Oigan cuentahabientes, ¿quién de ustedes dice ser intolerante a la lactosa? ¿Cuántos de ustedes, después de echarse su café con leche, han presentado hinchazón o distensión abdominal, diarrea, gases o hasta vómito?

Entonces, el Dr. Miguel Ángel Colín García, Nutricionista clínico en el Hospital Ángeles Santa Mónica me explicó que muchas personas experimentan este padecimiento día a día y se confunden pensando que puede ser genético o hereditario y eliminan de su dieta los lácteos cuando  en ocasiones no es necesario.

Por eso es importante identificar los síntomas que son: dolor, náusea y diarrea. Porque el cuerpo no tiene la capacidad de separar este tipo de azúcar, que es la lactosa, y para poder aprovecharlo debe cumplir su función, pero si esa azúcar se va al final del intestino provoca todos los malestares.

Y algo que me contó y me pareció asombroso, es que cuando estamos en el vientre de nuestra madre, el cuerpo produce esa sustancia y está programado para durar hasta los 2 o 3 años de vida. Después, en teoría, la mayoría no debería tener la capacidad de digerir la lactosa, aunque en ocasiones por genética sí se puede. De hecho, me contó que hay niños que pueden nacer con esta sintomatología que evita digerir la lactosa y no consumir leche porque pueden presentar muchos problemas como la misma diarrea, dolor estomacal

Por otro lado, el Dr. Miguel Ángel Colín me comentó que es importante distinguir entre intolerancia y la alergia a la lactosa porque cuando se es intolerante el cuerpo es incapaz de separar el azúcar y causa los síntomas que ya platicamos; mientras que la alergia involucra el sistema de defensa.

También comentó que las personas que no pueden digerir la lactosa, sienten dolor, ronroneo en el intestino, posteriormente inflamación o gases y hasta urgencia para evacuar, esa persona inmediatamente empieza a rechazar el alimento lácteo.

Entonces para todos aquellos que aman la leche y están buscando algo que les ayude a que la intolerancia no sea un infierno. El Dr. Miguel Ángel Colín García, me explicó que el primer paso es darte cuenta si tienes una indigestión total, donde de plano no hay manera que consumas lácteos o sólo tienes dificultad para digerir, principalmente la leche. En estos casos se tolera el yogurt, el queso o la crema y después pueden ayudarse con probióticos para mejorar la digestión.

Existen unos probióticos que se llaman Pearls, los cuales, me explicaba el doctor, que ayudan a digerir la lactosa con una enzima que producen, evitando los síntomas tan molestos e incluso previenen otros problemas de salud intestinal, lo cual me parece súper importante porque la mayoría de las bacterias se mueren en el estómago por la acidez gástrica y deshacen los probióticos y quedan súper pocos dentro del intestino.

Y por cierto, si les preocupa que el no consumir lácteos les provocará algún tipo de deficiencia de vitaminas, es importante acudir con su médico para revisar cómo pueden obtenerlas en otros alimentos. Ahora, que si son muy adictos a la leche y quieren de vez en cuando echarse su vaso de leche, siempre pueden preguntarle a su doctor por los beneficios de Pearls, para que les explique cómo estos probióticos mejorarán la salud de su flora intestinal.