Este es el consejo de Martha Debayle que nos sirve a todas nosotras y que no deben de dejar pasar.
«Yo creo que todas deberíamos tener un concilio, sí, un concilio. Ese grupo de mujeres que no solo te escucha, sino que te ve, las que te recuerdan quién eres cuando tú misma lo olvidas, las que te dicen la verdad aunque duela, y aun así te abrazan mientras te la dicen», es lo que nos recuerda Martha en uno de sus más clásicos consejos.
Y es que ese concilio, debe de estar «las que celebran tus logros como si fueran propios y, cuando caes, están ahí para ayudarte a levantarte con dignidad».
Un concilio no es un grupo de amigas cualquiera, es tu junta de consejo emocional, espiritual y profesional, son esas mujeres que te impulsan, te desafían, te hacen pensar más grande. Porque todas necesitamos una mesa donde se sienten mujeres que hablen de proyectos, de sueños, de crecimiento, pero también de vulnerabilidad, de miedo y de esos días en los que simplemente no puedes más.
«Ser parte del concilio de otras mujeres», el mensaje de Martha Debayle
No se trata solo de tener ese grupo, se trata también de ser esa mujer para alguien más, ser mentora, ser guía, ser esa voz que dice, “tú puedes”, cuando alguien más no lo ve.
A veces pensamos que para apoyar necesitamos grandes títulos o posiciones, pero no, puedes ser el concilio de una compañera de trabajo que duda de su talento, de una amiga que atraviesa un divorcio, de tu hermana que está empezando desde cero, de tu hija que apenas está aprendiendo a creer en sí misma.
Porque todas, sin excepción, tenemos la capacidad de inspirar a otra mujer, la clave está en hacerlo desde la generosidad, desde el deseo genuino de ver a la otra crecer, sin miedo a que su brillo opaque el nuestro.
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El regalo más poderoso entre mujeres
El mejor regalo que podemos darnos entre nosotras no es la aprobación ni la perfección, es la honestidad. Es atreverte a ser auténtica, a contar tu historia tal como fue, con sus heridas, con sus caídas, con sus logros.
Compartir tu experiencia no te hace vulnerable, te hace poderosa, cuando otra mujer te escucha decir “yo también pasé por eso”, se siente acompañada. Cuando te ve resolver, se inspira y cuando ve que sigues de pie, aprende que ella también puede hacerlo. No se trata de competir, se trata de conectar, de romper con esa idea de que las mujeres compiten entre sí, la verdadera fortaleza está en colaborar, compartir, impulsarse mutuamente.
No es una lucha contra los hombres
Ser sororas no significa estar en contra de los hombres, ni competir contra ellos, o sacarlos de nuestras vidas, la sororidad es una práctica de apoyo entre mujeres, de reconocimiento de nuestras luchas, de celebración de nuestros logros y de acompañamiento mutuo.
No se trata de excluir, de pelear o de comparar, sino de fortalecernos entre nosotras para vivir en un mundo más justo, más equitativo y más humano, porque sabemos que el patriarcado nos sigue oprimiendo, pero muchas de nosotras seguimos teniendo y promoviendo conductas machistas de las cuales no somos consientes. Podemos comenzar a no replicar estas conductas con nuestros hijos, y a dejar de vernos entre nosotras con la mirada del hombre.
El poder del concilio
Un concilio de mujeres no solo cambia tu entorno: cambia tu vida. Te sostiene, te reta, te inspira y te recuerda que no estás sola, porque cuando una crece, crecemos todas, y cuando nos apoyamos, el mundo se transforma.
Así que piensa, y sí, seguro te vienen a la mente un grupo de mujeres, esas mujeres que han estado ahí para ti, para ayudarte, para inspirarte, para acompañarte.
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¿Quiénes son parte de tu concilio? y ¿de qué concilio formas tú parte?
Rodéate de mujeres que te aporten algo a tu vida, que te hablen con la verdad, que te vean con amor, y conviértete tú también en esa mujer que impulsa, que inspira, que acompaña. Porque muchas veces se nos olvida que es un camino que labramos juntas, y que es un camino que les costo a nuestras madres, abuelas, bisabuelas, y ahora estamos viviendo un momento histórico muy importante para ser mujeres, no tires a otras mujeres, mejor impulsa, porque todas estamos en esto.
