Imagina esto: estás en una relación, pero algo dentro de ti ya ha tomado una decisión irrevocable. Ya sabes que vas a terminarla, pero aún no has encontrado las palabras ni el momento para decirlo. Es como llevar un secreto pesado en el corazón, una mezcla de tristeza, culpa y ansiedad.
¿Te suena familiar? En este espacio, vamos a hablar justo de eso: de esos momentos en los que ya sabes que te vas, pero todavía estás ahí, compartiendo días y noches con alguien que aún no sabe lo que está por venir. ¿Cómo manejas eso? ¿Cómo afecta eso a tu día a día? Vamos a adentrarnos en este tema, tan común pero tan pocas veces hablado.
No se trata simplemente de estar indeciso sobre si quedarse o irse. Es saber con certeza que la relación no tiene futuro, pero aún no haber encontrado la manera o el momento adecuado para expresarlo.
Primero, es importante tener claridad interna. Posponer esta conversación una vez que se ha tomado la decisión definitiva puede ser perjudicial tanto para ti como para tu pareja. La demora en comunicar esta decisión puede llevar a una mayor distancia emocional, malentendidos y dolor a largo plazo.
¿Deberíamos esperar hasta que pase el evento significativo? No hay una respuesta correcta. Depende de la naturaleza del evento, la dinámica de tu relación, y tu capacidad emocional para manejar la situación.
Evalúa el impacto emocional en ti de la espera vs la afectación hacia el otro si lo truenas la víspera de su examen profesional o la noche de año nuevo o el 14/02. Mantener una relación cuando ya has decidido terminarla puede sentirse inauténtico y forzado.
El temor de causar dolor o provocar enojo en tu pareja al terminar una relación es completamente natural y comprensible. Está preparado para una variedad de respuestas. Tu pareja puede sentirse herida, enojada, o incluso aliviada. Cada persona procesa el dolor de manera diferente, y es importante respetar sus emociones sin intentar controlarlas.
Se asume que la persona que termina la relación no experimenta dolor o conflicto. A veces, la decisión de terminar una relación está motivada por el crecimiento personal y el cambio. Estos motivos pueden ser mal interpretados o minimizados por los demás, quienes pueden percibir la decisión como egoísta o cruel.
Como este proceso es interno y a menudo no es visible para otros, puede parecer que la decisión se toma sin consideración o dolor. La idea de que el amor debe superar todos los obstáculos puede hacer que la decisión de terminar una relación parezca innecesariamente cruel.
Es natural que tu pareja se sienta herida o en desacuerdo, pero recuerda que tu bienestar emocional también es importante. Comunica tu decisión con firmeza pero con empatía.
Aunque no puedas cambiar tu decisión, reconocer y validar sus emociones puede ayudar a que se sienta escuchada y respetada. Si tu pareja no acepta tu decisión, puede ser útil explicar tus razones de nuevo, de manera clara y compasiva. Evita dar esperanzas falsas o mensajes contradictorios.
Fuente: Mario Guerra. Psicoterapeuta, tanatólogo, coach ontológico, hipnoterapeuta certificado internacionalmente, conferencista y nuestro rockstar del amor.
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