Los padres y las madres no somos perfectos. Dejando fuera algunos casos de crianza francamente negligente, abusiva y violenta, está claro que ningún padre o madre será capaz de satisfacer completamente las necesidades de crianza de sus hijos e hijas.
Los adultos debemos asumir las virtudes y deficiencias de nuestra crianza y hacernos responsables de lo que falló o nos faltó. Incluso debemos actualizar nuestra relación con nuestros padres desde una postura de autocuidado y compasión, hacia ellos y hacia nosotros. Sin embargo, en algunos casos este tema se convierte en un reproche interminable.
Padres y madres debemos aspirar a que nuestros hijos conquisten su autonomía, tanto emocional (reconociendo, desarrollando y legitimando sus propios deseos, sueños, necesidades, intereses y valores), como económica (generando los recursos materiales que necesitan para vivir de manera independiente).
Si nuestros padres fallaron en esta tarea, ya como adultos debemos trabajar en nuestra diferenciación, la cual implica lograr el equilibrio entre la cercanía- distancia con nuestros padres, es decir, no tener que fusionarnos en ellos para estar en paz, o por el contrario, romper del todo para poder sentirnos a salvo.
Cuando no se logra la diferenciación y los hijos no toman responsabilidad de sus propias vidas, ya sea en términos materiales o emocionales, continúan culpando a los padres por sus dolores, desgracias y fracasos.
Razones por las que un hijo culpa a sus padres por lo que les sucede:
Experiencias no resueltas: Los reclamos constantes de los hijos hacia sus padres pueden tener su origen en eventos específicos de su pasado, ya sea en la infancia o adolescencia, en los que ocurrieron situaciones que no se resolvieron satisfactoriamente para el hijo dejando en él sentimientos de decepción, tristeza o resentimiento. Es posible que en aquel entonces los padres minimizaran o pasaran por alto estos eventos, lo que lleva a los hijos a sentirse atrapados en las consecuencias de lo que pasó.
Sobreprotección y permisividad: Algunos padres sobreprotegen a sus hijos con la intención de evitarles el sufrimiento. Esto puede debilitar su carácter y generar una falta de fuerza interna y de voluntad. Incluso si un niño tuvo desventajas en su infancia, una educación con amor y disciplina puede ayudarles a entender su condición y utilizar sus recursos de manera efectiva. La sobreprotección y la falta de límites pueden llevar a una actitud de victimismo y dependencia, dificultando su capacidad para tolerar la frustración, superar las adversidades y lograr metas por sí mismos.
Jerarquías familiares desequilibradas: En una familia, es importante que los padres mantengan la autoridad y el poder adecuados para mantener el equilibrio y la armonía. Cuando los hijos asumen roles de poder indebidos, el sistema familiar se desestabiliza, generando conflictos y desarmonía. Tener demasiado poder puede generar ansiedad en los hijos, ya que no es su papel llevar esa carga.
Temperamentos difíciles: Nacemos con cierta predisposición temperamental. Algunos niños desde pequeñitos son más tranquilos y dóciles, mientras que otros son más demandantes y desafiantes. Esto no niega la influencia del entorno, pero la carga genética también juega un papel importante. Algunos niños por tanto pueden ser más difíciles de entender y educar, lo que puede dar lugar a actitudes manipuladoras, egocéntricas e inconformes.
Rasgos de los hijos que constantemente culparán a sus padres:
Este comportamiento puede variar en intensidad y grado, desde culpar ocasionalmente a los padres por ciertas situaciones, hasta culparlos por cada uno de sus actos.
Si te preguntas ‘¿Por qué mi hijo me culpa de todo?’ o no sabes qué hacer, te recomendamos leer nuestro artículo sobre cómo criar a los hijos de manera adecuada o considerar nuestro curso en línea «Hijos sanos, libres y felices». También, no dudes en buscar ayuda en psicoterapia, como la que ofrece La Montaña.
Fuente: Tere Díaz. Psicoterapeuta especialista en desarrollo personal y terapia de pareja. Autora del libro “¿Cómo identificar un patán?” y “¿Por qué nos mentimos si nos amamos?”. Y del nuevo audiolibro “El que busca encuentra, ¿cómo atraer y enamorar?
IG: @terediazsendra / www.terediaz.com // WA: 56 3093 8038 y 55 3920 6004 // contacto@terediaz.com