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Jet-Setting: ¿cómo afecta el turismo cinematográfico en las ciudades?

Jafet Quintero, nuestro Doctor en Geografía, les va a explicar todo sobre el turismo cinematográfico y como ha cambiado ciudades enteras.

abril 29, 2025

¿Cuántos de ustedes vieron The White Lotus?, ¿cuántos de ustedes quisiesen ir a ese resort? Y ¿Sabían que eso se llama turismo cinematográfico? Jafet Quintero Doctor en Geografía, nos viene a explicar los pros y contras del turismo cinematográfico. 

El turismo cinematográfico, surge cuando los espectadores sienten el deseo de visitar locaciones de producciones audiovisuales, motivados por la identificación emocional, la curiosidad espacial y la búsqueda de autenticidad. A diferencia del turismo de entretenimiento, transforma lugares reales en espacios simbólicos.

Paralelamente, el concepto de jet setting ha evolucionado: ya no es solo movilidad de élites por status, sino también por el interés en experiencias culturales asociadas a producciones mediáticas, creando un nuevo paradigma en la movilidad turística de prestigio.

Mecanismos psicosociales de influencia en el turismo cinematográfico 

El efecto halo, teoría originalmente desarrollada por Edward Thorndike (1920) (psicólogo estadounidense), adquiere una relevancia particular cuando se aplica al estudio del turismo cinematográfico.

Esta teoría explica cómo las representaciones cinematográficas generan una idealización sistemática de los destinos turísticos, y crean una distorsión perceptiva en la que los atributos positivos de la narrativa fílmica se transfieren al espacio geográfico real.

Por ejemplo la Maya Bay en Tailandia que apareció en la película The Beach (2000), tuvo una imagen edénica que contrastaba marcadamente con las condiciones reales del ecosistema local.

La fuerza de este efecto halo fue tal que, según datos de la UNEP (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) en 2018, el flujo turístico aumentó en un 300%, llevando a un deterioro ecológico tan severo que las autoridades se vieron obligadas a cerrar temporalmente el acceso en 2018.

Lo mismo pasó en Nueva Zelanda tras su aparición como “Tierra Media” en la trilogía de El Señor de los Anillos, donde el efecto halo transformó la percepción global del país, y lo posicionó no solo como destino turístico, sino como encarnación física de un universo fantástico.

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¿Por qué pasa?

La teoría del place attachment, desarrollada por Williams y Roggenbuck (1989), ofrece otra perspectiva fundamental para comprender los mecanismos psicológicos que subyacen al turismo cinematográfico. Este concepto explica cómo los espectadores desarrollan vínculos afectivos profundos con locaciones que, en muchos casos, son fundamentalmente ficticias o altamente mediadas.

La estación de King’s Cross en Londres ejemplifica este fenómeno de manera particular: aunque el «andén 9¾» de Harry Potter nunca existió como estructura física real, millones de turistas peregrinan anualmente al sitio, y participan en rituales fotográficos que borran simbólicamente la línea entre la realidad y la ficción.

Dubrovnik, por su parte, experimentó una transformación semejante tras su aparición como «Desembarco del Rey» en Game of Thrones, donde según datos del Croatia Tourism Board el turismo aumentó en un 50%, demostrando cómo el place attachment puede generar flujos turísticos masivos hacia ciudades que se convierten en símbolos físicos de narrativas fantásticas.

El marketing experiencial, teorizado por Pine y Gilmore (1999), completa este marco conceptual al explicar cómo la industria turística capitaliza estas dinámicas psicológicas.

Su teoría postula que los consumidores contemporáneos ya no buscan simples servicios, sino experiencias memorables y transformadoras. En el contexto del turismo cinematográfico, esto se traduce en la creación de productos turísticos de inmersión que permiten a los visitantes «vivir» las narrativas fílmica.

Los tours temáticos por Hobbiton en Nueva Zelanda o los hoteles que replican escenarios de The White Lotus en Koh Samui representan ejemplos de esta economía experiencial, donde la distinción entre realidad y ficción se difumina estratégicamente para crear valor económico.

