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Como se si mi pareja me acepta

¿Eres adicto a la aprobación?

¿Es lo mismo aceptación que aprobación? ¿Por qué siempre buscamos ser aprobados? Adicción a la aprobación de los demás.

noviembre 10, 2015

Mario Guerra
Terapeuta
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¿Es lo mismo aceptación que aprobación?

1. Aceptar

  • Aceptar significa tomar lo que se ofrece o lo que hay; se acepta (o no) lo que es o lo que sucede.
  • Depende más del que juzga que de lo juzgado, que es como es; hay personas que aceptan a quién es diferente a ellos (raza, religión, sexo) y otros que no.
  • Su opuesto es el rechazo.

2. Aprobar

  • Es pasar una especie de «prueba»; como para medir el comportamiento o desempeño de algo, de acuerdo a estándares preestablecidos.
  • No depende tanto del que juzga, sino de lo que está siendo juzgado; puedes aprobar o no un examen de selección, pero no tiene que ver con quien aplica la prueba, sino con los conocimientos y/o habilidades del candidato.
  • Se aplica más a la manera de hacer algo que a las personas o hechos.
  • Su opuesto es la desaprobación.

¿Entonces quien me acepta me aprueba?

1. Alguien puede aceptarte, pero reprobar tus conductas.

  • Como la mamá que se enoja con el niño y lo regaña por sus bajas calificaciones, pero no lo deja de querer.
  • En este caso el niño mejoraría su comportamiento y calificaciones si quisiera que eso cambiara.

2. Alguien puede no aceptarte, pero aprobar tus conductas.

  • Como cuando alguien no te cae bien por como es, pero de pronto te enteras que hizo algo que a ti te parece valioso y apruebas (rescatar un perrito de la calle, por ejemplo)
  • Como ese hecho no te lleva a cambiar lo que sientes por esa persona, o te alejas de ella o ella de ti, porque hiciera lo que hiciera no lo ibas a aceptar.

¿Por qué buscamos ser aprobados?

1. Desde la infancia nuestros padres son como un espejo del Yo interior.

2. Autoevaluamos quiénes somos y si lo que hacemos agrada a nuestros padres a través de sus reacciones.

  • Es importante saber si les damos gusto y nos aceptan porque en ello nos va la vida.  “Si me quieren, me cuidan”

3. Empezamos a buscar la aprobación cuando nos van poniendo estándares de conducta que dependen más de lo que hacemos que de quiénes somos.

  • “No basta con ser yo, tengo que hacer algo para ser amado”

4. Esto se agrava cuando en la niñez nos “educan” mediante mensajes:

  • “Mira que cara tan fea haces, así nadie te va a querer”.
  • “Si sigues llorando te voy a regalar con el de la basura”.
  • “Te voy a sacar de la escuela si sigues con tus malas calificaciones”.

5. Normalmente, el rechazo te lleva a que, luego de un episodio de dolor, hagas una evaluación de tus conductas y busques un nuevo grupo al cual pertenecer.

¿Qué pasa con los adictos a la aprobación?

1. Padecen fusión cognitiva: Creen que lo que les dice su mente es real.

2. Esta distorsión del pensamiento los lleva a creer:

  • Que están siendo constantemente evaluados.
  • Que nunca es suficiente lo que hacen.
  • Son más susceptibles a percibir señales de rechazo que de aprobación, las que no sólo perciben como escasas, sino de corta duración.
  • Es como si el rechazo fuera la oscuridad y la aprobación la luz en una eterna noche fría. Hay que alimentarla para mantenerla encendida.
  • Se comparan constantemente con otros, siempre de forma desventajosa; Incluso pueden sentirse un fraude.
  • Se ponen estándares ridículos de perfección; Como que siempre tienen que decir algo inteligente o divertido para los demás.
  • Que son el centro de atención del universo.
  • Por eso creen que todo mundo está tan atento a lo que hacen.
  • Esto es una paradoja, porque se sienten rechazados pero a la vez muy importantes como para que a todo mundo le importe lo que hacen.

3. Son emocionalmente inestables, lo que las lleva a desarrollar ansiedad.
4. La sensación de rechazo que mueve a la búsqueda de aprobación nunca se acaba y donde se vaya acabará por sentirse que no importa cuánto se haga por los demás, estos acabarán rechazándole.

¿Qué efectos produce esto?

1. El Dr. Nathan DeWall, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Kentucky, publicó en el Journal Current Directions in Psychological Science año 2011 que ser receptor de un “desaire social”, real o imaginario, tiene consecuencias psicológicas importantes:

  • Se incrementa la ira, la ansiedad, la depresión, celos y la tristeza.
  • Reduce el desempeño en actividades intelectualmente demandantes.
  • Contribuye a la agresividad y al bajo control de los impulsos.
  • Menor calidad de sueño y disfunciones del sistema inmunitario.

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2. Además genera: Hipervigilancia ante señales de los demás.

  • Así sean microseñales.
  • Un estudio realizado por el Dr. Eric Wesselman, de la U, de Purdue y publicado en la revista Psychological Science en 2012, evidenció como para estas personas el que pase un extraño y no haga contacto visual con ellos lo perciben como desaprobación.

3. Miedo constante al rechazo, a defraudar o decepcionar.

  • Lo que no los deja fluir socialmente y facilita el rechazo de los demás (profecía autocumplida)

4. Modifican sus conductas para buscar agradar a los demás de manera compulsiva (ya no lo deciden, lo necesitan como un adicto a su droga).

5. Pueden ser víctima de abusos por ser tan complacientes.

6. Empiezan a desarrollar sentimientos de inferioridad al nunca poder dar gusto al 100% a todos aquellos con los que lo intentan.

7. Pueden adoptar conductas de abnegación o sacrificio.

  • Cuando eres adicto a algo todo precio es poco para obtener lo que necesitas.

¿Qué hacer si se es adicto a esto?

  • Si alguien se relaciona contigo a través de la explotación y recibir favores, no es alguien a quien necesites en tu vida.
  • Aprende a decir no y a expresar tus puntos de vista, aunque a los demás no les gusten tanto.
  • No eres un objeto para ser evaluado por su utilidad a los demás, ni tampoco le vamos a caer bien a todo el mundo siempre.
  • Piensa que no eres tan importante como para que a toda la gente le importe lo que haces y que eso es normal.
  • Cuestiona lo que te dice la voz de tu mente, en realidad la que está condicionada por los aprendizajes distorsionados es ella y es ella la que te cuenta esas historias de rechazo y exclusión.
  • Deja de hacer lo que tu mente te ordena y empieza a hacer lo que te conviene a ti.
  • Cuídate de no irte al extremo opuesto; recuerda que es importante seguir formando parte de un grupo social.
  • En general esto requiere trabajar con ayuda profesional, empezando por revisar los primeros vínculos afectivos de la infancia.

¿Sacrificarías la vida de la persona que más quieres por un poco de aprobación? Bueno, pues deja de estarlo haciendo.

 

noviembre 10, 2015