¿Se han preguntado alguna vez de dónde viene la tradición del Día de Muertos? Pues aquí se las vamos a contar.
México entero se viste de cempasúchil, pan de muerto, recuerdos y celebraciones. Porque el Día de Muertos no es el Halloween mexicano, es una fecha muy especial.
No es una moda y mucho menos una excusa para disfrazarse. Es una de las tradiciones más antiguas, más ricas y más simbólicas de todo nuestro país y del mundo, tanto así que hasta está protegido, ya que es considerado patrimonio cultural. En 2008 la UNESCO declaró esta celebración como patrimonio cultural, pero déjame que te cuente una historia, y es que te vas a quedar con el ojo cuadrado.
Pues por allá del 2013 Disney intentó registrar como suya la frase “Día de muertos” que obviamente desistió de hacerlo y generó una gran polémica por apropiación cultural.
Cuando todo comenzó…
Todo comenzó mucho antes de la Conquista, los pueblos originarios mexicas, purépechas, totonacas, y más, ya tenían rituales dedicados a honrar a sus muertos, creían que la muerte no era el final, era simplemente una transición, un cambio de plano.
En el mundo mexica, por ejemplo: el alma del difunto emprendía un viaje dependiendo de cómo había muerto, no de si fue bueno o malo. Y sí: se les preparaba con ofrendas, alimentos y objetos personales para el camino. Estos rituales se celebraban en agosto, durante la temporada de cosecha, y duraban varios días, cuando llegaron los españoles, con la religión católica en la maleta, fusionaron estas costumbres con las fechas de Todos los Santos y Fieles Difuntos: el 1 y 2 de noviembre.
Así nació lo que hoy conocemos como Día de Muertos, una mezcla poderosa, bellísima y única: espiritualidad indígena + tradición católica: magia mexicana pura.
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¿Qué lo hace tan especial?
Que no se llora desde la ausencia, más bien se celebra desde la presencia simbólica. Les ponemos altares no para lamentarnos su partida, sino para decir: “Aquí estás, te sigo recordando y sigues siendo parte de mi vida, de mi casa, de mi historia”.
Y mientras otros le temen a la muerte, México la decora, la ilumina, la canta y la llena de celebraciones y rituales para recordar. Porque aquí entendimos algo muy poderoso:
- El duelo también puede ser colorido.
- La memoria se honra con altares.
- Y los muertos, cuando se recuerdan, nunca se van del todo.
Así que sí, el Día de Muertos viene de años de historia, pero sigue vivo y fuerte porque lo seguimos sintiendo y celebrando. Y este noviembre, no solo pongan su ofrenda, sepan que lo que están haciendo es participar en una tradición milenaria, ancestral, sagrada, y una tradición muy nuestra como mexicanos. Es una conversación entre vivos y muertos que solo nuestro país sabe tener con tanta belleza y profundidad.
Y con las vísperas de día de muertos, las invito a siempre celebrar y recordar a los suyos que ya no están en este plano.