Hace unos meses salió la noticia en redes sociales que habría una vacuna contra el VIH y pronto estará disponible en México.
Se estima que más de 60 mil mujeres en México viven con VIH/SIDA, lo que las pone en mayor vulnerabilidad y desventaja, además que si buscan ser mamás ponen en riesgo a sus hijos, pero esta cantidad podría mantenerse y todo con el cabotegravir, un tratamiento que promete que el VIH deje de ser un riesgo para nosotras.
¿Qué onda con la vacuna contra el VIH?
¿Se imaginan poder protegerse del VIH sin tener que tomar una pastilla todos los días? Pues ya es una realidad y se llama cabotegravir. En pocos meses dejará de ser un estrés el tomar una pastilla y sólo se necesitarán una inyección bimestral que puede cambiarlo todo.
El cabotegravir es un medicamento antirretroviral que se usa para la profilaxis preexposición (PrEP). A diferencia de las pastillas que ya conocemos, como Truvada o Descovy, que se toman diariamente, se administra con una inyección intramuscular. La protección dura dos meses, lo que significa que solo necesitan ir al médico seis veces al año.
¿Cómo funciona este tratamiento?
El VIH entra a las células del cuerpo y usa una enzima llamada integrasa para insertar su material genético en el ADN de la célula. Una vez ahí, la célula se convierte en una fábrica de virus. El cabotegravir pertenece a una clase de medicamentos llamados inhibidores de la integrasa.
Su trabajo es bloquear esa enzima, impidiendo que el virus se replique. Es como ponerle un candado a la fábrica para que no pueda producir más copias del virus. Es una barrera formidable que protege a las células de la infección.
Este avance es particularmente importante para quienes tienen dificultades para adherirse a un régimen de pastillas diario. La inyección de cabotegravir elimina esa preocupación y ofrece una protección continua y efectiva.
¿Y los costos en México?
Aquí es donde la cosa se pone un poco complicada. Actualmente, el cabotegravir inyectable, conocido comercialmente como Apretude, no está disponible comercialmente en las farmacias de México. Aunque se ha completado el proceso de registro y autorización por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) aún queda la distribución y la venta del producto.
A pesar de que organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos han reconocido su eficacia y lo recomiendan, el camino en México es más largo. El medicamento ha sido aprobado en varios países, incluyendo Estados Unidos, Australia y Canadá, así que el camino va lento pero seguro.
Los costos, por lo tanto, no están definidos para el mercado privado. Sin embargo, en países como Estados Unidos, el precio de lista puede ser de hasta 3,700 dólares por inyección, lo que lo hace inaccesible para la mayoría de las personas.
La esperanza es que, en México, se incluyan programas de apoyo gubernamentales que lo hagan accesible para quienes lo necesitan (trabajadoras sexuales o personas que tengan riesgo de contagio).
Se espera que el gobierno, a través de instituciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Secretaría de Salud, lo adquiera y lo distribuya de forma gratuita, como ya ocurre con otros medicamentos para el VIH.
¿Cómo lo conseguimos en México?
La vía más segura y realista en este momento es mantenerse informada a través de las páginas oficiales del gobierno y de organizaciones de la sociedad civil que trabajan en la prevención del VIH, como VIH México o AHF México.
Estas organizaciones suelen estar al tanto de los avances y de los programas de acceso a nuevos tratamientos. Si viven con VIH o consideran tomar PrEP, la mejor recomendación es hablar con su doctor. Él o ella podrá darles la información más actualizada y orientarte sobre las opciones que sí están disponibles en México y cuando esté disponible la inyección.
Así que, mientras llega a las farmacias, lo mejor es seguir las recomendaciones actuales (uso del condón y evitar relaciones de riesgo), hablar con su médico y estar atentas a las noticias. La esperanza es que pronto tengamos esta nueva herramienta en la lucha contra el VIH.
