Sabemos que la ansiedad, cuando rebasa los niveles adecuados, puede interferir no sólo con nuestra tranquilidad y paz mental, sino con nuestra capacidad de concentración, el desarrollo de nuestras actividades diarias y con la capacidad de vivir en libertad. ¿Pero qué hay de nuestras relaciones, especialmente las de pareja? ¿Cómo sabemos si la ansiedad afecta tu relación?
Es como una señal de alarma que se dispara ante la percepción anticipada de lo que se considera un peligro o una amenaza. Esta alarma alerta a nuestros sistemas de defensa psicológica y física, poniendo a mente y cuerpo en estado de defensa para actuar.
No. Todos tenemos cierto nivel de ansiedad que es normal cuando no interfiere con las actividades cotidianas, con el disfrute de la vida, la tranquilidad personal o nuestras relaciones.
Lo que la hace potencialmente tóxica es:
Miedo constante a que la relación termine. Desde sentimientos de que tu pareja está contigo por lástima, hasta fantasías de abandono donde te pones hipervigilante y encuentras “señales” de traición o desamor.
“¿Por qué ya no me abrazas como antes?” “Antes cuando llegabas me dabas un beso apasionado y ahora nomás por encimita”. Con esto puedes generar la profecía autocumplida de la que tanto hemos hablado. Provocas lo que más temes y luego dices “lo veía venir”.
Angustia al no estar con tu pareja o no saber de ella. No sólo porque pienses que ya se está viendo o se fugó con alguien más, sino incluso pensamientos catastrofistas que algo muy malo le pasó.
Esto hace que te tengas actitudes incorrectas por razones correctas (tu pareja te importa y la quieres, pero demasiado “amor” también hace daño). Te vuelves perseguidor, todo lo cuestionas, pides “pruebas de vida”, no dejas espacio para la individualidad.
Crees que tu pareja estaría mejor o sería más feliz sin ti. La ansiedad también se acompaña de baja autoestima (por eso la creencia de no poder hacer frente a lo que venga), así que como te sientes incapaz o insuficiente, sueles victimizarte ante tu pareja con frases del tipo: “Para qué estás conmigo si nada más te estorbo”, “por qué si ya no me quieres no me dejas” o “mejor encuéntrate a alguien que te quiera como tú mereces”.
Una relación sana, tiene 6 características indispensables. Escuchen
Eres dependiente de que tu pareja te resuelva todas las cosas que te hacen sentir ansioso. Hacer reclamos, poner una queja, preguntar por el cereal en el súper, hacer un trámite, pedir la comida al mesero, recoger y mirar primero tus análisis, sacarte una cita, cancelar un pedido, decidir que ponerte, hacer una reservación, elegir la película del cine, etc.
Esto, si es sistemático, acabará por agotar a tu pareja o hacerle sentir que estás abusando de ella o que carga con el peso de la relación.
Dejas de disfrutar cosas placenteras con tu pareja. Una vida satisfactoria depende en gran medida de la capacidad de fluir con ella, evitando lo evitable y haciendo frente y aprendiendo a vivir con lo que no. Con ansiedad puedes no sólo paralizar tu vida y el fluir de las partes placenteras de tu relación, sino portarte de manera egoísta buscando sólo tu seguridad y tranquilidad como cuando:
Si las señales que acabamos de mencionar no te fueron suficientes, piensa en estos posibles efectos:
Una relación necesita confianza
• La ansiedad te hace ser paranoico y desconfiado.
• Aunque tu pareja esté a tu lado, siempre te estás preguntando que trama o qué, o en quién estará pensando.
• En este caso el peligro mayor son los celos y paranoia que nunca encuentran la manera de satisfacerse.
Una relación necesita ternura
• La cual no puedes dar cuando te están sudando las manos, tienes retortijones estomacales y taquicardia.
• La ansiedad te impide relajarte y fluir; imposible que des ternura así.
Una relación necesita paciencia
• Con la ansiedad es de las últimas cosas que tienes. Todo lo quieres rápido, necesitas tener el control de todo y que sea a tu manera para sentirte relativamente en paz.
Una relación involucra cierta vulnerabilidad
• Es abrir tu mundo al otro y confiar. Revelar tus miedos e inseguridades al otro.
• Con la ansiedad a veces eres hermético, te pones muy defensivo y hasta puedes ser agresivo cuando sientes que estás perdiendo el control.
• Eres como una ostra emocional que nunca muestra la perla que lleva dentro.
¿No saben estar solos? Estas podrían ser las razones
¿Qué hacer si ya vi que la ansiedad está matando mi relación?
Hazte una sola pregunta:
Esto implica
Atiende a tus necesidades reales, no a tus miedos imaginarios
Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta
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