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La creatina ayuda a reducir la ansiedad y aquí les contamos…

Un estudio reciente explicó que la creatina te ayuda a reducir la ansiedad y aquí te explicamos cómo hacerle para sacarle provecho.

octubre 20, 2025

Les vamos a contar todo sobre la creatina y cómo les ayuda a reducir la ansiedad (de acuerdo con un nuevo estudio)

Hay una nueva molécula en la lista de cosas que prometen salvarnos del colapso y, spoiler, no es un adaptógeno ni una app. Es algo que hasta hace poco vivía en los gimnasios, entre hombres con proteína en polvo y playlists motivacionales: la creatina.

La creatina ayuda a reducir la ansiedad y aquí les contamos…

Sí, esa misma. El suplemento que asociamos con cuerpos inflados, licuados sospechosos y frases tipo “hermano, hoy toca pierna”. Pero resulta que, detrás de su reputación fitness bro, la creatina podría ser una aliada silenciosa contra uno de los males más comunes y menos visibles de nuestra generación: la ansiedad.

El cerebro y el intestino tienen un 1:1

Empecemos por lo básico: nuestro cerebro y nuestro intestino no solo se llevan bien, tienen línea directa. Literalmente. Hay un “eje intestino-cerebro”, una especie de chat interno donde todo lo que pasa en las tripas se refleja en la cabeza. Si hay inflamación en el intestino, el cerebro lo interpreta como una alarma, y ahí vamos todos: cortisol, pensamientos en espiral, ansiedad, insomnio.

Los expertos explican que la creatina ayuda a normalizar ese eje, reduciendo la inflamación y estabilizando el sistema nervioso. Es como si le bajara el volumen a la sirena interna que nos grita ¡TODO ESTÁ MAL! cuando en realidad solo tenemos el estómago irritado por el cuarto café.

De los músculos al estado de ánimo

La creatina, en términos simples, es energía celular pura. Ayuda a que las neuronas tengan combustible para funcionar. Así se simple. Y cuando el cerebro no anda con hambre de energía, piensa mejor, reacciona mejor y se angustia menos.

Lo interesante es que esta conexión no es teoría. Hay experimentos con ratas; la ciencia siempre prueba primero con los pobres roedores, que mostraron que las que tomaban agua con creatina estaban más tranquilas, activas y menos deprimidas que sus compañeras sin suplemento. En términos humanos: si tu cerebro es un celular viejo, la creatina sería la batería portátil que lo mantiene encendido sin apagarse porque sí.

Ansiedad: the new normal

Vivimos ansiosos. Todos. Y quien lo niegue probablemente esté en negación. Nos despertamos con el corazón acelerado sin saber si es por el espresso doble o por los correos que no hemos contestado. Y encima nos venden la calma como un lujo: retiros de silencio, spas, respiraciones de 3 mil pesos.

Pero la ansiedad no se combate solo con mantras, sino con biología. Y ahí entra la creatina: no como el “nuevo matcha” sino como un pequeño ajuste químico que ayuda al cuerpo a dejar de vivir en modo supervivencia.

⁠La paradoja del bienestar

Nos obsesionamos con sanar mientras descuidamos lo básico: dormir, comer, respirar. Nos compramos suplementos exóticos, pero ignoramos los que sí están respaldados por evidencia. Y ahí está la ironía: la creatina lleva décadas en el mercado, pero como se asoció con culturismo y músculos de gimnasio, la dejamos fuera del radar del mundo wellness.

La creatina no viene no es “asthetic” pero funciona. Ayuda a regular energía cerebral, reducir inflamación y estabilizar el ánimo. Es, básicamente, la versión científica de “calmarte, pero con fundamentos”.

Cómo incorporar la creatina para bajarle a la ansiedad

No hay que volverse un personaje de gimnasio para tomar creatina. No hace falta entrenar, ni levantar pesas (aunque tampoco estaría mal). La dosis recomendada para uso general es pequeña, unos 3 a 5 gramos diarios, y puede disolverse en café, agua o jugo, sin rituales.

No cambia tu cuerpo de la noche a la mañana ni te convierte en Hulk. Pero sí puede mejorar tu claridad mental, tu memoria y esa sensación de abruma. Piénsenlo como un microseguro neuronal contra la vida moderna: multitasking, deadlines, sobreinformación y ansiedad existencial incluidas.

⁠Un recordatorio final (sin sermones, lo prometemos)

No estamos diciendo que la creatina sea el nueva Prozac ni que un polvo blanco te salvará del burnout. Pero sí vale la pena mirar la ciencia sin prejuicios y reconocer que cuidar el cuerpo también es cuidar la mente.

Porque al final, todo lo que pasa en el intestino, tiene eco en el cerebro. Y si un suplemento tan mundano como la creatina puede ayudar a que pensemos con más calma y menos cortisol, tal vez la verdadera revolución del bienestar no sea una tendencia, sino un regreso a lo esencial: energía limpia, descanso real, y menos ruido interno.

Así que, la próxima vez que vean un bote de creatina en el gimnasio o en la cocina de alguien que sí sabe lo que hace, no piensen que es un exagerado. Piensen: tal vez esa persona duerme mejor que yo. Y probablemente tenga razón.

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