José Luis Corral, uno de los autores más importantes de España, les va a romper algunos mitos sobre la edad media europea y cómo era vivir en esos tiempos.
¿Se imaginan despertar despertar en el año 1320? Les vamos a romper algunos mitos de la edad media para que conozcan la rutina diaria en la época medieval. Cómo vivían, qué comían, cómo se bañaban, y por qué el tiempo lo marcaba la iglesia… no el reloj.
¿Cuándo es la edad media?
Comenzó en Europa como consecuencia del colapso del Imperio Romano de Occidente. También conocida como la época medieval, abarcó aproximadamente del año 476 d.C. al 1492 d.C.
Un líder germano llamado Odoacro quitó del poder al último emperador romano, Rómulo Augústulo. Europa se llenó de pequeños reinos creados por los pueblos germánicos.
Las ciudades perdieron importancia, y la gente empezó a vivir en el campo. La Iglesia católica se volvió muy poderosa, porque era la única institución fuerte. Poco a poco apareció el feudalismo, donde los campesinos trabajaban para los señores a cambio de protección.
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¿Cuánto tiempo duró la edad media?
La edad media duró un poquito más de mil años y se divide en:
- Alta Edad Media (476–1000): Tras la caída del Imperio romano de Occidente, se dio una época de ruralización, invasiones bárbaras y consolidación del cristianismo.
- Plena Edad Media (1000–1300): Auge del sistema feudal, crecimiento demográfico, surgimiento de ciudades y universidades, cruzadas y expansión agrícola.
- Baja Edad Media (1300–1492): Crisis del siglo XIV (peste negra, guerras, crisis religiosa), pero también renacimiento urbano y del comercio. Termina con la toma de Constantinopla (1453) o el descubrimiento de América (1492), según el enfoque historiográfico.
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Mitos sobre la Edad Media Europea
Mito: Nunca se bañaban (Falso)
Realidad: Los campesinos se bañaban pocas veces al año, más por estación que por costumbre. En primavera y verano se lavaban en ríos o en barreños de madera. En invierno, casi nunca.
Los nobles se bañaban una vez al mes, y algunos se bañaban con más regularidad, especialmente en verano. En épocas de festivales o antes de eventos importantes, también era usual. Se utilizaban grandes tinas de madera o metal que se llenaban con agua caliente, a menudo perfumada con hierbas aromáticas o aceites esenciales.
Los baños públicos o «baños turcos» (establecimientos donde se ofrecían baños de vapor, masajes y depilación) eran populares en algunas ciudades europeas, especialmente en el sur, influenciados por las costumbres árabes. Estos eran lugares sociales y de relajación.
Mito: «Sólo bebían agua del río.” (Falso)
Realidad: Sabían que el agua podía hacer daño si estaba sucia, así que preferían cerveza o vino diluido, incluso los niños.
Mito: «Se creía que las curanderas eran brujas». (Falso)
Realidad: En los primeros siglos, la Iglesia ni siquiera creía que las brujas existieran realmente. Pensaban que era una superstición pagana. Las curanderas y mujeres sabias eran respetadas en sus comunidades.
Mito: «Dormían toda la noche.” (Falso)
Realidad: La mayoría de la gente dormía en dos turnos (patrón de sueño bifástico): un “primer sueño” (comenzaba poco después del anochecer), luego una pausa de dos horas en la madrugada conocida como vigilia entre las 12 y la 1 (para rezar, conversar, incluso tener sexo. Era parte integral de su rutina nocturna, no una interrupción no deseada), y luego un “segundo sueño” o sueño de la mañana que duraba hasta el amanecer.
Mito: “Los nobles dormían sentados.” (Parcialmente Verdadero)
Origen del mito: La idea de que los nobles dormían sentados o semi acostados por miedo a «morir como los muertos» (acostados y rígidos) es un mito popular pero no universalmente cierto.
Realidad: Si bien algunas personas podían dormir así, especialmente si padecían problemas respiratorios o digestivos, no era una práctica extendida para todos los nobles o por la razón mencionada. Las camas eran grandes y con dosel, diseñadas para el confort.
Mito: “Creían que los muertos podían salir de sus tumbas.» (verdadero)
Realidad: Se creía que algunos muertos, sobre todo los que habían llevado una vida de pecados, habían sido excomulgados, o habían muerto de forma violenta o repentina, podían volver como fantasmas o “revividos”. Para evitarlo, a veces les clavaban estacas, les ponían piedras en la boca o los enterraban boca abajo.
