Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach.
TW: @marioguerra
Cuando entramos a una relación, tenemos deseos y expectativas propios, pero es natural buscar que encajen con las de la persona que nos gusta. Entonces, vamos guardando bajo la manga ciertas cartas para no “asustar” tan pronto a la persona con la que queremos tener una relación, pero este puede ser un juego riesgoso porque no nos deja saber con claridad si la otra persona quiere lo mismo que nosotros. ¿Es buena idea ser brutalmente honesto desde el principio o mejor es ir dejando que la relación se deslice por sí misma?
Te ha pasado que, estando en una relación con alguien:
¿De pronto desaparece y te hace ghosting?
¿Estás deseando que tu pareja se comprometa y por más señales que le das, simplemente no lo hace?
¿Sientes que le inviertes mucho a una relación que no está yendo para donde tú quieres?
¿La persona va y viene de manera intermitente, pero nunca acaba por quedarse ni marcharse del todo?
¿Por qué pasa esto?
Generalmente porque no tenemos, ofrecemos o pedimos claridad al iniciar una relación, acerca de lo que ambos quieren para el futuro y, para empeorar las cosas, a veces vamos actuando de manera que la otra persona piensa que queremos lo mismo porque queremos agradar y buscamos encajar en el modelo de la persona que nos gusta.
Como la realidad es otra a la idealizada, entonces la otra persona no se compromete o se ausenta de tu vida cuando empiezas a presionar o encuentra a alguien que crea que se amolda mejor a lo que está buscando.
¿Cuál sería una alternativa?
Recientemente hay un modelo de inicio de relación que se conoce como “Hardballing” que podríamos traducirlo en este contexto como “Honestidad brutal”
Es un nuevo término de citas que significa que alguien está siendo claro acerca de lo que busca en una relación, ya sea que desee una relación seria a largo plazo o una aventura casual, por ejemplo.
Un ejemplo de esto podría ser
“Mira, me gustas mucho y me gustaría salir contigo y conocerte, mi objetivo en una relación de pareja es pasármela bien, sin compromiso y estar con alguien mientras ambos queramos. No ofrezco exclusividad ni mucho menos; sólo salir y vamos viendo que pasa. Por supuesto que el sexo está dentro de lo que quiero que pase entre nosotros, pero poco más”.
¿Pero no suena brutal algo así?
Pues no es tan brutal como el ghosting y sus variantes o como hacer creer a alguien que quiere una cosa y realmente nunca hacer algo para que eso suceda.
Optar por el ghosting, por ejemplo, es mucho peor para la persona que lo padece que adoptar el hardballing.
Quizá nos suena brutal porque es un modelo al que no estamos habituados y nos parece rudo.
Nuestro modelo más familiar es el que pasa por los ideales del amor romántico y los juegos de estira y afloja en las relaciones.
¿En qué deberíamos ser brutalmente honestos?
En nuestros deseos y necesidades más grandes y no negociables.
Si se quieren tener hijos o no.
Si se desea una boda o no.
Si se practica la monogamia y exclusividad sexual o no.
Si se tiene una adicción, problemas graves de cualquier tipo o una enfermedad seria.
¿Entonces con el tiempo no se puede cambiar de opinión?
Si claro, y eso también debería de comunicarse cuanto antes para que la persona sepa que las reglas de la relación van a cambiar, las acepte si se queda o mejor se marche a tiempo si las rechaza.
Pero incluso pasa que no sólo cambias de opinión con el tiempo, sino con las persona con la que estás.
No es infrecuente que alguien, cuando estaba contigo, te haya dicho que no quería hijos o casarse y luego te acabes enterando que, en una nueva relación, se casó hasta por la iglesia y tiene 3 hijos y otro en camino.
Si vas a optar por el hardballing, cuanto antes mejor
En esta tendencia, la honestidad brutal de la que hablemos se abre, cuando muy tarde, en la primera cita, pero la idea que sea incluso antes de salir en algún plan romántico porque si no vamos para el mismo lado, qué caso tiene invertirle y perder y hacer perder su tiempo a la otra persona.
¿Pero y si con tanta franqueza la otra persona se asusta y se aleja?
Si se aleja cuando estás siendo honesto acerca de tus intenciones, es que de todos modos se iba a alejar cuando se acabara por dar cuenta de ellas, lo malo es que si lo hace en la cita número 25, pues el sentimiento que queda no es muy grato porque uno ya le invirtió a algo que podía no haberle invertido de haber sabido la verdad desde el inicio.
¿Y si al principio hubo claridad, incluso me hizo promesas, pero no está cumpliendo?
Entonces quizá:
Te dijo lo que creía que querías escuchar.
Escuchaste lo que querías creer.
Es una persona emocionalmente inestable.
Sea como sea, el que pase eso no augura nada bueno en una relación con una persona así.
¿Y si me dice que no le presione, que cuando llegue el momento sucederá?
Cuando uno quiere, quiere. Cualquier cosa diferente a un “sí”, deberíamos tomarla como un “no”. El pedir no ser presionados, el salir con el cuento de que no hay que etiquetar las relaciones o de que vayamos fluyendo es una forma, no muy adecuada, de decirte “no quiero nada más que lo que tenemos hasta aquí”.
Suena quizá menos “rudo”, pero realmente esto es más cruel que el hardballing.
Si lo miras así, pues ya el siguiente paso te toca darlo a ti. ¿no es verdad?
Como todo modelo que inicia, tiene sus ventajas y desventajas
Desventajas
Puedes sonar demasiado directo para algunos.
Y sentir que no hay romance o amor verdadero.
Que cambies de opinión en el camino con esa persona.
Especialmente si uno mismo no tiene suficiente madurez o claridad, a lo mejor al principio dice que no quiere algo serio y luego resulta que sí (o viceversa).
Se evita el juego de la seducción para dar paso a una relación de inicio más transaccional.
Esto ofrezco, tú que me das.
Que digas que no quieres algo serio y te acabes enamorando.
Y lo peor sería que la otra persona no de ti.
Ventajas:
Hay claridad desde el inicio.
No se invierte tiempo y emociones.
No te andas con juegos mentales y emocionales que luego hacen sufrir.
Atrae a las personas cuya visión de la relación se alinea con la tuya y disuade a las que buscan otra cosa.
¿Entonces este es el modelo a seguir?
No necesariamente. Eso depende mucho de lo que uno quiera y haya aprendido. De nuestra sociedad y cultura, pero no deberíamos descartarlo sólo porque nos parezca algo rudo o poco romántico.
Quizá la apuesta debería ser por hablar, abrir los deseos, expectativas y necesidades en una relación y escuchar las de la otra persona. No necesariamente con honestidad brutal, pero sí con claridad y honestidad básicas.