Leyendas de la Ciudad de México, so scary!

Las leyendas de la Ciudad de México son joyas de la narrativa y a quién no le gusta escuchar una buena historia.  Las leyendas de la Ciudad de México son tan bastas y conocidas que incluso han dado el salto a franquicias de Hollywood, pero existen cientos más que están escondidas en los recovecos de […]

Las leyendas de la Ciudad de México son joyas de la narrativa y a quién no le gusta escuchar una buena historia. 

Las leyendas de la Ciudad de México son tan bastas y conocidas que incluso han dado el salto a franquicias de Hollywood, pero existen cientos más que están escondidas en los recovecos de la ciudad, así que decidimos traerlas a la luz y conozcas el escalofriante pasado.

LA CASA DENEGRIDA

En su libro «La ciudad que nos inventa», de Hector de Mauleón nos habla sobre una de las leyendas de la Ciudad de México que dio paso a otra muy reconocida. En lo que hoy es Palacio Nacional, se encontraba la casa de Moctezuma II, quien tenía un espacio de introspección en una de sus habitaciones -totalmente negra y sin ventanas- llamada coloquialmente La Casa Denegrida.

Fue en dicho espacio donde el emperador tuvo las visiones que, diez años después, se convertirían en realidades: la llegada de los conquistadores de ultramar. En estos presagios Moctezuma II vio ocho señales de que el mundo Azteca llegaría a su fin, entre ellas observó cómo una estrella resplandeciente iluminaba la noche como si fuera un sol, el agua de los lagos hervía y le llevaban un ave con cabeza de espejo, en la que vio al ejercito invasor.

Cada que Moctezuma II entraba a meditar al la casa denegrida, malas cosas pasaban afuera de las puertas de palacio, se cuenta que se incendió sin motivo alguno el templo de Huitzilopochtli -su dios de la guerra-, y ni un centenar de cantaros podían apagar las apabullantes llamas. Fue en dicho espacio en donde también escuchó el famoso grito de “La Llorona” que decía: ¡Oh hijos míos, ya nos perdimos!, ¡Oh hijos míos a dónde los llevaré!”.

EL VIAJERO INTERDIMENCIONAL 

Esta historia relata la extraordinaria hazaña de un viaje transpacífico en cuestión de minutos, algo que ni con nuestra tecnología hemos podido replicar. Todo comienza en Filipinas, cuando un guardia estaba adormilado después de una larga y tensa jornada, especialmente tras el asesinato del gobernador de Filipinas Gómez Pérez Dasmariñas.

El hombre por fin cayó en el extenuante sueño, pero al ser un soldado se levantó al instante en un brinco, al hacerlo ya no se encontraba en Manila, sino en una ciudad mucho más grande y cosmopolita. El hombre deambuló por las calles preguntando a la gente en dónde y cuándo se encontraba. Las personas, desconfiadas, llamaron a las autoridades para tratar de atender a ese «loco».

Al narrar su historia, se dio cuenta que había viajado interdimencionalmente de Filipinas a la Ciudad de México. Nadie podía creer en la historia fantástica de este hombre, al pedir pruebas, él relató que se encontraba cansado por haber estado de guardia tras la muerte de Gómez Pérez Dasmariñas, los inquisidores rápidamente enviaron una carta a Filipinas con santo y seña del soldado, así como esta extraña noticia que había dado.

Con los meses llegó la carta confirmado la identidad del soldado y la muerte del gobernador de Filipinas. Este relato se ha impreso en varios libros, incluso algunos que datan de la colonia, dando casi un halo histórico a esta leyenda de la Ciudad de México.

LA PIEDRA ENCANTADA

Esta piedra se cree es el acceso a una serie de cuevas que existen en Tlalpan, en la Ciudad de México. Entre sus leyendas más conocidas se encuentra la del amor prohibido entre una mujer española y un hombre azteca.

Se dice que ambos estaban profundamente enamorados, pero era mal visto que estuvieran juntos. A pesar de las reglas impuestas por la colonia y sus padres, decidieron continuar viviendo su amor. Al ser descubiertos decidieron huir y el punto de encuentro fue esta piedra.

Al darse cuenta que los jóvenes no estaban en sus respectivas casas, se inició la búsqueda hasta llegar a la piedra encantada, donde se vieron los últimos rastros de los amantes y jamás fueron vistos.

La tradición oral de la zona asegura que la joven pareja sale por las noches de la cueva y se puede ver cómo una bella joven de cabello rubio acaricia a un joven moreno con el pecho descubierto y armado con un cuchillo ancestral. Otros aseguran que la piedra es un conducto a otras dimensiones y el pasado de la Ciudad.

LA EMPRERATRIZ CARLOTA DE MÉXICO

La trágica emperatriz no podrá irse jamás de México, a pesar de que su cuerpo repose en Europa, al menos así se cree gracias a varias apariciones que tiene la primer líder en función de nuestra nación, no sólo en la ciudad sino también en donde se encuentran sus pertenencias.

Una de las leyendas de la Ciudad de México más famosas dice que el fantasma de la emperatriz Carlota deambula en las noches por los pasillos de lo que en su época fue El Palacio Imperial de Chapultepec. Los empleados nocturnos relatan que el piano de Carlota se toca solo por las noches, además cuentan que las puertas de algunas habitaciones se abren y cierran solas.

Pero este no es el único lugar visitado por la emperatriz, existen relatos sobre un grandioso juego de espejos de plata esterlina que perteneció a la pareja y ahora se encuentra en el famosos -y embrujado- Hotel Driskill en Austin, Texas, ellos muestran la figura desengranada de Carlota y recorre el ahora llamado Salón Maximiliano.

EL PALACIO DE LECUMBERRI

Este semillero de leyendas de la Ciudad de México, tiene relatos sorprendentes y muchas veces -la gente- los considera verídicos, especialmente por la crueldad con la que eran tratados los reos a mediados del siglo pasado.

Construido a final del porfiriato, este moderno -para 1900- centro de detención estaba destinado a ser un ejemplo de cómo se debía de mantener a los prisioneros que alteraran el orden público, con el tiempo y la sobre población se convirtió en lo que no debía suceder en una prisión.

Una de las leyendas más conocidas habla sobre un preso que aún espera vaya a ser visitado. Las personas dedicadas a limpiar el espacio -ahora convertido en museo-, relatan que ven la figura de un hombre que está sentado esperando y que aquellos que escuchan su voz, dicen que exclama «Amalia», la supuesta mujer que irá a visitarlo pero que jamás llegará.

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