Mito: “El tiempo era regulado por las campanas de la iglesia” (Verdadero)
Realidad: Las campanas de la iglesia eran el «reloj público» de la época y tenían un papel multifacético en la vida medieval. Cada iglesia, por pequeña que fuera, tenía por lo menos una campana. Había campanas que indicaban el inicio y fin de las jornadas laborales en los campos, la apertura y cierre de mercados, y la entrada y salida de las puertas de la ciudad. Además funcionaban como:
Alertas: Tocaban de manera especial para anunciar peligros como incendios, invasiones o ataques. Eventos Comunitarios: Anunciaban bodas, nacimientos, muertes (el «toque de difuntos» o «death knell» variaba según el sexo y a veces la edad del fallecido), y celebraciones festivas. Llamada a la Reunión: Convocaban a la gente a asambleas, ferias o para escuchar proclamas importantes del noble o del rey.
Mito: «Los aristócratas tenían dientes podridos y eso era símbolo de estatus.» (Falso)
Realidad: Es más bien una confusión con otras épocas o culturas, como por ejemplo, el ennegrecimiento dental intencional (ohaguro) en Japón; los dientes se teñían con una mezcla llamada kanemizu, elaborada principalmente con limaduras de hierro disueltas en vinagre (para producir acetato ferroso) y mezcladas con polvo de té o sake. Tener los dientes negros era sonsiderado un símbolo de belleza, madurez y estatus, también tenía una función práctica: el tinte negro protegía los dientes contra la caries.
Mito: “los excusados eran considerados un lujo.” (Verdadero).
Realidad: Muchas ciudades perdieron sus sistemas sanitarios, la mayoría de la gente usaba pozos o simplemente tiraba sus desechos afuera o en las calles. Para los nobles: Los castillos contaban con letrinas privadas, a menudo salían de los muros, que descargaban directamente al foso o a un pozo negro. No eran baños con agua corriente como los conocemos, pero sí proporcionaban privacidad y una rudimentaria eliminación de desechos.
Mito: “El uso de perfumes, abanicos y ropa grande era para disimular olores.” (Verdadero)
Realidad: Para esconder esos olores era muy habitual llevar ramitas de flores, abanicos (no solo para refrescarse, sino para alejar olores desagradables).
Mito: Las calles olían horrible (Verdad)
Realidad: Las calles de las ciudades medievales definitivamente olían mal para nuestros estándares actuales porque no tenían sistemas de saneamiento modernos, eso dejaba desechos humanos y animales, basura orgánica y líquidos estancados al no haber drenaje. Todo esto creaba un ambiente con una mezcla de olores a estiércol, putrefacción, orina, humo de leña, y residuos de las actividades humanas e industriales.
Sin embargo, la gente de la Edad Media estaba acostumbrada a estos olores desde su nacimiento. Su «normal» era muy diferente a nuestro «normal». Lo que para nosotros sería insoportable, para ellos era simplemente el olor de la vida cotidiana.
Mito: “Las camas de la nobleza eran limpias.” (Falso)
Realidad: Las camas nobles solían tener materiales que podían alojar insectos, las camas se compartían con varias personas o incluso animales domésticos, lo que facilitaba la propagación de piojos.
Mito: “Dentro de las casas de los campesinos vivían de 5 a 10 personas” (Verdadero)
Realidad: Las casas medían entre 25 y 40 metros cuadrados (o sea, el tamaño de una sala grande actual o un mini-depa tipo estudio). Generalmente tenían una sola habitación para todo: dormir, cocinar, comer, guardar herramientas… y a veces hasta para meter a los animales en invierno. En estas casas también vivían abuelos, tíos o criados jóvenes.
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Mito: No existían los cubiertos (Falso)
Realidad: La cubertería era rudimentaria; los nobles usaban principalmente cuchillos y las manos. Las cucharas existían, pero los tenedores eran una rareza hasta más tarde en el Medievo.
Mito: Tanto nobles como campesinos eran incultos (Falso)
Realidad: La nobleza no era un grupo inculto. La educación era fundamental, especialmente para aquellos destinados a gobernar. Los nobles aprendían latín (la lengua de la Iglesia y del saber), y a menudo francés (que se convirtió en una lengua cortesana y de prestigio en gran parte de Europa). Sabían leer, escribir y calcular, habilidades esenciales para la administración de sus feudos. En cambio, el 95% de los campesinos era analfabeto. Aprendían oralmente todo lo necesario para sobrevivir.
Mito: Las mujeres nobles no podían gobernar un feudo (falso)
Realidad: las mujeres nobles podían gobernar feudos si quedaban viudas, especialmente si el heredero era menor de edad. Asumían la administración de las tierras, las decisiones judiciales y la defensa del territorio.
Especialista: José Luis Corral Lafuente. Licenciado en Filosofía y Letras. Doctorado en Historia por la Universidad de Zaragoza. Desde 2020 es catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Zaragoza. Autor de más de 200 artículos académicos y más de 30 obras historiográficas.
IG: @joseluiscorrallafuente // mail: jcorral@unizar.es