Esta comercialización de experiencias mediáticas ha dado origen a lo que algunos académicos comienzan a denominar como «jet setting cinematográfico», donde la élite global busca no solo destinos exclusivos, sino espacios que les permitan performar su identidad a través de experiencias vinculadas a producciones culturales de prestigio.

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Los impactos del turismo cinematográfico en los destinos globales

El turismo cinematográfico transforma profundamente los destinos donde se filman producciones, generando impactos económicos, culturales y ecológicos que deben analizarse con detalle. Estos efectos, tanto positivos como negativos, crean nuevas realidades para las comunidades receptoras y exigen una evaluación cuidadosa en el contexto del turismo globalizado.

Por ejemplo en la trilogía de El Señor de los Anillos, filmada en Nueva Zelanda, es el claro ejemplo de cómo una producción cinematográfica puede transformar la economía turística de un país entero. Según datos de Tourism New Zealand (2021), estas películas generan anualmente alrededor de 33 millones de dólares neozelandeses anuales y la creación de 200 empleos directos en la región de Waikato.

En Croacia, querer visitar Dubrovnik, asociado a su imaginario con Game of Thrones, genera 200 millones de dólares, según estimaciones del Ministerio de Turismo de ese país. La ciudad de Dubrovnik, principal locación de la serie, experimentó un crecimiento sin precedentes en su industria hotelera y de servicios, y ha beneficiado a pequeños empresarios locales que adaptaron sus negocios para capitalizar este flujo turístico.

La película Coco (2017) de Disney-Pixar generó un resurgimiento global del interés por las tradiciones mexicanas del Día de Muertos. En localidades como Pátzcuaro y Janitzio, cercanas al Lago de Pátzcuaro en Michoacán, este fenómeno se tradujo en un aumento del 40% en visitantes durante las celebraciones de noviembre, según datos de la Secretaría de Turismo mexicana.

Este incremento ha permitido a las comunidades indígenas comercializar sus artesanías tradicionales – como las catrinas de cartonería y los altares florales – a un mercado ampliado, y ha generado ingresos significativos que contribuyen a la preservación de estas expresiones culturales.

¿Cuáles son los impactos negativos?

El principal problema es el overturism, que es la saturación de visitantes más allá de la capacidad de carga de un destino se ha manifestado con particular intensidad en locaciones cinematográficas.

Por ejemplo en Dubrovnik, la joya del Adriático que sirvió como escenario principal para Game of Thrones, recibía hasta 16 cruceros diarios en su temporada alta de 2019, según datos del puerto local.

Este flujo masivo de visitantes – que llegó a superar los 10,000 turistas diarios en una ciudad de apenas 40,000 habitantes – generó protestas vecinales por el aumento en los precios de vivienda, la congestión en espacios públicos y la degradación del patrimonio arquitectónico. La municipalidad se vio obligada a implementar medidas drásticas, incluídas la limitación de cruceros y el establecimiento de un sistema de reservas para acceder a las murallas históricas.

Y ¿qué hay de la defolklorización cultural?

Un fenómeno particularmente preocupante desde la perspectiva antropológica es el proceso defolklorización cultural, donde las tradiciones locales son modificadas o incluso inventadas para satisfacer las expectativas de los turistas influenciados por representaciones cinematográficas.

Por ejemplo en México, se inventó el ‘tradicional desfile de Día de Muertos’ como resultado de lo observado en la película de James Bond, Spectre. Esta mercantilización de la cultura puede llevar a la pérdida de autenticidad y al surgimiento de tradiciones «falsas» creadas exclusivamente para consumo turístico.

Especialista: Jafet Quintero Venegas. Licenciado, maestro y doctor en Geografía por la UNAM. Investigador asociado de Tiempo Completo en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y profesor de “Geografía y Ética” en la licenciatura en Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

Mail: jafet@sociales.unam.mx // FB: @JafQuven // TW: @jafquven

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