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2024-12-04 07:33:57
no puedo dejar a mi pareja

No te soporto, no puedo cambiarte, pero no puedo dejarte

¡No puedo dejar a mi pareja! ¡Tengo una obsesión por cambiarle! Mario Guerra nos explica cómo alejar esos pensamientos esto sin morir en el intento. De acuerdo a Men´s Health US, 67% de las personas en una relación, dicen que su pareja es “bastante molesta” pero el 41% no los cambiaría por qué es lo […]

agosto 8, 2022

¡No puedo dejar a mi pareja! ¡Tengo una obsesión por cambiarle! Mario Guerra nos explica cómo alejar esos pensamientos esto sin morir en el intento.

De acuerdo a Men´s Health US, 67% de las personas en una relación, dicen que su pareja es “bastante molesta” pero el 41% no los cambiaría por qué es lo que “los hace ser ellos”, entonces ¿por qué tenemos la obsesión de no poder dejar a nuestras parejas?

El amor no siempre encuentra territorios propicios para desarrollarse. Hay formas de relacionarse, y personalidades de cada uno, que pueden contaminar al amor y convertirlo lentamente en otra cosa.

El problema de estar atrapado emocionalmente es que no es sólo un sentimiento. Es una batalla interna. Estás atrapado luchando con las contradictorias emociones que sientes, pero te empeñas quizá en algo que ya no está a tu alcance.

¿A QUIÉNES NOS REFERIMOS?

Nos referimos a personas que están atrapadas emocionalmente en una relación. Entraron por amor, de eso no cabe duda, pero luego se fueron encontrando con elementos más poderosos que lentamente les han ido acorralando hasta dejarlos sin una salida aparente, por ejemplo:

  • Tu pareja no parece acabar lo que empieza, pero siempre vive quejándose. Deja cosas a medias, incluso muchas que son realmente importantes para ti, como acabar su tesis o buscar un mejor trabajo.
  • Sientes que tu pareja tiene muchas oportunidades de mejorar, pero parece alguien conformista y de pocas aspiraciones. Te dan ganas de sacudirle la cabeza a ver si así despierta.
  • Tu pareja te hace bromas pesadas, te critica, te pone apodos o se une con otros para burlarse de ti. Dice que lo hace jugando y que tú no aguantas nada.
  • Hace tiempo que estás pensando que tu pareja tiene comportamientos inmaduros y poco responsables. Al principio era algo que dejaste pasar con la esperanza de que cambiara, pero ya ha pasado el tiempo y eso no ha pasado como esperabas.
  • Tu relación parece estar en el hoyo, pero luego vienen las relaciones sexuales y todo lo malo se te olvida. Decides quedarte para no perder ese “pedacito de cielo”.

¿POR QUÉ SIGUES EN ESA RELACIÓN?

Entrar a una relación casi siempre pasa por estar buscando algo bueno, la cuestión es que a veces dejamos pasar ciertas señales, sobre todo de comportamiento o de formas de relacionarse, que acabarán por volverse un problema en el futuro.

Si bien la relación no es buena, te provee de ciertas cosas que necesitas y que es probable que sientas que no vas a encontrar con tanta facilidad en otra parte o con otra persona. También es probable que estés ahí porque sientes que ya le has invertido mucho y pues no quieres perder tan fácilmente al menos el tiempo que has pasado en esa relación.

¿POR QUÉ NO SOPORTAS A TU PAREJA?

No le soportas porque esa persona no es como tú crees que debería de ser o como tú necesitas que sea y eso es agotador, frustrante y molesto. Aunque en algunas áreas puedas estar de acuerdo, en ciertos aspectos fundamentales parece no haber la misma perspectiva, especialmente en lo que toca a personalidad y valores.

Es probable también que veas alternativas allá afuera, o al menos en tu imaginación, y como puedes ver la salida e imaginar lo que puede haber del otro lado, te vas volviendo cada vez más intolerante con la relación, con la otra persona y hasta contigo mismo.

Existe la tendencia a pensar que el pasto del vecino siempre es más verde y entonces sueñas con la relación ideal (es decir, una que sea exactamente como te imaginas que debe ser). Quizá es que hay una parte tuya que ya no quiera estar ahí, aunque haya otra que no te deje marcharte porque algo necesita. Es probable que lo que no soportes no sea sólo a la otra persona, sino en la situación que te has metido sobre la que no ves salida e incluso a ti mismo, por no encontrar la fuerza para irte.

