El Efecto Dunning-Kruger es una joya y es que se relaciona con el síndrome del impostor y cómo es que a veces caemos en creer que somos menos que otros, por pensar que no sabemos mucho sobre la vida.
Todos conocemos a alguien que opina con absoluta seguridad sobre cualquier tema, desde política internacional hasta la crianza de los hijos, aunque claramente no tiene idea de lo que está diciendo. ¿Les suena? Bueno, resulta que este fenómeno tiene nombre: el efecto Dunning-Kruger.
Descubierto en 1999 por los psicólogos David Dunning y Justin Kruger, este sesgo cognitivo explica por qué las personas con menos conocimiento sobre un tema suelen sobrestimar su habilidad, mientras que los verdaderos expertos tienden a subestimarse. En resumen:
- Los que saben poco creen que saben mucho.
- Los que saben mucho se cuestionan constantemente porque entienden lo complejo que es el tema.
Y aquí viene lo más divertido (o preocupante, según se vea): entre menos sabemos, menos capaces somos de darnos cuenta de lo poco que sabemos. Básicamente, la ignorancia es un filtro que nos impide ver nuestra propia ignorancia.
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El mundo está llenos de Dunning-Krugers
No necesitamos buscar en libros de psicología para encontrar ejemplos de este efecto. Está en todas partes, desde la sobremesa familiar hasta en Instagram.
El gurú de Instagram: Alguien vio dos TikToks sobre nutrición y ya se siente listo para dar consejos de salud. “No comas gluten, es malísimo para ti”—dice mientras se come una dona sin saber que el gluten está ahí.
El inversionista de fin de semana: Compró criptomonedas en 2021, ganó dinero con suerte y ahora cree que entiende la bolsa mejor que el mejor inversionista de Wall Street. El opinólogo político: Conoce dos datos vagos sobre geopolítica y de pronto está explicando cómo se debe manejar un país. “Es que yo lo haría así…” Sí, sí, seguro.
El tío en la cena familiar: Lo mismo te explica cómo funciona el cambio climático que cómo se arregla el sistema educativo. Con la misma seguridad. Y cero datos.
Y ojo, no es que estas personas sean malas o malintencionadas. Es solo que creen sinceramente que saben más de lo que realmente saben. Y, según el estudio de Dunning y Kruger, decirles que están equivocados no ayuda en nada. Ellos seguirán convencidos de su sabiduría suprema.
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¿Cómo evitar ser un Dunning-Kruger?
Nadie está a salvo de este efecto. En algún momento, todos hemos opinado con demasiada confianza sobre un tema que no dominamos (sí, todos). Pero hay formas de evitar caer en este sesgo:
- Duda de ti mismo (pero sanamente). Si crees que dominas un tema, pregúntate: ¿realmente lo sé o solo sé lo básico?
- Escucha a los expertos. No, tu primo que vio un documental en YouTube no es experto en vacunas. Busca fuentes confiables y gente con experiencia real.
- Evita el “yo lo haría mejor”. Si nunca has trabajado en algo, asumir que podrías hacerlo mejor que quienes llevan años en ello es una gran bandera roja.
- Sé humilde. Decir “no sé” es más poderoso de lo que crees. Es la puerta de entrada al verdadero conocimiento.
- Aprende más. Cuanto más estudies un tema, más te darás cuenta de lo complejo que es. Y ahí está el truco: los expertos no dudan porque no saben, dudan porque entienden la magnitud del conocimiento.
El peligro del efecto Dunning-Kruger
Ahora, esto no sería tan grave si solo se quedara en los debates familiares o en los comentarios de Facebook. Pero el verdadero problema surge cuando personas con poder caen en este sesgo.
Sí, estamos hablando de políticos, líderes de opinión y gente con influencia que toma decisiones basadas en un conocimiento superficial. Desde negar el cambio climático hasta difundir teorías de conspiración, el efecto Dunning-Kruger puede ser un problema serio cuando afecta la vida de millones.
Así que la próxima vez que alguien hable con total seguridad sobre un tema complicado sin tener credenciales ni experiencia real… quizás sea un buen momento para cuestionar si está viendo la imagen completa o solo su propia (y limitada) perspectiva.
¿Moraleja? Más humildad, menos opiniones sin fundamento y muchas más ganas de aprender. Porque en un mundo donde todos creen saberlo todo, los que aceptan que no lo saben todo son los que realmente aprenden.