Desde pequeño, enséñale hábitos básicos sobre su cuidado personal y buenos modales. Nuestra invitada te dice cómo hacerlo de manera divertida.
Con Renata Roa
Consultora en Imagen Pública y Comunicación Facial
Renataroa.com
TW @Renata_Roa
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Saludos y despedidas
– No se trata de recitar de memoria el Manual de Carreño.
– Va más en dirección de enseñarle buenos modales: saludar, despedirse, dar las gracias, recoger los juguetes que sacó en casas ajenas –y claro, de la propia–, no tomar nada de otras casas.
– Además no desperdiciar la comida y saber utilizar los cubiertos en caso de que sea necesario.
¿Cómo hacerlo?
– La manera más sencilla para que salude a todos es mediante el juego de memoria de nombres.
– Rétalo a que lleguen a un lugar, ambos tienen que aprenderse los nombres de los asistentes y el que logre decirlos sin el menor error cuando vayan de regreso, ganará un punto acumulable para canjear por un premio u otra experiencia.
Higiene, ropa y estilo
– Cada niño tiene una personalidad y estilo únicos, el reto está en dejar que lo desarrolle, pero también en irlo guiando en términos de colores y combinaciones.
– La higiene es fundamental para darle un gran valor a su imagen escolar.
– En esta etapa es en la que se desarrollan los hábitos. ¡Impúlsalo a que cuide esos pequeños detalles que después se dan por obvios
¿Cómo hacerlo?
– Para implementar herramientas de combinación, incentívalo a que pinte, combine colores y observe la naturaleza.
– Ahí se encuentra una riqueza de composiciones que sensibilizará su ojo y lo ayudarán a mezclar sus prendas armónicamente.
Emociones
– Uno de los dolores de cabeza de muchos adultos es el mal manejo que tenemos de las emociones.
– Ayúdalo a que entienda su cuerpo para que sepa qué emoción está materializando y de esa manera la canalice de un modo correcto.
¿Cómo hacerlo?
– Primero es importante que las veas como algo natural. Hablar de ellas puede ser muy bueno.
– Después enséñale cómo identificar lo que sienten otros y sobre todo lo que él está experimentado.
– Usa frases como: “¿estás triste o enojado?”, “comprendo que no te guste pero los golpes no son la forma de remediarlo”, “sé que estás molesto, cuando te tranquilices podremos hablar”.
Lenguaje corporal
– Si te quieres volver experta en leer el cuerpo, simplemente observa el lenguaje corporal de un niño.
– La adaptación a una sociedad que no debe de mostrar sus emociones aún no hace sus estragos en ellos y no queremos que seas tú quien les quite esta inocencia
– Sin embargo, en esta etapa puedes mostrarle la importancia de ver a los ojos, saludar con mano firme, tener una postura adecuada y en sí de manejar el estrés con respiraciones para que su cuerpo no vaya tensándose desde ahorita.
¿Cómo hacerlo?
– Antes de acostarse haz que tome respiraciones, inhalando en 3 tiempos y exhalando en 5, así por 3 veces consecutivas.
– Él será el mejor testigo de lo que puede lograr con estos ejercicios de relajamiento.
Otros factores clave
El ejemplo
– Bien dicen por ahí que las palabras ilustran, pero el ejemplo arrastra.
– No le puedes decir que vea a los ojos cuando tú no lo haces.
– Mucho menos que aprenda a controlar sus emociones cuando eres la primera en gritarle al coche de al lado cuando no te deja pasar.
– Todo lo que le digas a tu hijo, claro que lo escuchará, pero si quieres estar segura que lo hará suyo, hazlo.
– Es una gran oportunidad para que tú también te reinventes y te des cuenta de esas áreas de oportunidad que tienes.
– Será un excelente ejercicio el hacerlo juntos.
Hacerlo divertido y festejar los logros
Realiza juegos y ponle retos. No se trata de comprarle regalos siempre, pero sí de ir generando hábitos del tema.
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