De acuerdo con el Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México, se prevé que el próximo 26 de junio sea el «Día Cero» en la Ciudad de México, es decir, que se tendrán los niveles más bajos de agua para satisfacer las necesidades de la ciudad.
Por eso les vamos a explicar qué es lo que podemos hacer para evitar problemas mayores.
En el contexto de una ciudad, el «Día Cero» se refiere al momento hipotético en que el suministro de agua potable se vuelve inaccesible o insuficiente para satisfacer las necesidades básicas de la población.
Esto significa que la ciudad no tiene la capacidad de distribuir agua potable a sus habitantes de manera regular, lo que puede generar una crisis humanitaria de gran magnitud. Las causas del «Día Cero» pueden ser diversas, pero algunas de las más comunes incluyen:
Las consecuencias de un Día Cero en una ciudad pueden ser graves e incluyen:
Es importante que las ciudades tomen medidas para prevenir el Día Cero, como:
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Existen dos razones por las que tenemos una crisis de agua. La primera : Una sequía global causada por el fenómeno del niño y muy probablemente agravada por cambio climático.
En enero y febrero del 2024 llovió en México 41.4% menos de agua que en el mismo periodo del año anterior. A principios de 2024 el 55% de las presas de México estaban por debajo de la mitad de su capacidad. Febrero 2024 es el febrero más caliente a nivel global desde 1850.
La segunda es un mal manejo del agua de la ciudad de México, en donde se saca el doble de agua del acuífero (59.5 m3/seg) de lo que se recargan (31.6 m3/seg) y el 40% del agua del Valle se pierde en fugas.
Una persona consume en promedio 380 litros de agua diarios en la CDMX con una distribución muy injusta: hay personas que viven con menos de 50 litros diarios y algunos que viven con más de 500. El promedio representa más del triple de los 100 litros diarios que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
La ciudad de México saca al estado de Hidalgo el 25% de la lluvia que cae y traemos de Lerma y del Cutzamala casi el 30% del agua que se consume en la ciudad.
Hay dos opciones que se están contemplando y estas son:
La autosuficiencia en agua se refiere a que con el agua que llueve en esa ciudad sea suficiente para que los habitantes que viven ahí puedan tener todas sus necesidades cubiertas.
En la CDMX, llueve 3 veces más de lo que se necesita para satisfacer a la población actual de la ciudad, entonces la ciudad perfectamente podría ser autosuficiente en agua. No lo somos porque esa agua se lleva a las alcantarillas y se saca de la CDMX, lo que provoca que perdamos mucha agua.
La ventaja es que llueve casi tres veces más (214.7 vs. 81.9) en el Valle de México de lo que se requiere para consumo humano, cuesta 3 veces menos almacenar agua en un acuífero que en una presa.
Bombear agua del Cutzamala a la CDMX costó en 2019 $3,034 millones de pesos y es equivalente a lo que gasta Puebla en Electricidad, genera la misma cantidad de CO2 que una ciudad de 8 millones de personas, lo cual agrava el cambio climático y por tanto las sequías.
Sólo se reutiliza el 15% de agua y se calcula que se podría reutilizar hasta el 80%, por ejemplo, en la UMA se reutiliza el 89% del agua. El principal mensaje que debemos tener en cuenta es cambiar de una lógica de importar agua de otras cuencas a lograr que la ciudad sea autosuficiente en agua.
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Considerando que las presas del Sistema Cutzamala, entre las que está la presa de Valle de Bravo, originalmente fue creada para generar energía eléctrica, por qué no convertir todo ese sistema a una fuente de energía renovable y detener las emisiones de efecto invernadero que genera ahora, además de otros impactos ecológicos y sociales negativos.
A pesar de que el rol principal lo tiene el gobierno, hay 3 cosas muy puntuales que puede hacer la gente:
Usar menos agua. El habitante promedio de la CDMX usa 380L, cuando en realidad, la OMS dice que son 100L estamos bien.
Reutilizar el agua. En edificios, en conjuntos de casas, en habitaciones individuales, se pueden poner sistemas de reuso de agua. Se limpia y se utiliza para regar o incluso se puede potabilizar.
Fomentar las áreas verdes. Áreas verdes que no sean de pasto. En nuestros jardines, en los campos, en los bosques, en las cañadas, que puedan recargar el agua en los acuíferos y depósitos subterráneos.
Especialista: Federico Llamas Vidales. Fundador y presidente de la Universidad del Medio Ambiente.
LinkedIn: @federicollamas // WEB: www.umamexico.com