LA RAZÓN POR LA QUE NO PUEDES CAMBIARLE

No puedes cambiarla porque es probable que esa persona no quiera cambiar, pero además, ¿por qué crees que tú sabes cómo necesita cambiar una persona?.

A veces podrías parecer una víctima de las circunstancias al estar atrapada en una mala relación, pero la realidad es que si tú tratas de hacer que cambie tu pareja, no hay un poco de egoísmo de tu parte en esa actitud, ¿por qué tú quieres que el otro sea como tú quieres que sea, sin importar lo que el otro quiera?.

Incluso podrías decir que eso que necesitas que cambie es “por su bien” y muchas personas podrían estar de acuerdo contigo, la cuestión es que quien quiere que cambie el otro eres tú y no quien tú dices que necesita hacerlo. ¿Qué harías si esa pareja que ya no soportas y que quieres hacer que cambie te dijera: “Cambia tu primero, acéptame tal como soy en este momento”?

Incluso si tú insistes de la manera que sea en querer cambiar a tu pareja, es muy probable que ni siquiera estés tan enamorado de ella, sino de la idea de persona que crees que debería de ser. 

¿POR QUÉ NO PUEDES DEJAR A TU PAREJA?

No puedes dejarle porque ya te obsesionaste, porque no te gusta perder o porque de alguna manera necesitas a esa persona. A lo mejor hasta crees que te necesita. Que si contigo está como está, qué sería de ella sin ti. Eso podría hacerte creer que sientes culpa por dejarle, cuando quizá lo que haya acá sea algo de arrogancia al sentir que tú eres capaz de rescatar a quien no te ha pedido que le rescates. No sería poco probable que ya hubieras desarrollado con ella una actitud codependiente

NO PUEDO DEJAR A MI PAREJA Y ME SUPLICA QUE NO LO HAGA

Como dije, eso podría parecer evidencia de que te necesita, pero si eso fuera así, ¿por qué no ha aprovechado todo este tiempo que pasa a tu lado para hacer otra cosa con su vida? ¿No te parece peculiar que sólo te suplica que no te vayas cuando ya quieres irte, pero el resto del tiempo nada diferente sucede? Es decir, las diferencias y problemas que hay en su relación no son abiertas, resueltas o reparadas. Es probable que, como se dice comúnmente, ya te tomó la medida y conoce tus puntos débiles.

¿CONTRA QUIÉN LUCHAS REALMENTE?

Parece ser que tu misión o tu llamado es rescatar a la otra persona, pulir sus partes ásperas y convertirla en alguien mejor. Pero mientras más haces, más resistencia parece haber. ¿Será que esto es más bien una lucha interna? ¿Te has puesto a pensar que con quien luchas realmente es con esa creencia continua de que puedes cambiar a una pareja? ¿No has considerado que quien puede ser realmente tu mayor enemigo es tu necesidad de ser necesitado por alguien? Tanto que parece que estás dispuesta a lo que sea, incluso a quedarte en una relación con alguien que dices que ya no soportas, que no quiere cambiar, pero que está visto que no puedes dejar.

¿QUÉ HACER SI ESTÁS EN UNA SITUACIÓN ASÍ?

El primer ingrediente es humildad para reconocer que ni puedes, ni sabes cómo y tampoco debes imponer una forma de ser a ninguna persona y menos en el nombre del amor.

Después, reenfoca tu energía. Deja de querer cambiar a la otra persona y empieza a invertir por encontrar un camino para cambiar tú misma. Las cosas no siempre van a resultar como quieres y menos por imposición o un aparente sacrificio. Cambiando tú cambiarás no sólo tus relaciones, sino tu forma de relacionarte. Cuando trabajas en ti y para ti no abandonas a los demás, sino que creas a una persona con la que es mejor relacionarse porque es alguien completo.

Fortalécete para las consecuencias. Toda decisión implica consecuencias y algunas es cierto que no te van a gustar. No te aisles de amigos o familia y de sentirlo necesario busca ayuda profesional. Es verdad que la terapia es un proceso que puede ayudar a fortalecerte, pero también necesitarás cerca personas queridas y empáticas que estés en disposición de escuchar y reconocer ante ellas tus debilidades.

Fuente: Mario Guerra,  Tanatólogo, conferencista y Business Coach. Síguelo en TW: @marioguerra

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