¿Les ha pasado, cuentahabientes, que de pronto el mundo se les viene abajo porque su pareja desapareció del mapa? Así, sin más, así pasa con el ghosting.
Dejan de buscare, no responden los mensajes y, por más que le das vueltas, no hay una explicación lógica de qué fue lo que pasó, pero ¿cómo sobrevivir al ghosting? y ¿qué hacer para que no nos afecte tanto? Aquí les vamos a contar.
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¿Qué es exactamente el ghosting?
Esta tendencia va al alza y ya tiene nombre: ghosting. Literalmente, esa persona se vuelve un fantasma en tu vida, pero uno que te deja con mil interrogantes y el corazón hecho pedazos.
Es el acto de terminar una relación —ya sea después de un par de salidas o tras meses de noviazgo— cortando todo contacto de tajo. La persona te ignora y evita cualquier intento de comunicación, actuando como si nunca hubieras existido.
¿Cómo identificar que te lo están haciendo?
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Silencio total: Deja de responder tus llamadas y mensajes.
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Bloqueo digital: Te elimina o bloquea de todas sus redes sociales.
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Cero contacto con tu círculo: Evita a tus familiares y amigos con los que convivía.
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Efecto invisible: En casos extremos, si se encuentran en algún lugar, finge que no te conoce y ni siquiera te saluda.
¿Esto es algo nuevo?
No, la «evitación» ha existido siempre. La diferencia es que antes se terminaba por una carta o hasta por fax, pero al menos había un cierre. Hoy, la tecnología y las apps de citas nos hacen sentir que las personas son desechables y que siempre hay alguien nuevo a la vuelta de la esquina.
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¿Por qué lo hacen? (Pista: No es por ti)
Aunque parezca cobardía pura, el trasfondo es más complejo:
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Miedo al compromiso: Tienen una gran necesidad de ser amados, pero un pavor inmenso a relacionarse de verdad.
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Inseguridad: Sienten que no van a «dar el ancho» o que los van a lastimar, así que abandonan antes de que los abandonen.
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Falta de empatía: Según la Dra. Susan Sprecher de la Illinois State University, quienes hacen ghostingsuelen pensar más en sí mismos y evitan a toda costa la confrontación para no sentirse «los malos de la película».
El impacto en tu salud emocional
El rechazo duele, pero el silencio duele más. El Dr. Eric Wesselman explica que la falta de contacto visual al ser rechazado agrava el dolor emocional. Esto puede provocar:
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Ansiedad y depresión.
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Baja autoestima.
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Pensamientos intrusivos (el famoso «qué hice mal»).
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Síntomas físicos como dolor en el pecho o ritmo cardiaco alterado.
¿Qué hacer si fuiste víctima?
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Deja de buscar una lógica: Quien te lo hizo tiene una estructura mental distinta. No busques respuestas en alguien que no te las va a dar.
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Contacto cero: No le busques, porque solo se alejará más. Bloquea tú también si es necesario para recuperar tu paz.
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Tú no eres el problema: Que algo que hiciste fuera el detonante para terminar, no justifica el método cruel que esa persona eligió.
¿Y si tú eres quien desaparece?
Si sueles aplicar la de «humo», ¡cuidado! Es una actitud disfuncional que te impide tener relaciones satisfactorias. Lo ideal es que busques apoyo con profesionales para entender ese miedo a la confrontación.
Recuerden, cuentahabientes, que el amor también es responsabilidad. No se queden donde no hay claridad y, sobre todo, donde no hay respeto por su tiempo y sus sentimientos.
Para saber más:
• Sprecher, S., & Fehr, B. (2005). Compassionate love for close others and humanity. Journal Of Social And Personal Relationships, 22(5), 629-651.
• Wesselman Eric, Nairne James, Williams Kipling. An Evolutionary social psychological approach to studying the effects of ostracism. Journal of Social, Evolutionary, and Cultural Psychology 2012, 6(3), 309-328
• Sprecher, S., Zimmerman, C., & Fehr, B. (2014). The influence of compassionate love on strategies used to end a relationship. Journal of Social And Personal Relationships, 31(5), 697-705