El cerebro necesita un discurso motivacional entre la regadera y el primer café, así que no dejen de repetir estas grandes frases para decir cada mañana.
Hay mañanas en las que despertamos con la energía de un helecho deshidratado. Otras en las que abrimos los ojos y ya sentimos que el mundo nos debe una disculpa pública. Y luego están esas mañanas, la mayoría, siendo honestas, en las que simplemente necesitamos que alguien nos diga que no vamos a colapsar en la junta de las 9.
Frases para decir cada mañana
Como no siempre tenemos un coro de apoyo emocional disponible (ni presupuesto para eso), existe una frase sencilla que actúa como starter pack para el sistema nervioso:
“No matter what happens today, I can handle it.”
En español: «No importa lo que pase hoy, puedo manejarlo». Suena cursi, pero tiene truco neurológico. No estamos hablando de optimismo barato, no es la clásica frase que compartimos en Insta. Esto es entrenamiento mental, literal.
Cuando repetimos una afirmación así, nuestro cerebro empieza a registrar la idea de control. Y sentir control, aunque sea control imaginado, simbólico o placebo, es la diferencia entre vivir en modo pánico y vivir en modo “voy a hacer lo que pueda y lo demás que espere”.
La frase funciona como una pequeña intervención cognitiva que le dice al sistema nervioso: “Tranquilo, mi amor, hemos sobrevivido a cosas peores que este martes.”
El cerebro ama los recordatorios simples
Pensemos en todo lo que nos exige el día: responder mensajes, no olvidar contraseñas, funcionar socialmente sin colapsar, tomar decisiones razonables aun cuando dormimos cuatro horas y media, sonreír aunque el mundo se esté incendiando y no llorar ante la menos provocación. En medio de ese caos el cerebro quiere mensajes breves, claros, digeribles. No quiere ensayos existenciales a las 7:06 a.m. Quiere señales.
Y esta frase es exactamente eso: una señal de regulación. Como si nuestro cerebro fuera un asistente personal que necesita instrucciones antes de arrancar.
Detiene el “tren de la ansiedad”
Si algo sabemos es que la ansiedad no necesita invitación formal. Ella llega temprano, se sienta al pie de la cama y pregunta: “¿Y si hoy sale TODO mal?”
A lo que nuestro cerebro, si no está entrenado, responde: “Wow, gran punto, comencemos a suponer escenarios catastróficos desde el minuto uno.” La frase funciona como un freno de emergencia: “No matter what happens today, I can handle it.” “No matter what happens today, I can handle it.” “No matter what happens today, I can handle it.”
Traducción: No vamos a montar un drama antes del desayuno. Nos ayuda a desactivar ese impulso automático de imaginar tragedias, como si fuera una alarma de incendios que se dispara cada vez que escuchamos un mail llegar.
Cambia la narrativa (y la narrativa lo cambia todo)
Si algo hemos aprendido en terapia es que cómo nos hablamos importa mucho. Cuando arrancamos el día pensando “no voy a poder”, el cerebro dice: “perfecto, orden confirmada.” Cuando arrancamos el día diciendo “lo manejo”, el cerebro responde: “hecho, activo recursos.”
No es magia. Es neuro plasticidad. Es nuestro sistema nervioso creando rutas nuevas, más amables, más funcionales y francamente menos dramáticas. Y si podemos hacer que el cerebro guarde la frase como una verdad automática, entonces las mañanas empiezan a sentirse menos como un episodio de Survivor y más como… bueno, es solo un miércoles.
Además, ya hemos hecho cosas que parecían imposibles. Es decir, podemos con todo. Cada uno de nosotros tiene un historial de estas hazañas épicas:
- Terminar proyectos imposibles a medianoche
- Salir de relaciones complicadas
- Mudarnos (el que sabe, sabe)
- Sobrevivir a pandemias, brechas salariales, jefes complicados, citas desastrosas y personas que no saben lo que quieren.
Si ya superamos todo eso, ¿cómo no vamos a poder con el día de hoy? Nuestro cerebro solo necesita que se lo recordemos. No pedimos que mediten una hora ni que escriban un diario de gratitud con plumitas doradas.
Solo esto: Cada mañana, antes de que el mundo entre a su cabeza, repitan: “No matter what happens today, I can handle it.” “Hoy puedo manejar lo que venga.” Háganlo mientras se lavan la cara, mientras buscan el cargador que nunca está donde lo dejaron, mientras hacen scrolling de noticias que no pidieron. Háganlo aunque no lo crean del todo. Háganlo en automático.
Un día la frase dejará de sentirse como un eslogan improvisado y empezará a sentirse como verdad. Como suelo firme. Porque al final, lo que nos repetimos cada mañana es un pacto con nuestro cerebro.