De acuerdo con Forbes, 80% de las personas califican su satisfacción general con la vida como “de bastante a muy feliz” y el 80% también califica su estado de ánimo actual como positivo.
El Dartmouth College, sugiere que terminar la universidad y encontrar trabajo son dos aspectos que le dan a las personas una mayor sensación de control sobre la felicidad de las personas en un 90%.
El mismo estudio concluye que si crees que puedes tomar ciertas acciones para controlar tu felicidad, serás más feliz. De acuerdo con una investigación de la firma estadounidense Gallup, el 20% de las personas que califican su vida como la peor porque tienen mal trabajo, sus ingresos son insuficientes y no cuentan con alguien que les brinde ayuda. Más que nunca, se sienten tristes, estresadas y enojadas.
El índice de la felicidad se determina mediante el PIB per cápita, el apoyo social, la esperanza de vida saludable, la libertad para tomar decisiones vitales, la generosidad y la percepción de la corrupción.
La felicidad es una de las dimensiones humanas más estudiadas por las ciencias en años recientes:
En los últimos 20-25 años hemos estado midiendo constantemente qué es esto de ser felices: lo hacemos preguntándole a la gente si es feliz (es la manera más directa); pero también lo hacemos de manera “menos subjetiva”, con “traquedores”, dispositivos (wearables), que detectan las emociones de las personas.
Cuando se cruza la información que nos dicen estos dispositivos con lo que nos dice la gente, obtenemos información muy veraz del estado de felicidad de la gente:
Resumen: a pesar de que muchas personas pasamos por situaciones difíciles, de estrés, de angustia, de tristeza, etc, la gente es mucho más feliz de lo que recuerda. De acuerdo con Tracking Happiness (https://www.trackinghappiness.com/) que le ha dado seguimiento a más de 5,500 personas, los resultados son:
Por otro lado: 89% de las personas creen que ser felices depende de ellos, está en su control.
Es tener control sobre tu felicidad, es ya ser más feliz: En una escala de 1 a 10, las personas que dicen tener control sobre su felicidad, reportan un nivel promedio de 7.39, mientras que la gente que piensa no tener control sobre su felicidad tiene en la misma escala 5.61.
Esta información está muy relacionada con un estudio que revisamos hace tiempo, aquí mismo en el programa: El estudio de la felicidad a través de la vida como una “U”, desarrollada por el profesor de Dartmouth College, David Blanchflower.
La teoría U de la felicidad: Cuando somos niños-jóvenes, nuestra felicidad es alta, a los 18 años comienza a decaer, y sigue en descenso hasta prácticamente los 50 años, donde da la vuelta y comienza a subir, hasta el final de nuestros días, haciendo un movimiento U.
Significa que de niños y jóvenes sentimos que controlamos nuestra felicidad, que controlamos aquellas cosas que nos hacen felices, al menos eso es lo que creemos, y eso basta para hacernos más felices.
Cuando nos volvemos adultos, esa creencia, comienza a desdibujarse, hasta volverse una negación: en nuestra vida adulta nos volvemos “realistas”, no controlamos lo que nos hace felices (el trabajo, la pareja, los hijos), más bien las circunstancias nos controlan a nosotros.
A los 50 años “maduramos”, es decir, nos damos cuenta, otra vez, que en realidad, somos nosotros y nadie más, quien controlamos nuestro destino, y por tanto, lo que nos hace felices, y por tanto, el puntaje comienza a subir nuevamente.
No se trata de evitar los momentos tensos, o tristes, o difíciles, en la vida, ya que no se puede. Se trata de estar mejor preparados, cuando lleguen. Y una manera de hacerlo es enfocarnos en controlar las cosas que sí podemos controlar, y no desgastarnos en las que no. No podemos controlar muchas cosas que nos pasan, sí podemos controlar cómo reaccionamos ante ello.
Invitado. Dr. Enrique Tamés. Director de proyectos de Florecimiento Humano Tecnológico de Monterrey.
Coach certificado. TW y IN: @enriquetames.