En el mundo hay más de mil 140 millones de fumadores activos, lo que muestra un nuevo récord respecto a los menos de 1.000 millones que había en 1990, según el Estudio de la Carga Mundial de Enfermedades (GBD) publicado en la revista The Lancet y por esta razón MUERE una persona cada 4 SEGUNDOS. Les vamos a explicar las 10 ventajas para dejar de fumar y no convertirse en una estadística.
Algunos beneficios para la salud comienzan casi inmediatamente al dejar de fumar, pero cada semana, mes y año sin consumir tabaco su salud mejora aún más.
Reduce el riesgo de muerte prematura y puede aumentar en hasta 10 años la expectativa de vida.
Evita el cáncer. El tabaco se ha identificado como una de las causas de varios tipos de cáncer entre ellos: cáncer de pulmón, garganta, vejiga, boca, entre otros. Las sustancias tóxicas en el humo del cigarrillo pueden debilitar el sistema inmune del cuerpo, lo cual hace más difícil matar las células cancerosas. Cuando esto pasa, las células se siguen multiplicando sin que nada las detenga.
Las sustancias tóxicas en el humo del tabaco pueden dañar o cambiar el ADN de las células. El ADN es el “manual de instrucciones” de las células que controla su crecimiento y funcionamiento normales. Cuando se daña el ADN, una célula puede comenzar a crecer sin control y formar un tumor canceroso.
Mejora la salud cardiovascular, la tensión arterial y la frecuencia cardiaca, entre otros factores. De acuerdo con el estudio Framingham sobre los factores de riesgo cardiovascular, en el que se constata que por cada diez cigarros diarios que se fuman, la mortalidad por enfermedad cardiovascular aumenta un 18% en los hombres y un 31% en las mujeres. Las principales patologías cardiovasculares producidas por el tabaco son la angina de pecho, infarto de miocardio, muerte súbita e ictus.
Evita la insuficiencia respiratoria o enfermedades como EPOC. Fumar daña los alvéolos, las vías respiratorias y el revestimiento de los pulmones. Los pulmones lesionados tienen problemas para movilizar suficiente aire hacia dentro y hacia fuera, así que puede ser difícil respirar.
Reduce la posibilidad de sufrir infecciones en las vías respiratorias. Cuando dejas de fumar, los pulmones comienzan a limpiarse y a recuperar su capacidad para manejar las mucosidades y eliminar las impurezas, lo que reduce la probabilidad de infecciones respiratorias. El humo del cigarrillo irrita las vías respiratorias, lo que las hace más susceptibles a las infecciones.
Mejora la fertilidad. Las mujeres fumadoras son más propensas a tener un embarazo ectópico (donde el embrión se implanta por fuera del útero), lo cual puede poner en riesgo la vida de la madre. También tienen una probabilidad mayor de ruptura de membrana prematura y placentas que se separan del útero muy prematuramente. Esto puede traer como consecuencias hemorragia grave, parto prematuro y una cesárea de emergencia. Fumar durante el embarazo también se ha relacionado con un mayor riesgo de defectos de nacimiento y síndrome de muerte súbita infantil.
En el caso de los hombres, fumar daña las arterias y el flujo de sangre es una parte clave para que se produzcan las erecciones. Los hombres fumadores tienen un mayor riesgo de llegar a tener disfunción eréctil, mientras más fumen y cuánto más tiempo lo hagan. Fumar también puede afectar el semen (lo que reduce la fertilidad) y aumentan el riesgo de aborto espontáneo y defectos de nacimiento.
Evita el envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de arrugas. Los radicales libres del tabaco reducen la capacidad antioxidante, disminuye la absorción de vitamina A, se alteran los niveles de colágeno y elastina, añadiendo más «años a la piel».
Mejora la capacidad de esfuerzo físico. El tabaquismo afecta la capacidad del cuerpo para utilizar el oxígeno de manera eficiente, lo que puede causar fatiga durante los entrenamientos. Al dejar de fumar, el cuerpo puede utilizar el oxígeno de manera más efectiva, lo que reduce la fatiga y aumenta la energía.
Mejora el aliento y la salud bucodental. Fumar aumenta el riesgo de enfermedades de las encías, como la gingivitis y la periodontitis. El tabaquismo restringe el flujo sanguíneo, lo que puede afectar la capacidad de curación de heridas en la boca. Fumar puede causar manchas en los dientes y decoloración dental. También causa mal aliento debido a la acumulación de bacterias en la boca y la presencia de residuos de tabaco.
Convertir a las personas de nuestro entorno en fumadores pasivos significa poner su salud en un claro riesgo. El humo del tabaco contribuye a la contaminación del aire en lugares cerrados, lo cual es una grave amenaza para la salud pulmonar. Cada año, la exposición al humo de tabaco causa más de 1 millón de muertes a nivel mundial.
Especialista: José Manuel Mier. Médico cirujano especialista en cáncer de pulmón. Director de la Clínica de Cáncer de Pulmón y Tumores del Tórax, Hospital Ángeles Lomas.
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