Tere Díaz
Psicoterapeuta
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La palabra patán tiene una connotación moralista de maldad, de defecto aún así podemos usarla para englobar a dos tipos por el efecto de sus acciones más que por sus intenciones al actuar.
Un patán es quien por razones de personalidad, o de uso del poder que tiene, (o de ambas), realiza acciones que ponen en riesgo el bienestar, integridad física, social, emocional, económica o sexual, de otra persona.
No estamos hablando de discriminar y excluir por puros prejuicios, no estoy sugiriendo actuar en perjuicio de estas personas, pero si de ponernos a salvo de sus conflictivas, intenciones, abusos.
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Personas Abusivas
1. Personas conflictivas: Co relacionan con algún trastorno de personalidad
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2. Personas abusivas: sin bien pueden sumar algún trastorno de personalidad, generalmente son producto de un contexto social que favorece que abusen del poder que tienen.
La sensación de superioridad de las personas abusivas se despliega en el “derecho” que se dan a sí mismas de someter, controlar y maltratar a otros, a nivel socioeconómico, verbal, físico, institucional o sexual.
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¿Qué hacer?
1. Tomar conciencia de la desigualdad de poder que existe para no ponerte en riesgo. Alguien con mayor poder puede desde maltratarte físicamente, hasta correrte de tu trabajo.
2. Apoyarte en los demás. Y debes informarte de las instancias legales o grupos que te brindan apoyo para denunciar y superar el maltrato, abuso u hostigamiento.
3. Hablar y darte tu lugar. Sólo basta con que expreses lo que necesitas. Por ejemplo: “Te pido que no me hables así” o “No me trates de esta manera”.
4. Aléjate. Si acabas de conocer a un “patán” (persona que te trata mal, no respeta tu tiempo y no muestra el mínimo interés en lo que dices), lo mejor es que te retires.