Mario Guerra
Tanatólogo y terapeuta
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¿Qué es un titiritero emocional?
Son personas que que no sienten empatía ni respeto por la dignidad de las personas con las que se relacionan. Te hacen sentir como si fueras un títere del que disponen cuando tienen ganas o porque se les antojó jugar con él. Invalidan tus necesidades y deseos para anteponer los suyos. Saben que botones apretar y que hilos jalar para llevarte a satisfacerlos, aún a costa tuya.
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¿Como reconocer a uno?
Hay tres tipos de personalidad que suelen generar relaciones tóxicas y de manipulación. Los titiriteros emocionales:
1. El autocentrado/narcicista
- Es seductor. Necesita una audiencia que lo esté adorando. A veces adoptan la forma de un mártir de un sistema que los persigue por su grandeza y bondad. No importa el número de personas, necesitan a su alrededor gente obediente y dispuesta a servirles casi ciegamente. Suele elegir una profesión, trabajo o afiliarse a alguna organización que les permita manipular a otros. Te hacen creer en ellos, seguirlos y a actuar en su nombre y defensa, como si tuvieran actitudes mesiánicas. Tiendes a justificarlos en sus faltas por su magnificencia y grandeza, después de todo ¿quién eres tú para cuestionar sus motivos? Se venden a sí mismos como complejos, atormentados e incomprendidos, de ahí la importancia que te hayan elegido para servirles… tú no eres como el resto de los mortales.
¿Cómo manipulan?
Te venden su grandiosidad envuelta de una falsa humildad, pero de gran sabiduría y generosidad. No te dejan pensar; manipulan los hechos y distorsionan tu percepción a gran velocidad. Son demandantes para obtener un “Sí” de tu parte. Si buscas salir de su influencia te acusarán de traidor y desleal. Serás uno más, un mortal y perderás tu condición de “elegido”. Buscará hacer saber a otros tu falta para que te exilien del sistema.
2. El depredador/parásito
- Destructor insaciable. Como una langosta… lo devora todo y se marcha. No necesita una audiencia que lo adore, necesita víctimas a las que parasitar. Necesita un huésped humano que haga cosas por él. Que trabaje, que lo mantenga, que le resuelva un problema, que le de casa, que le pague la gasolina, le pague sus vicios, que lo lleves y que lo traigas, que hagas de su tapadera… Se vincula con las personas para usar sus contactos sociales y laborales a través de ellos y obtener beneficios. Pueden acabarse el dinero de la familia, hacer que les firmes un aval y nunca pagar, meterte en problemas en el trabajo o con tu familia con tal de ellos obtener algo. Pueden embarcarte en un negocio y luego dejarte con las deudas. Si reclamas se ofenden y te reprochan ser tan “materialista” o mala pareja/amigo/pariente por no darle “lo necesario” para la vida.
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¿Cómo manipulan?
Se presentan urgidos/necesitados ante tí y tú eres la persona que les puede ayudar. Te cuentan su historia de carencias y te presentan un problema que te conmueva para que seas tú el que voluntariamente les ayude (por el vínculo emocional que te genera previamente). Quizá inicialmente se nieguen y te digan “No cómo crees, yo no te puedo pedir eso…” con la esperanza que tú digas “ándale, acéptalo…”. Tras hacerse del rogar dirán “está bien, sólo porque tú me lo pides”. Si no insistes dirá “ya lo pensé bien, estoy desesperado y sólo por eso voy a aceptar la ayuda que me ofreciste…” Te ofrecerán hacer el negocio de la vida, tienen un proyecto fabuloso! Una característica fundamental es que no les importará tomar algo a sabiendas que eso te causa una carencia. Una vez que dejas satisfecha su necesidad se desaparecen, cuando antes estaban presentes como una plaga… suelen volver cuando necesitan más.
3. El emocionalmente inestable/dramático
Es impredecible. Nunca sabes de qué humor va a estar este día. Son intolerantes, explosivos por las cosas más simples y a los 10 minutos, ya que te ven con una hemiplejia por el coraje, están como si nada. Pueden explotar porque se te cayó una moneda al piso mientras hablan por teléfono “porque ya los interrumpiste”. Te maltratan verbalmente por cualquier cosa y luego te piden que los acompañes a comprar unos tamalitos para la cena. Tienes que estar siempre atento a lo que necesitan para no despertar su ira. Tienen que ser el centro de tu atención y sus necesidades van primero. Necesitas dejar todo lo que estés haciendo para atenderlos. La relación con ellos es como una montaña rusa emocional. No puedes ser racional con ellos, actúan más por emociones. No están interesados en la lógica, la razón, la verdad o en tus argumentos… sólo quieren desesperadamente atención inmediata para no sentirse “malqueridos”. Puede ser muy excitante estar con ellos al principio, todo lo viven intensamente, pero al poco tiempo te enteras que no tienen control.
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¿Cómo manipulan?
Se hacen impredecibles, por lo que no sabes como responder. Te hacen responsables por sus cambios de humor negativos. Te exigen volver a la normalidad a su velocidad o a ti te acusan de ser inestable si no lo haces. Hacen escenas en público para avergonzarte y que cedas o aprendas. Si quieres dejar la relación harán un gran drama, pueden suplicar, lo que sea para que no les dejes. Pueden amenazar con suicidarse o beber enfrente de ti para que veas lo dolidos que están. Te exigen ser muy cuidadoso con lo que haces y dices, pero ellos sí pueden hacer y decir lo que quieran. Si te sientes, usado, manipulado, ignorado, fatigado; muy probablemente estés con uno.
Conslusiones
- Una persona sana no antepone sus necesidades a través de anular las de los otros.
- No pone a la gente en riesgo para obtener lo que desea.
- Eres corresponsable si te mantienes en una relación así a sabiendas que no hay nada que tú puedas hacer para “curar” a estos enfermos emocionales. Pero si aún así persistes, muy probablemente tienes problemas con tu autoestima que te impide pensar en la posibilidad de que eres capaz de aspirar a algo mejor, a una vida más libre y plena.
- A veces no es una pareja, a veces ha sido tu padre, tu madre o un hermano el titiritero de tu vida.
- No tienes que querer menos o dejar de querer para liberarte, tienes que quererte más, fortalecer tu autoestima para poder cortar esos hilos.
- Tú no puedes decirle al titiritero que abandone su “profesión”, pero siempre puedes buscar la ayuda necesaria para dejar de ser un títere emocional