MMK Lab | Contenido patrocinado

PARTNERS

La microbiota y su relación con las emociones

Redacción MMK Lab

La microbiota no tiene que ver solo con la digestión y ya, tiene que ver hasta cómo se sienten. Por eso les digo cómo cuidarla y qué evitar para tenerla sana.

Ya les he contado que desde los 5 años mi obsesión era la crema de cacahuate, y no había día en que mi mamá no me dijera: “Martha, ¿ahora qué traes en la boca?”.

Con los años entendí que no estaba mal darme un gusto, pero sí que no tenía ni idea de cómo comer bien… ni mucho menos de cómo mantener una alimentación balanceada.

Y les cuento esto porque sé que no soy la única. ¿Cuántos de ustedes no han pasado por lo mismo? Pues lean: el otro día, mientras oía el podcast Bendita Nutrición de Martha Debayle Podcast, entendí de una vez por todas por qué cuidar lo que comemos no es solo cuestión de cuidar nuestro peso, sino de tener una microbiota sana.

¿Qué es la microbiota y por qué importa tanto?

Bea explicaba que la microbiota —antes llamada flora intestinal— son miles de millones de microorganismos que viven en nuestro intestino, tracto digestivo e incluso en la boca. Y no crean que están de adorno. Estos “bichitos” son los encargados de producir vitaminas esenciales como la B, que ayuda al metabolismo, y la K, fundamental para la coagulación sanguínea.

Pero no solo sirven para eso. Como explicó Nico, tener una microbiota sana fortalece el sistema inmune, reduce los antojos y mejora los niveles de colesterol.

De hecho Bea habló de algo importantísimo: la disbiosis, que es cuando la microbiota se desbalancea cañón. ¿Y saben qué lo provoca? Los antibióticos. Sí, esos que a veces tomamos como si fueran dulces. Porque no solo eliminan a las bacterias malas… también acaban con las buenas.

Y si encima le sumamos una dieta llena de azúcar, el resultado puede ser una sobrepoblación de cándida, ese hongo que todos tenemos pero que puede provocar: inflamación, malestar y un desbalance total si es que no se controla.  O sea, la tormenta intestinal perfecta.

Aquí viene lo más cañón: Nico comentó que si nuestro estilo de vida está desequilibrado porque tomamos alcohol, comemos productos procesados, abusamos de las grasas saturadas, azúcares, o hasta porque nos saltamos comidas, no solo le damos en la torre al metabolismo, sino a nuestro cerebro. Eso pasa porque existe una conexión intestino-cerebro que tiene que ver con el nervio vago.

En pocas palabras, nuestra cabeza y nuestra panza comparten microorganismos, afectando para bien o para mal nuestro estado de ánimo. Y muchos de los estudios que se tienen sobre este tema abordan la relación que hay con la depresión, ansiedad, estrés, angustia o hasta cuando estamos felices. 

Y si quieren cuidar su microbiota para estar, no solo sanos, pero también con mejor actitud, con menos estrés y mucho más felices, la receta es fácil. Deben comer sí o sí frutas, verduras, fibra, granos enteros, ajo, cebolla, kéfir y más alimentos que ayuden a su salud intestinal y de paso se lleve bien con su cerebro. No por nada es la encargada de producir el 90% de la serotonina, el neurotransmisor que los hace sentir bien y tranquilos.

Pero si quieren un tip extra, Bea y Nico recomiendan que le apostemos a los búlgaros, al kéfir, a la kombucha, a los prebióticos como el ajo y la cebolla. Y si quieren hacerse más fácil la vida, Bea nos dio un tip buenísimo: San Pablo Farmacia tiene una sección que se llama San Pablo Natural, donde van a encontrar probióticos en cápsula, en geles, una gran variedad de fibras, fruta deshidratada, herbolaria, homeopatía, adaptógenos y más.

Entonces, si ya se animaron a cuidar su microbiota, pregúntele a su doctor de cabecera por todos los beneficios que tienen los productos de San Pablo Farmacia y de paso, chequen sus redes sociales, los encuentran en farmaciasanpablo.com.mx, en San Pablo Farmacia en FB y en @sanpablofarma en IG.