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2024-12-05 23:37:40

El complejo de Cenicienta

Para las que están esperando a que las rescaten... y nomás terminan cambiando de amo.

octubre 13, 2015

Illustration of an original glass slipper design fit for capturing a princeMario Guerra
Tanatólogo y terapeuta 

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¿Qué es el complejo de cenicienta?

Miedo a la independencia, emocional y/o financiera, que experimentan algunas mujeres, reflejada en un deseo inconsciente de ser cuidada por otros y rescatada por alguna fuerza externa (por ejemplo un príncipe).

  • Desean en el fondo su independencia, pero temen que si llega no sean capaces de sobrevivir. Es como la cenicienta, una historia de frustración.

De forma más contemporánea, se aplica también para describir a la mujer que invierte gran cantidad de tiempo, y recursos, buscando o esperando la llegada de su príncipe azul, comportándose con sus pretendientes como sumisa y necesitada, complaciéndoles como forma de atraerlos para ser rescatada.

A pesar de no estar clasificado como una entidad clínica para diagnóstico, ayuda a algunas mujeres a identificar lo que les pasa y llevarlas así a buscar cambiar.

¿De dónde viene el nombre?

  • La escritora, y psicoterapeuta norteamericana, Collete Dowling, nombra a este fenómeno a raíz de su libro del mismo nombre “El complejo de cenicienta: los temores ocultos de las mujeres ante su independencia”. 
  • La ideas es que esto se forma desde la infancia con lo que se inculca familiar y socialmente acerca de la figura femenina y cómo la sociedad lo sigue reforzando.

¿Dónde encontramos a estas mujeres?

  • Mujeres que no logran su independencia financiera y se someten a la dependencia masculina, no pocas veces en una vida llena de comodidades relativas, pero también de malos tratos.
  • Mujeres que pueden ser independientes y hasta exitosas de manera profesional o en el liderazgo, pero que ante un hombre con el que se involucren emocionalmente, se muestran frágiles, necesitadas y dependientes emocionalmente (no te necesito pero cuídame, sería su mensaje implícito).

Entendamos a la cenicienta del cuento

Era una mujer que poseía belleza, bondad, pero resignación.

  • De no haber sido por el hada madrina y el príncipe, probablemente por sí misma no hubiera podido hacer mucho para cambiar su situación.

Su problema no eran los hombres, sino las mujeres

Tuvo 3 madres:

  • La biológica, que quién sabe por qué no estaba con ella.
  • La madrastra, que la adopta, pero la tiene como sirvienta y la maltrata constantemente. La que le impide realizar sus deseos.
  • El hada madrina, que dice que le viene a cumplir su deseo, pero sólo hasta la media noche.

Estaban también las hermanastras, menos bellas pero más afortunadas y con una madre real.

  • Ellas se encargaban de recordarle lo que deseaba y de lo que una mujer podía ser capaz (ellas sí podían ir al baile), pero lo lejos que estaba de eso.
  • Al final cenicienta no niega la cruz de su parroquia y les consigue dos hombres nobles.

El tema no era si podía llegar al príncipe, sino las mujeres de su vida se lo iban a permitir.

Los hombres se su vida

  • Un padre, que quién sabe por qué no estuvo con ella.
  • El príncipe, el que la busca y la rescata por su belleza, pero el contexto social de aquellas historias no era el de mujeres independientes (a menos que fueras un hada madrina).

¿Pero no esa visión quedó ya muy en el pasado y hoy las mujeres quieren y pueden acceder a la independencia y al liderazgo cuando quieran?

Ojalá, pero no es así aún para la mayoría.

El Dr. Adam Grant, de la Universidad de Wharton, afirma que la inequidad de género sigue siendo un grave problema no sólo en el mundo corporativo, sino en la sociedad en general, que percibe este problema como menor.

Un estudio llamado “Woman in the workplace” realizado por la fundación “Lean in” y McKinsey & Co. encuentran que:

  • Las mujeres muestran menos deseos de acceder a puestos directivos o de liderazgo.
  • Esto por el estrés que les produce el no sentirse capaces aunado a que siguen teniendo más barreras y complejidades para acceder a oportunidades laborales bien remuneradas.

Sus creencias.

  • Por cada 4 mujeres que cree que no tienen oportunidades de avanzar profesionalmente por su género, sólo 1 hombre lo hace.
  • Por cada 2 mujeres que creen que su género les impedirá avanzar profesionalmente en el futuro, sólo 1 hombre lo hace.
  • Inequidad laboral: 74% de las empresas dicen estar comprometidas con la equidad de género, pero menos de la mitad de los empleados de esas empresas ven como importante esto.
  • Inequidad familiar: Aún en hogares donde ambos cónyuges trabajan, las mujeres se ocupan de los hijos 41% más que los hombres y hacen 30% más trabajo doméstico.
  • Como el hada madrina, “sí puedes ser independiente, pero sólo hasta donde yo te diga”.

Otro estudio publicado en el Journal of Applied Psychology en noviembre de 2014 afirma que:

  • Hombres y mujeres no difieren objetivamente en capacidades de liderazgo.
  • Cuando se les pregunta a los hombres, la mayoría dice ser superior que las mujeres en esto.
  • Cuando se les pregunta a las mujeres, la mayoría dice ser menos capaz que un hombre en esto.

¿Qué problemas causa?

Daños al autoestima

  • El recibir ayuda siempre de otros para resolver problemas o tomar decisiones le hará sentir incompetente, sentir esto le hará temer tomar decisiones y así al infinito.

Desarrolla ansiedad y/o depresión

  • Miedo al abandono (apego ansioso).
  • Metas no cumplidas por ser siempre dependiente.

Dificulta encontrar pareja estable

  • Especialmente si se tiene independencia y éxito financiero, que atrae a un tipo de hombre que aprecia esas cualidades y que acaba encontrándose a una mujer profundamente insegura, dependiente y demandante.

Daña una relación de pareja

  • Quien padezca este complejo, puede volverse una persona muy demandante de cariño, atención y cuidados.
  • Es alguien que te dice “soy tu responsabilidad, cómo vas a dejarme, qué voy a hacer sin ti?

Socialmente entre la espalda y la pared

  • Puede generar la envidia de algunas mujeres, pero también el rechazo (aunque admiración secreta) por no cumplir con un rol femenino estereotipado. Pueden generar el rechazo de algunos hombres, que no saben cómo clasificarlas, tratarlas o si pueden competir con ellas.

¿Qué hacer?

Busca sanar las heridas de tu infancia: Libérate de las expectativas de tus padres.

  • Revisa historias e historietas de tu infancia y mira a qué sigues obligada y a qué no.

Fortalece tu autoestima: Duda de tus certezas acerca de tí misma.

  • No te preguntes si puedes ser independiente, pregúntate por qué no habrías de poder serlo, si eso sucede de manera natural
  • Reconoce que tus temores, al menos al inicio, están sustentados en creencias más que en realidades.

Deja de ser tu propia madrastra, que sabotea tus deseos llenándote la cabeza de lo que “debes” hacer con relación a tu familia, tu pareja, tu casa e incluso tus propios hijos.

Hoy tu hada madrina es psicológica; dile que no tienes por qué seguir creyendo que a las doce se te va a acabar el encanto. No te conformes sólo con ratones que te dan calabazas.

Si esperas que alguien venga a rescatarte,
lo más seguro es que acabes cambiando de amo.

 

octubre 13, 2015