, la ejecución de la justicia virreinal o si el Diablo finalmente había cobrado su alma.

Desde entonces, dicen que su alma quedó condenada a repetir el crimen: a las once en punto, frente a su casa, se ve la figura de un hombre, se oyen pasos, un susurro que pregunta la hora y un filo que corta el aire alrededor de su antigua casa. Hoy en día, la casona se utiliza como un lugar para eventos sociales y empresariales, que continúa embrujado por el espíritu inquieto de Don Juan Manuel.

Los nahuales de Casa Talavera

La leyenda de la Casa Talavera en Talavera 20, se sitúa en el Barrio de La Merced, una zona con profundas raíces que se remonta al antiguo asentamiento mexica de Temazcaltitlán («lugar de los temazcales»). En tiempos virreinales, la zona tenía fama de ser un sitio apartado y misterioso, a las afueras de la ciudad principal.

La leyenda cuenta que en este lugar, específicamente en un callejón, se reunían supuestos nahuales (personas con la capacidad de transformarse en animales) y brujas para bailar desnudos alrededor de una hoguera y raptar mujeres y niños, hasta que un joven soldado del virrey, Simón de Esnaurrízar, irrumpió armado a medianoche y reveló que eran personas disfrazadas con plumas y pintura en un ritual oscuro más que seres sobrenaturales; aun así, hoy persiste la fama de calle maldita: hay quien jura oír cantos y gemidos y ver sombras cruzar el empedrado.

Hoy funciona como Centro Cultural Casa Talavera y forma parte de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).

También pueden leer: Series de terror y espectros que debes ver en Halloween

El muero de la casa del Padre Lanzas

El “padre Lanzas”, apodado Lanchitas, era un sacerdote del Centro Histórico en las décadas de 1820-1830. Una noche, camino a una tertulia, una mujer le rogó dar la extremaunción a un moribundo en una casa ruinosa del callejón del Padre Lecuona (hoy República de Nicaragua 43).

El cura escuchó una confesión interminable y oscura, revelando pecados que parecían ser de hace mucho tiempo, incluso de siglos. El Padre Lanzas, exhausto, pero cumpliendo con su deber, lo exhortó al arrepentimiento. Al día siguiente, cuando volvió por un pañuelo que había dejado, le dijeron que en esa vivienda nadie vivía desde hacía años y que el supuesto penitente llevaba mucho tiempo muerto.

El sacerdote, incrédulo, obtuvo las llaves y abrió la puerta. El lugar estaba vacío, polvoriento y sin muebles. Sin embargo, al mirar el rincón donde había estado el moribundo, encontró su pañuelo con sus marcas bordadas. Desde entonces se dice que, si se camina cerca del número 43 de República de Nicaragua, a medianoche, se puede escuchar el murmullo de aquella última confesión del muerto que no podía descansar.

Casa dentro del Bosque de Chapultepec

La “Casa de la Tía Toña” es la leyenda más famosa del Bosque de Chapultepec (Tercera Sección): ubican el caserón, también llamado “La Guardesa”, hacia Cumbre de Acultzingo 199, en las barrancas de Barrilaco. La protagonista de la leyenda es una mujer viuda y adinerada que, abrumada por la soledad en su gigantesca residencia, decidió realizar una obra de caridad: acoger a niños de la calle o en situación vulnerable. El acto de bondad pronto se convirtió en un infierno.

Los niños, carentes de educación y disciplina, eran rebeldes, ingratos e incluso le robaban a la viuda sus joyas y pertenencias. La Tía Toña, devastada por el maltrato y el comportamiento de los niños, perdió la razón. Hay varias versiones de lo que sucedió: o bien los envenenó y luego se quitó la vida por la culpa, o murió tras un motín en la casa. Desde entonces, la mansión y sus alrededores han sido considerados un lugar maldito del que es casi imposible escapar.

Quienes cruzan los puentes de la barranca aseguran oír risas infantiles que se convierten en lamentos desgarradores al acercarse a la casa, pasos, sombras que corren y se esfuman y manos que se asoman entre los ventanales. El sitio, peligroso para curiosos por lo abrupto del terreno, ha dado titulares recientes por disputas legales y propuestas de expropiación, lo que mantiene viva la pregunta de si la mansión sigue allí… y quién la habita de noche.

La Cihuacoatl o la famosa “Llorona”

Cihuacóatl, “mujer serpiente” en náhuatl, fue deidad nahua de partos y parteras, pero también augurio de muerte y guerra: las crónicas dicen que, antes de la caída de México-Tenochtitlan, vagaba de noche por los calpullis (barrios) y las orillas del lago Texcoco llorando “¡Hijitos míos, ya nos perdimos!”, vestida de blanco y cargando un cradelecito (cuna) vacío, simbolizando a los hijos que perdería o el futuro truncado de su pueblo. De noche, su quejido erizaba a los vigilantes: a veces la veían como madre doliente, a veces como sombra con cuchillo de obsidiana, presagio de muertes en batalla.

Con la llegada de la Colonia, la memoria de la Cihuacóatl se mezcló con las nuevas creencias y el folclore español, dando origen a la leyenda mestiza de La Llorona. La deidad guerrera y profética se transformó en la mujer arrepentida que mata a sus hijos (para que no sean esclavos o por amor a un amante que la rechaza) y es condenada a vagar eternamente buscando a esos hijos. La Ciudad de México (construida sobre Tenochtitlan) mantiene viva esta memoria: el lamento aún se oye en los canales de Xochimilco y las calles antiguas, donde la leyenda del siglo XVI sigue «pariendo» terror.

Especialista: Rodrigo Villanueva “Rodrigo Historias Chidxs”. Licenciado en Ciencias de la Comunicación con especialidad en Humanidades. Divulgador de historia. Acerca el pasado a las nuevas generaciones de una manera entretenida, ligera y accesible. A través de sus redes sociales, ha construido una comunidad de más de 200,000 personas.

TikTok: @historiaschidxs / IG: @rodrigohistoriaschidas

únete a nuestra comunidad

octubre 9, 2025