Oigan para todos los que se tatuaron la cara de su ex, el nombre o un bfs for ever, y pasaron los años y se quieren matar, invité a Samantha Guevara, para que nos diga cómo podemos eliminar el tatuaje que ya ni va con nuestra vida.
Hoy vamos a hacer en vivo, una sesión para retirar el tatuaje de nuestra modelo Andreia, quien tiene tatuada en la muñeca, la palabra “Dios” y esta sería su tercera sesión con Missink.
Un estudio de OCC Mundial revela que 70% de las personas, cree que tener un tatuaje es causa de discriminación en la sociedad, mientras que el 60% piensa que también genera segregación en el ámbito laboral.
En Estados Unidos, 36% de las personas de entre 18 y 25 años están tatuadas. En México, 8 de cada 10 profesionistas tiene un tatuaje y 84% de ellos lo tiene en lugares no visibles.
Según el gabinete de Comunicación Estratégica de México el 74% de personas tatuadas o perforadas en el país, han tenido problemas para encontrar un empleo por este motivo. Por su parte, un 55% de las empresas consultadas, afirmaron que no contratarían a una persona con tatuaje.
De acuerdo a la Vanguardia, uno de cada cinco tatuados se arrepiente de haberlo hecho y quiere eliminarlo. Sólo el 6% se retira un tatuaje, pero cada día hay más consultas para eliminar tatuajes – también porque cada día más personas se tatúan.
Los tatuajes son histórica y arqueológicamente conocidos como marcas tribales que simbolizaban representaciones vinculadas a las prácticas religiosas de cada tribu. Los tatuajes son tan antiguos como la civilización. La marca con tinta en la piel más antigua, se encontró en una momia peruana y data del año 6000 a.C.
Fueron prohibidos en Europa a finales del siglo VIII porque la Iglesia creía que quienes tenían tinta en sus cuerpos estaban relacionados a prácticas paganas o incluso brujería. Algunas culturas islámicas creen que son malos porque “cambian la creación de Alá.”
En la Edad Media, los tatuajes podían usarse tanto como una marca de honor, como de deshonor. Mientras que en los cruzados y peregrinos era común tatuarse símbolos que hiciesen referencia a su lugar de origen, también se marcaba a los criminales de la misma manera.
A finales del siglo XIX, se desarrollaron las primeras máquinas de tinta y el arte pudo hacerse en menos tiempo y “a la manera americana”. Muchos marineros y soldados se tatuaban a sus seres amados y/o sus símbolos militares en alguna parte del cuerpo (brazos, piernas, pecho, espalda, etc.)
Aún entonces los tatuajes seguían siendo una práctica prohibida: las personas con tinta eran asociadas con criminales y matones, y se trataba a los artistas del tatuaje como a forajidos, y por lo general, se les clausuraban sus negocios.
Los humanos perdemos de 30,000 a 40,000 células de la piel cada hora, esto es, cerca de un millón por día. Cada vez que la aguja penetra causa una herida que alerta al cuerpo a iniciar un proceso inflamatorio.
Es como si hiciera un llamado a las células del sistema inmunológico para ir al sitio de la herida y reparar la piel. Al tatuar, se introducen pigmentos en capas muy profundas de la piel, las que no se alcanzan cuando deshechamos las células muertas.
Al tatuarnos, las agujas perforan la capa superior de la piel, la epidermis, y llegan hasta la siguiente capa, la dermis, donde se deposita la tinta. La dermis está compuesta de fibras de colágeno, nervios, glándulas, vasos sanguíneos.
Las máquinas de hoy introducen su aguja en la piel a una frecuencia de 50 a 300 veces por minuto. La tinta no se queda por siempre en el lugar donde se hizo el tatuaje, algunas de sus nano-partículas viajan por el torrente sanguíneo y terminan en otros órganos del cuerpo
Hasta ahora muchas de las tecnologías conocidas en México no son seguras para eliminar el tatuaje, pues no garantizan la eliminación completa de la tinta, o arriesgan a la completa despigmentación de la piel corriendo riesgos de que la zona quede marcada en blanco, o en su defecto con un sombreado.
Por otro lado, no en todos lados hay tecnologías que puedan eliminar colores, la tecnología que hoy presenta Samantha, si lo hace. Su tecnología está basada en pequeños golpes de sonido que fragmentan las cápsulas de tinta dentro de la piel, haciéndo más fácil al sistema linfático poder eliminarla.
Este método para eliminar el tatuaje no solamente sirve para aquellas personas que deseen eliminar completamente su tatuaje, si no también para aquellos que necesiten desvanecerlo total o parcialmente para después proceder a tatuar encima. El objetivo es devolverle a la piel su estado natural, sin riesgos a cicatrices ni lesiones, y conseguir hacer reversible algo que siempre se pensó que sería permanente, como son los tatuajes.
Desde el negro, pasando por una amplia gama de colores y si se desea eliminarlo por completo, o desvancerlo para hacer un «cover up» (tatuar encima), hay tecnología que permite hacerlo.
El color negro es el más fácil de eliminar de la piel, seguido por los rojos y cafés. Todos los demás colores, requieren de más sesiones para poder ser eliminados.
Cuando la tinta del tatuaje contiene metales pesados, lo que ocurre en determinados colores para crear colores secundarios, puede resultar más difícil la eliminación debido a que el láser necesita más tiempo y más sesiones para la separación de las partículas.
Todas las personas con tatuajes son candidatas menos los realizados con tinta blanca. Cuando el tatuaje presenta cicatrices, se reduce el porcentaje de éxito en el resultado, aunque también se puede tratar. Con las tintas verdes y azules, el proceso requiere de más sesiones.
¿Duele eliminar un tatuaje? Llega a ser molesto, pero depende del umbral del dolor de cada persona. El número de sesiones depende del tipo de piel y tamaño del tatuaje.
Fuente: Andreia Fernández, Hoy haremos su tercer sesión para eliminar un tatuaje en vivo.
IG: @aliasxuxu