Tips para soltar las cosas que no pasaron en el año

Les vamos a dar unos consejos para soltar las cosas que no pasaron y cómo tener un duelo digno ahora que finaliza el año.

diciembre 16, 2025

Cuando el año se acaba no solo se va el calendario: se quedan pendientes, expectativas rotas y cosas que no fueron, pero ¿cómo soltar las cosas que no pasaron en el año?

Marcela Escalera, Psicóloga Clínica, nos va a decir cómo soltar el año que se va, qué hacer con lo que no salió como esperábamos y por qué cerrar bien este ciclo es clave para empezar el siguiente sin cargar maletas emocionales que no van a ningún lado.

Tips para soltar las cosas que no pasaron en el año

Nombra lo que no fue, sin drama ni novela: Ponerle nombre a lo que no sucedió es un acto de adultez emocional. Mientras algo queda difuso —“algo falló”, “todo salió mal”— el cerebro lo mantiene activo, como una alarma encendida. Nombrarlo con precisión (“no se dio esa relación”, “no logré ese proyecto”, “no fui constante”) le baja volumen al ruido interno. No es frialdad: es claridad. La claridad regula.

Deja de explicarte por qué no pasó: La mente busca causas como una forma de liberación. Pero muchas veces el exceso de análisis es una forma elegante de no soltar. Entender no siempre sana; a veces solo entretiene al ego. Hay cierres que no llegan por comprensión, sino por cansancio: cuando aceptas que ya pensaste suficiente y decides dejar de rumiar.

Haz un inventario honesto de expectativas irreales: Aquí no se trata de culparte, sino de revisar desde dónde deseabas. Tal vez querías resultados sin procesos, vínculos sin fricción, cambios sin incomodidad. Eso no te hace ingenua: te hace humana. Ajustar expectativas no es resignarse; es aprender a desear desde un lugar más realista y menos autoexigente.

Agradece lo que sí aprendiste de lo que dolió: El aprendizaje auténtico no es una frase bonita, es un cambio interno observable. Si hoy pones límites antes, si eliges distinto, si reconoces señales que antes ignorabas, ahí está el aprendizaje. Agradecer no es justificar lo que pasó; es reconocer que no te dejó intacta, y eso es crecimiento.

Suelta la identidad que construiste alrededor de “eso”: Mucho dolor viene de perder una versión de ti: “la que iba a lograrlo”, “la que iba a ser elegida”, “la que ya tenía claro su rumbo”. Cuando esa identidad se cae, el vacío asusta. Pero no eras eso: estabas intentándolo. Soltar la identidad abre espacio para una versión más honesta y menos rígida.

Devuélvete la responsabilidad que cediste: Responsabilidad no es culpa. Es recuperar el timón. Mientras todo fue “por lo que hicieron”, “por las circunstancias”, sigues atada al pasado. Reconocer tu parte —decisiones, silencios, tolerancias— te devuelve poder. No para castigarte, sino para no repetir en automático.

Haz un ritual pequeño y simbólico: El cerebro ama los símbolos. Escribir, romper, quemar, guardar… no es misticismo: es neurobiología. El acto concreto le indica a tu sistema que algo terminó. Sin ritual, el inconsciente cree que todo sigue pendiente. Cerrar afuera ayuda a cerrar adentro.

Deja de compararte con versiones ajenas: Compararte activa vergüenza, no motivación. Ves el resultado ajeno, no el proceso, las pérdidas ni los costos. Cada quien carga su propio caos interno. Compararte te distrae de la única pregunta útil: ¿qué es coherente para mí hoy, con la energía y los recursos que tengo?

Pregúntate qué te pide ahora la vida con esto que pasó: No todo fracaso es un error; muchos son redireccionamientos. A veces la vida no quita algo, te quita un camino. Cuando dejas de pelearte con lo que no fue, empiezas a ver para qué te está preparando. Eso no romantiza el dolor, lo vuelve funcional.

Permítete cerrar el año sin “lecciones grandiosas”: La cultura del aprendizaje constante también cansa. Hay años que no vinieron a enseñarte, vinieron a agotarte, a bajarte el ritmo, a mostrarte límites. Honrar eso es sabiduría emocional. No todo cierre necesita moraleja; algunos solo necesitan descanso y verdad.

Soltar el año que se va es un acto de higiene emocional. No borra lo vivido, pero evita que lo cargues como equipaje innecesario. Y viajar más ligero, siempre, cambia el destino.

Especialista: Marcela Escalera. Psicóloga Clínica, Directora del Instituto Neufeld Español y Coordinadora del Diplomado Crianza con Vínculo.

IG Y FB: @marcelaescaleraoficial / WEB: marcelaescalera.com / Whatsapp: 55 61 88 72 78

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