¿Cómo pedir un aumento? ¿Qué necesitamos hacer para que nos paguen mejor? y ¿Cómo abordar a nuestros jefes? Aquí todo lo que tienen que saber.
Sentirnos valorados en nuestro lugar de trabajo es una necesidad humana básica, y un aumento de sueldo es una de las maneras más tangibles de confirmar que nuestro desempeño es apreciado. Sin embargo, sabemos que pedirlo no es tarea fácil. Puede parecer un camino lleno de obstáculos donde una palabra mal elegida podría arruinarlo todo.
Pero tranquilos, porque aquí les compartimos una serie de consejos infalibles sobre cómo pedir un amento para que no solo se animen a pedirlo, sino que también logren dejar claro el valor que aportan a la empresa.
¿Cómo pedir un aumento?
En esta era de gastos constantes—la renta, los viajes, la despensa, el gas—pareciera que el dinero nunca es suficiente. Afrontémoslo: el camino para tener una mayor solvencia económica suele ser uno de dos: buscar un segundo empleo o pedir un aumento en el actual. La segunda opción, si se hace correctamente, puede ser un gran impulso para su carrera.
Vanesa Van Edwards, autora del bestseller «Captivate: The Science of Succeeding With People» y fundadora de Science of People, nos da las claves para que ese aumento sea justo y bien merecido, un reflejo de su desempeño e importancia dentro de la compañía. Si siguen estos puntos clave, estarán mucho más cerca de conseguir ese jugoso aumento que tanto anhelan.
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Los que resuelven problemas son los más valiosos
Vanesa Van Edwards comparte una lección fundamental: «Soy tan competente que puedo resolver los problemas de la compañía, tus problemas y los problemas del equipo. Soy un experto con los problemas». Esta cualidad es, sin lugar a dudas, una de las más valoradas en el mercado laboral.
Piensen en esto: los problemas siempre existirán. Mientras otros se rinden o luchan para hacerles frente, ustedes pueden posicionarse como solucionadores. Esto los hará destacar y mostrará habilidades únicas, haciéndolos más valiosos que el resto de las personas. En esta habilidad reside un gran potencial para un aumento. Su capacidad para anticipar y resolver conflictos es un activo que ninguna empresa quiere perder.
Un aliado estratégico, no un «lamebotas»
No se trata de ser un adulador o de estar enfermizamente pegado a sus jefes; eso no demuestra ninguna cualidad útil. Más bien, adopten la descripción de Edwards: «Mi valor para este equipo es que soy bueno escuchando, puedo leer el ambiente de la oficina y puedo leer sus necesidades». Su objetivo debe ser venderse como un miembro destacado y realmente útil para el equipo.
Para ello, es fundamental que sepan cómo presentarse como un aliado estratégico. Cuanto más únicos sean, mejor. Demuestren que pueden lidiar con situaciones difíciles, que son cercanos a sus jefes y, sobre todo, que son dignos de confianza para asumir más responsabilidades. Porque, seamos claros, más responsabilidades significan más dinero.
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El toque humano: su as bajo la manga
No podemos negar que la Inteligencia Artificial se está convirtiendo en un factor de cambio, incluso en una amenaza para ciertos trabajos. Las IA son efectivas, económicas y están disponibles 24/7. Pero aquí es donde entra su toque humano, un as que la IA nunca podrá imitar. Enfóquense en mejorar esas habilidades que solo las personas pueden ofrecer: la empatía, la creatividad, la negociación.
La capacidad de dar una respuesta rápida, personalizada y eficiente para resolver problemas es su mejor baza, no solo para pedir un aumento, sino para asegurar su crecimiento y su puesto dentro de la compañía. Concéntrense en ser indispensables. Que su ausencia se note, que la compañía sepa que depende de su talento y dedicación. Esa es la clave para una vida laboral exitosa.
Recuerden, su valor no se mide solo en las horas que trabajan, sino en la calidad y el impacto que generan. Demuestren su valía resolviendo problemas, siendo un aliado confiable y aportando ese toque humano que los hace únicos. Y cuando llegue el momento de la conversación, presenten sus logros con confianza, no como una petición, sino como un merecido reconocimiento a su invaluable contribución. El aumento no será una posibilidad, sino una consecuencia lógica de todo lo que han construido.